Al Presidente del Gobierno
Por Jaime Miguel Tur, antiguo Sargento Legionario. 22/03/2011
Señor:
He descubierto que la llamada indignación, es fruto de la fétida e insoportable convivencia con personajes de su talla.
Verá, Señor. Un ciudadano tiene que cotizar 35 años para percibir una jubilación y a los diputados -mayoría de sociatas- les basta con siete años. Los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo necesitan jurar el cargo.
Siendo los diputados, los únicos trabajadores (¿?) de este país que están exentos de tributar un tercio de su sueldo del IRPF.
En la administración encontramos a miles de asesores, (léase amigotes) con sueldos que ya desearían los técnicos más cualificados.
A un político no se le exige superar una mínima prueba de capacidad para ejercer su cargo (ni cultural ni intelectual).
Es vergonzoso el coste que representa para los ciudadanos sus comidas, coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas de crédito por doquier.
Los ministros, secretarios de estado y altos cargos de la política, cuando cesan, son los únicos ciudadanos de este país que pueden legalmente percibir dos salarios del ERARIO PÚBLICO.
Así como, la inmensa cantidad de dinero destinado a sostener a los partidos y sindicatos pesebreros, aprobados por los mismos políticos que viven de ellos
Y como Usted vino en nombre del “onrado” socialismo en contra posición a la tirana dictadura militar, que vivió el subyugado pueblo en tiempos del Generalísimo Franco.
Presentándose como el padrecito bueno que necesitaban los sometidos españoles. A los que daría una buena posición económica y tranquilidad familiar.
Es de ley, decirle lo que merece.
Usted no merece ni el pan que come. Por no haber llevado a efecto el bienestar de los españoles, eliminando todos los abusos administrativos de los que viven los muchos chupones de la política española.
Por ejemplo: suprimiendo los 260 senadores -pandilla de inútiles inservibles-, nos estaríamos ahorrando 3.500 millones de euros.
O haciendo desaparecer la pensión vitalicia de todos los diputados, senadores y demás “Padres de la Patria”.
Y controlar los sueldos de los tantos alcaldes de pueblos y puebluchos, que se adjudican el sueldo que les da la real gana.
De igual tenor debería haber cambiado las leyes y metido en la cárcel a todos los ladrones; y obligar a que todo el dinero que han robado sus coleguillas políticos y adjuntos, retornen a la caja de la que han sido sustraídos.
Eliminar todos los coches oficiales, ya que tenemos más coches oficiales que USA. Suprimir todas las tarjetas VISA oficiales, para que cada uno pague con la propia. Como poner en la calle a TODOS los "cargos de confianza" (tenemos funcionarios de sobra para encargarse de esas labores).
Eliminar a todos los diplomáticos, excepto un embajador y un cónsul en cada país. Ya que no es posible que gastemos en esto más que Alemania y El Reino Unido.
Con eso, y con rebajar un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los PRESUPUESTOS GENERALES DEL ESTADO (transferencias a sindicatos, partidos, políticos, fundaciones opacas y varios) se ahorrarían más de 45.000 millones de Euros, no haría falta tocar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios, como tampoco haría falta recortar 6.000 millones de Euros en inversión pública.
CON LA MITAD DEL DINERO QUE EL ESTADO SE AHORRARÍA CON ESTAS MEDIDAS, SE ACABARÍA LA CRISIS EN ESPAÑA.
Señor, lo hasta aquí relatado, ha sido sacado de unos escritos que me mandó un buen amigo mío; y que lo he redactado para enviárselo, por haber oído que deja el cargo voluntariamente.
Para irse, como es natural, a las mansiones que haya adquirido durante su mandato y seguir cobrando una enorme cantidad del dinero que pagamos los contribuyentes.
Sablazo económico, digo, que nos clavo de por vida, su coleguilla Felipe González; el que cambió el tó par pueblo de “Arfonso” Guerra, por el tó pa mí.
Ya sabe, un sueldo bruto de más de 36.600 euros anuales a lo que hay que añadir una indeterminada pensión compensatoria de derechos pasivos, más otros 90.000 euros –unos quince millones de pesetas- para el “funcionamiento de su oficina”, en la que dispondrá de un asesor particular –funcionario de alto nivel- y secretaria, así como coche oficial y escolta. ¡Ahí es ná!
Abuso inadmisible. No es de ley que tras haber sido un inútil total; que ha dejado al País en la ruina -unos cinco millones de parados- pueda irse con los bolsillos llenos sin ningún inconveniente. Ultrajando a la Nación y por ende a los contribuyentes.
Usted, como todo político que ejerza un cargo de suma responsabilidad, ha de pasar por un juicio público. Lo expresado al inicio de este escrito es más que suficiente para exigirle la devolución de todos los millones que nos han sido robados, por alargar la mano o por incapacidad organizativa e intelectual.
En su actualidad democrática, de cada 100 euros que gasta un ciudadano español en todos los artículos que necesita adquirir para subsistir; alrededor de 80 euros son para pagar los impuestos que van incluidos en todos los precios de venta al público.
Por lo que merece, ir a la cárcel, a convivir con sus coleguillas del trinque. Un presidente de gobierno es culpable, tanto por meter la mano como por consentirlo.
En un Estado de Derecho el que la hace, tiene que pagarla.
DESDE EL PRIMERO HASTA EL ÚLTIMO.
Artículo de opinión extraído de la página: www.generalisimofranco.com