Fe,
razón y evolución.
Alberto Heredia.
En la teoría de la evolución existen saltos
que científicamente carecen de explicación, como el paso de la
no-vida a la vida, de la aglomeración de materia en el universo a
su disposición armónica y perfecta, la conciencia del hombre, de
la nada a la creación, etc., que para creyentes, Dios es la única
respuesta, y para un ateo, sería "casualidad, azar y
necesidad", negándose éste a la imagen de un "creador
inteligente".
Creación
y evolución son compatibles, no es contradictorio hablar de creación
evolutiva, como tampoco lo es el binomio fe-razón. La causa divina
argumentada no se puede afirmar ni negar científicamente.
Para
el Magisterio de la Iglesia no existen incompatibilidades entre la
verdad de la creación y la teoría evolucionista.
El
24 de abril de 2005, en su homilía de inicio de pontificado,
Benedicto XVI dijo: "No somos el producto casual y sin sentido
de la evolución. Cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento
de Dios, querido, amado y necesario".
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