Los
hijos de puta.
Mayl-Gu.
En el periódico regional barcelonés Avui (controlado desde diciembre
de 2004 en un 20 por ciento por la Generalidad) se publicó el otro
día un artículo titulado "manual del buen golpista" de
su columnista Iu Forn en su sección diaria "Pásalo", que
recomendaba dando unos "consejos de amigo" a los
militares, que si iban a Barcelona, dejaran a sus madres en casa por
estar prohibido ejercer la prostitución en esa capital.
Desconociendo si en el dialecto catalán hay alguna forma de interpretar
la frase con un significado más reconciliador, en castellano puro y
sin paños calientes, este tío ha llamado "hijos de puta"
a los militares dentro de cuyo escalafón y en lo más alto se
encuentra el Rey de España.
Si lo analizamos fríamente, el círculo de "hijos de puta"
se reduce bastante, al tener que darse la circunstancia que el
militar de marras sea de alta graduación y que no le guste el
Estatuto Catalán, dando a entender que está a favor de la unidad
de España como queda estipulado en la Carta Magna y conforme a su
juramento en disposición de defenderla. Quedan por tanto exentos
los nacidos en Cataluña y Vascongadas (por razones obvias) por
descender de santas madres, aquellos, si hay alguno, que no se
sienta español y si tenemos en cuenta que España como la conocimos
ya prácticamente no existe y está a punto de desmembrarse, pues al
final los "hijos de puta" van a ser cuatro. Lo del
Monarca queda un poco a criterio de cada uno, nacer, no lo hizo en
España, pero cierto es también que no se es de donde se nace, sino
de donde se pace.
Con muy buen criterio y para evitar malas interpretaciones que pudieran
originar algún tipo de conflicto con otros países, lógicamente,
al no ser "hijos de puta" los militares de las
superpotencias aliadas como Cuba, Venezuela o Bolivia, quedan al
margen del "hijoputismo" nuestros acerbos enemigos
imperialistas y desalmados tiranos opresores de las modernas
democracias como Estados Unidos y Gran Bretaña.
También es digno de elogio no hacer discriminación jerárquica en la
milicia, ir directamente a los más altos estamentos midiéndoles a
todos por el mismo rasero, "hijos de puta" sin más.
Seguro que eso les ha dolido también a los potenciales golpistas,
lo normal es que Iu (¿izquierda unida?) hubiese sido más explícito,
a saber, los que no tienen graduación: "hijos de puta o
putilla" pajillera/callejera. Chusqueros y con galones: "hijos
de puta barata" que ejerzan en prostíbulos de
carretera o similares. Estrellas de 6 puntas: "hijos de puta"
de locales de alterne reconocidos para tal fin y de reconocido
prestigio. Estrellas de 8 puntas: "hijos de puta de lujo".
Estrellas de 4 puntas: "hijos de la grandísima puta".
Ahora el diario Avui esta enojado y arremete contra la prensa y radio
nacional por sacar las cosas de contexto y exagerar
malintencionadamente contra su periodista. El ministro Bono ha sido
muy contundente defendiendo a sus "hijos de puta":
"exige una disculpa inmediata", en una semana ha fulminado
a 3 Generales y ahora se ha quedado sin fuelle conformándose con
una escueta y simple rectificación. Estas chorradillas no son de la
incumbencia de Zapatero, más preocupado por vender aviones a Chávez
o salir en defensa de los pro-etarras batasunos. El más optimista
ha sido Carod Rovira que considera el artículo como un
"chiste". Todos conocemos sus gracias y el peculiar
sentido del humor que le caracteriza, su nombre artístico podría
ser Charlot Rovira, el chistoso que se reúne con ETA para pedir que
los atentados los hagan en España y no en Cataluña, el que sin
pudor se ríe del pueblo judío con sus fotos ofensivas mofándose
con una corona de espinas.
No en menos cierto aquello de que quién hizo la Ley (Zapatero) hizo la
trampa (en este terreno sí que somos sin paliativos la envidia de
Europa), ahora puedes ser militar sin ese tedioso calificativo, sólo
tienes que ser adoptado por una familia de papás gay y se terminó
el problema materno. ¿Y dos mamás lesbianas?........un cara o
cruz, lo más seguro es que te admiren y cuentes con el apoyo
incondicional de ZapaZero y sus revistas, amén de ese inmenso
colectivo de élite, pero siempre estará el puntilloso que te pueda
decir "hijo de doble puta" siendo entonces peor el
remedio que la propia enfermedad.
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