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Nació en Tordesillas
(Valladolid) el 5 de febrero de 1875. Ingresó en la
Academia de Caballería de Valladolid. Al terminar sus
estudios fue destinado a Cuba, siendo repatriado en
1898 con el grado de capitán. Participó
brillantemente en la campaña de Marruecos.
Simpatizante en un principio con la Dictadura del
general Primo de Rivera, arremetió posteriormente
contra ella y su representante, lo que le supuso pasar
a la situación de disponible forzoso. Ya desaparecido
don Miguel, protagonizó un incidente en un café de
Madrid con José Antonio, hijo del citado general, que
lo abofeteó en público como respuesta a las
continuas críticas sobre la persona de su padre, lo
que le costó a José Antonio la pérdida de su
condición de oficial de complemento del Arma de
Caballería. Activo conspirador contra la Monarquía,
estuvo implicado, junto con Ramón Franco Bahamonde,
en el asalto al aeródromo de Cuatro Vientos (Madrid),
difundiendo por la radio que se había proclamado la
República, aventura que terminó con su huida a París.
Tras la proclamación de la República se convirtió
en uno de los militares de confianza del régimen. Fue
nombrado jefe de la 1ª División y luego de la Casa
Militar de Alcalá Zamora, que era su consuegro.
Desilusionado por la política republicana, se
incorporó a la conspiración militar, alzándose en
Sevilla y proclamando solemnemente el “estado de
guerra”. A las 10 de la noche del día 18, a través
de los micrófonos de Radio Sevilla, inició una serie
de charlas que se harían famosas. El “¡Buenas
noches, señores!” con que empezaba la retransmisión,
se popularizó en España. Fue el primero que utilizó
la radio como vehículo de propaganda bélica. Mandó
el ejército del Sur. Al terminar la contienda fue
ascendido a teniente general, pero sus actuaciones
personales alarmaron al Gobierno, siendo destituido de
la Capitanía general de Sevilla y confinado a Burgos.
Más tarde fue propuesto como embajador de España en
Buenos Aires, pero no recibió el “placet” del
Gobierno argentino. Al frente de una misión militar
fue enviado a Italia. A su regreso a España fijó su
residencia en Sevilla y retirado del Ejército en
1943, le fue concedida la Cruz Laureada de San
Fernando a mediados de 1944, que había solicitado en
un memorándum dirigido a Franco. A finales de 1950,
el Jefe del Estado le hizo merced del título de marqués
de Queipo de Llano. Falleció en Sevilla el 9 de marzo
de 1951.
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