Según informa
Intereconomía, el Valle sigue cerrado al turismo en general.
Ahora, una vez
perdida la batalla del pretendido cierre al culto, el proyecto del
Gobierno es desmantelar y disolver toda presencia laboral y
administrativa palpable del organismo “Patrimonio Nacional”
(taquilla, guías culturales, personal de seguridad) y así
deslocalizar al 100% de sus trabajadores allí destinados,
concretamente 36 personas.
Éstas,
pertenecientes en su totalidad al sindicato independiente de
funcionarios públicos CSIF, se manifestaron en el día de ayer en la
Lonja del Monasterio de El Escorial.
Se calcula que a
día de hoy las pérdidas en entradas que Patrimonio Nacional ya no
está cobrando se aproximan unos 2 millones de euros; cantidad que
hasta hace 2 años se destinaba, lógicamente, al mantenimiento
artístico y estructural de todo el recinto del Valle de los Caídos.
Preguntados al
respecto tanto el Ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, como
el actual Presidente del Consejo de Administración del
organismo Patrimonio Nacional, Nicolás Martínez Fresno (alias "el
Rasputín de La Moncloa"), el primero ha declarado: "Está
abierto a efectos de culto, que es lo que corresponde en ese sitio.
Es un lugar de culto, y para eso", mientras que el segundo
señala que: "Hay visitas, indudablemente, como consecuencia de
la asistencia al culto. Pero no es un lugar de turismo, es un lugar
de culto".
Es decir, que la
Administración del Estado se bate en retirada, paulatinamente, del
Valle de los Caídos.
Tal como
ya apunté hace un año
por éstas mismas fechas, resulta bastante gracioso que la absoluta
dejadez de funciones y obligaciones públicas que perpetra el
organismo “Patrimonio Nacional” para no realizar ninguna labor de
mantenimiento, reparación o restauración en el recinto del Valle (a
lo cual está obligado por la propia Ley 23/1982, de 16 de junio,
Reguladora del Patrimonio Nacional, en tanto en cuanto el Valle
de los Caídos está metido con calzador dentro del régimen
administrativo de Patrimonio según la
Disposición Final Tercera
de dicha Ley) se escude ahora según éstas recientes declaraciones en
que “es un lugar de culto”.
Y para apoyarse en
ello, hay que retornar de nuevo a lo que dispone la puñetera LMH,
que mire usted por dónde, puede que desde una interpretación
normativa estricta, hasta le vaya a hacer un enorme favor al Valle
(está visto que Dios de los males, saca bienes):
Artículo 16.
Valle de los Caídos. |
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1. El Valle
de los Caídos se regirá estrictamente por las normas aplicables
con carácter general a los lugares de culto y a los cementerios
públicos.
Pues muy bien.
¿Cuáles son esas normas con rango legal?
> Lugares de
culto
El Código de
Derecho Canónico de la Iglesia Católica. Punto.
>
Cementerios públicos
Que yo sepa, no
existe ningún cementerio público en España (ni católico, ni civil)
que o esté adscrito al régimen administrativo de la Ley de
Patrimonio Nacional de 1985, o sea por sí mismo de titularidad
estatal.
(La única excepción
que podría haber es el llamado “Panteón de Hombres Ilustres”,
construido en 1900 y ubicado en Madrid anexo a la Basílica de
Nuestra Señora de Atocha, donde se pensaba dar sepultura a
personajes tan “católicos” (es una ironía, claro) como Mendizábal,
Ríos Rosas, Sagasta, Canalejas… es decir, liberales de tomo y lomo y
precisamente con muy poca amistad hacia la Iglesia.
Pero es que lo
cachondo del asunto es que a día de hoy, los sepulcros destinados a
cada uno ellos (esculpidos por el artista Mariano Benlluire) se
encuentran vacíos porque sus respectivos restos mortales fueron
retornados a sus lugares de origen. De modo que sólo se conservan
las marmóreas sepulturas por su valor artístico-escultórico, pero
para nada más. Razón por la cual el acceso a ese Panteón es
gratuito).
Pero bueno,
volviendo al tema para centrarnos, todo cementerio público que
contenga restos mortales se rige exclusivamente por dos
textos legales AÚN VIGENTES:
Artículo 60.
del Decreto 2263/1974, de 20 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento de Política Sanitaria Mortuoria:
En los
cementerios municipales corresponden a los Ayuntamientos los
derechos y deberes siguientes:
A)
El cuidado, limpieza y acondicionamiento del cementerio.
