Señor:
He descubierto que la llamada
indignación, es fruto de la fétida e
insoportable convivencia con
personajes de su talla.
Verá, Señor. Un ciudadano tiene
que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados
-mayoría de sociatas- les basta con siete años. Los miembros del
gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesitan jurar el
cargo.
Siendo los diputados, los
únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de
tributar un tercio de su sueldo del IRPF.
En la administración
encontramos a miles de asesores, (léase amigotes) con sueldos que
ya desearían los técnicos más cualificados.
A un político no se le exige
superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni
cultural ni intelectual).
Es vergonzoso el coste que
representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales,
chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por
doquier.
Los ministros, secretarios de
estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos
ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios
del ERARIO PÚBLICO.
Así como, la inmensa cantidad
de dinero destinado a sostener a los
partidos y sindicatos pesebreros,
aprobados por los mismos políticos que viven de ellos
Y como Usted vino en nombre del
“onrado” socialismo en contra posición a la tirana dictadura
militar, que vivió el subyugado pueblo en tiempos del Generalísimo
Franco.
Presentándose como el padrecito
bueno que necesitaban los sometidos españoles. A los que daría una
buena posición económica y tranquilidad familiar.
Es de ley, decirle lo que
merece.
Usted no merece ni el pan que
come. Por no haber llevado a efecto el bienestar de los españoles,
eliminando todos los abusos administrativos de los que viven los
muchos chupones de la política española.
Por ejemplo: suprimiendo los
260 senadores -pandilla de inútiles inservibles-, nos estaríamos
ahorrando 3.500 millones de euros.
O haciendo desaparecer la
pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y demás “Padres
de la Patria”.
Y controlar los sueldos de los
tantos alcaldes de pueblos y puebluchos, que se adjudican el sueldo
que les da la real gana.
De igual tenor debería haber
cambiado las leyes y metido en la cárcel a todos los ladrones; y
obligar a que todo el dinero que han robado sus coleguillas
políticos y adjuntos, retornen a la caja de la que han sido
sustraídos.
Eliminar todos los coches
oficiales, ya que tenemos más coches oficiales que USA.
Suprimir todas las tarjetas VISA oficiales, para que cada uno
pague con la propia. Como poner en la calle a TODOS los
"cargos de confianza" (tenemos funcionarios de sobra para encargarse
de esas labores).
Eliminar a todos los
diplomáticos, excepto un embajador y un cónsul en cada país. Ya que
no es posible que gastemos en esto más que Alemania y El
Reino Unido. |
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Con eso, y con rebajar un 30%
las partidas 4, 6 y 7 de los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO
(transferencias a sindicatos, partidos, políticos, fundaciones
opacas y varios) se ahorrarían más de 45.000 millones de Euros,
no haría falta tocar las pensiones ni los sueldos de los
funcionarios, como tampoco haría falta recortar 6.000 millones de
Euros en inversión pública.
CON LA MITAD DEL DINERO QUE EL
ESTADO SE AHORRARÍA CON ESTAS MEDIDAS, SE ACABARÍA LA CRISIS EN
ESPAÑA.
Señor, lo hasta aquí relatado,
ha sido sacado de unos escritos que me mandó un buen amigo mío; y
que lo he redactado para enviárselo, por haber oído que deja el
cargo voluntariamente.
Para irse, como es natural, a
las mansiones que haya adquirido durante su mandato y seguir
cobrando una enorme cantidad del dinero que pagamos los
contribuyentes.
Sablazo económico, digo, que nos clavo de por vida, su coleguilla
Felipe González; el que cambió el tó par pueblo de “Arfonso”
Guerra, por el tó pa mí.
Ya
sabe, un sueldo bruto de más de 36.600 euros anuales a lo que hay
que añadir una indeterminada pensión compensatoria de derechos
pasivos, más otros 90.000 euros –unos quince millones de pesetas-
para el “funcionamiento de su oficina”, en la que dispondrá de un
asesor particular –funcionario de alto nivel- y secretaria, así
como coche oficial y escolta. ¡Ahí es ná!
Abuso inadmisible. No es de ley
que tras haber sido un inútil total; que ha dejado al País en la
ruina -unos cinco millones de parados- pueda irse con los bolsillos
llenos sin ningún inconveniente. Ultrajando a la Nación y por ende a
los contribuyentes.
Usted, como todo político que
ejerza un cargo de suma responsabilidad, ha de pasar por un juicio
público. Lo expresado al inicio de este escrito es más que
suficiente para exigirle la devolución de todos los millones que nos
han sido robados, por alargar la mano o por incapacidad organizativa
e intelectual.
En
su actualidad democrática, de cada 100 euros que gasta un ciudadano
español en todos los artículos que necesita adquirir para subsistir;
alrededor de 80 euros son para pagar los impuestos que van
incluidos en todos los precios de venta al público.
Por lo que merece, ir a la
cárcel, a convivir con sus coleguillas del trinque. Un presidente de
gobierno es culpable, tanto por meter la mano como por consentirlo.
En un Estado de Derecho el que
la hace, tiene que pagarla.
DESDE EL PRIMERO HASTA EL
ÚLTIMO.
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