Y el
Artículo 25.2 de la Ley de Bases del Régimen Local
(Ley 7/1985, de 2 de abril):
El Municipio
ejercerá, en todo caso, competencias en las siguientes materias:
J)
Cementerios y servicios funerarios.
¡Bingo!
En resumen, queda
meridianamente claro que las normas aplicables a Valle de los Caídos
– y cuando la Ley de Memoria Histórica dice genéricamente
“Valle de los Caídos”, se está refiriendo A TODO EL RECIENTO de
mismo (Basílica con sus correspondientes osarios, Explanada,
Monasterio, Hospedería, Risco de la Nava y paraje natural en
general) SON DE NATURALEZA COMPETENCIAL TANTO CANÓNICA COMO
MUNICIPAL.
Ergo, quién
únicamente tiene en Cuelgamuros la legítima potestad de actuación es
la Archidiócesis de Madrid y el Ayuntamiento de San Lorenzo de El
Escorial.
¿A dónde quiero
llegar?
Primero: si tanto
de Hecho (la Administración General del Estado se retira del Valle
para no ejercer sus obligaciones de mantenimiento y conservación
según la Ley de Patrimonio) como de Derecho (las competencias
aplicables al Valle son canónicas y municipales) ni el Gobierno ni
el Estado pintan nada el Cuelgamuros…
Y segundo: si lo
dispuesto en la
Disposición Final Tercera
de la Ley de Patrimonio CHOCA en el fondo con lo dispuesto en el
Artículo 16 de la LMH, y con las disposiciones legales que de ella
emana y que ya he apuntado…
¿Qué razón o
motivo, pues, justifica que el Valle de los Caídos continúe
irregularmente bajo en régimen administrativo de la Ley de
Patrimonio Nacional de 1982?
ABSOLUTAMENTE
NINGUNA.
¿Y porqué decía
antes que, a tenor de todo lo expuesto, hasta vayan a hacerle un
favor al Valle, sin pretenderlo?
Pues porque con
estas disposiciones legales en la mano, solo veo una posible
solución.
Una solución que
daría una cobertura justificativa legal y jurídica a una situación
de hecho que se está dando palmariamente en éste caso, y que es tan
simple como ésta: sacar al Valle de los
Caídos del
régimen administrativo estatal de Patrimonio bajo el que ahora
se encuentra. Es decir, hablando en términos jurídicos, “desafectar
un bien inmueble” de Patrimonio Nacional.
Sí, he dicho que es
simple, pero compleja de materializarse.
Y es compleja
porque el Artículo 8., apartado 2, K) de la
vigente Ley de Patrimonio dispone que corresponde al Consejo de
Administración de PN “la propuesta al Gobierno de desafectación
de bienes muebles e inmuebles del Patrimonio Nacional, cuando éstos
hubiesen dejado de cumplir sus finalidades primordiales”.
Es decir, que solo
sería el Consejo de Ministros quién tuviera la última palabra al
respecto de atender positivamente o no la propuesta de marras que le
hiciera el Consejo de Administración de Patrimonio Nacional de sacar
al Valle de e´se régimen administrativo.
Con éste Gobierno,
es sencillamente imposible.
Pero siendo
realistas, pensando con la cabeza y dejando un lado filias y fobias,
con un próximo Gobierno del PP considero que a quién corresponda y
tuviera la suficiente capacidad, mano izquierda y astucia para ello,
tendría que poner toda la carne en el asador para que esa ficha
pudiera efectivamente moverse.
Si eso se
consiguiera, todo el Valle de los Caídos, sujeto ya únicamente a
ordenamientos canónicos y municipales, quedaría absolutamente
blindado para siempre de cualquier arremetida que un
Gobierno socialista
pudiera querer volver a realizar en el futuro a través de la
Administración del Estado.
La pregunta final
sería:
En ese futurible, y
a partir de ese momento… ¿estaría dispuesta la Iglesia Católica, a
través de su jurisdicción de la Archidiócesis de Madrid, de asumir
todos los costes de reparación, rehabilitación, restauración,
conservación y mantenimiento que merece y reclama el Valle de los
Caídos como lugar de culto y cementerio, a través de sus propios
recursos económicos, o rubricando el correspondiente convenio de
colaboración con empresas privadas y /o el Ayuntamiento de San
Lorenzo de El Escorial, al igual que ha hecho con otros
ayuntamientos de España para otras tantas iglesias y catedrales?
Ahí dejo la
pregunta…
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