Han pasado los
años, y cada vez es mayor el número de españoles que no entienden la
función que desempeña el rey, sea la de moderador, arbitrio o la que
sea digan que hace. Cuestión que pone a debate no tanto a don Juan
Carlos -ya muy cuestionado, pero todavía muy arropado por la
izquierda y pletórico de abrazos y sonrisas-, como a la Monarquía
como forma de Estado.
Los que vivimos
aquella etapa tan intensa que algunos dan en llamar Transición, y
que otros seguimos llamando involución, conculcación o traición a
secas, y quienes la han leído, sabemos el papel que jugó don Juan
Carlos en todo aquel proceso, poniéndose entusiastamente a la cabeza
de aquella operación de derribó como autor, cómplice y finalmente
encubridor de todo lo que ya se sabe de aquel tiempo nefasto, que es
consecuencia de lo que hoy le acontece a España. De ahí que, no sin
acierto y con toda razón, se llame al rey "motor del cambio".
España no funciona.
Inmersa en una triple crisis, moral, política y económica, de una
gravedad suprema, se hace imprescindible un alegato a favor de la
nación española. Un alegato que favorezca su unidad, realce su
moralidad y propenda a su prosperidad. Un alegato para poner en
marcha un proyecto común, enérgico y decidido, entre las gentes y
las tierras de España en función de nuestra convivencia de futuro.
Y este alegato, que
en realidad es una Alternativa, tendría que estar liderada por Su
Majestad el rey Juan Carlos. Porque en esta ocasión, que no en la
otra, sí es realmente un proyecto que reclama la calle.
Una Alternativa
para la rectificación del modelo autonómico, inviable desde todo
punto de vista, que la inmensa mayoría de españoles es partidaria de
modificar a fin de que el Estado recupere poder, parcelas de gestión
cedidas a la Autonomías, quedando las transferencias de éstas
circunscritas a la reglamentación administrativa y a las políticas
sociales en sus respectivos territorios. En definitiva, de lo que se
trata es de volver hacer que el Estado como organización política de
la nación funcione, sea efectivo y esté al servicio de toda la
nación.
Una Alternativa
para el impulso de los valores que nos hacen más humanos y mejores
ciudadanos, gentes de quien fiarse, que pasa necesariamente por
derogar la Ley del Aborto, por cuanto el feto es un ser humano, que
no una mera parte del vientre de la mujer; la ley del Matrimonio
Homosexual y todas esas otras leyes que en lo que afecta a nuestros
jóvenes ha venido dictando la algarada socialista, otrora partidaria
de legalizar la droga. A la par de impulsar y reconocer valores para
la educación, las buenas formas y la potenciación del esfuerzo y la
excelencia.
Una Alternativa que
por lo que respecta a la crisis económica tendría que actuar sobre
la base de la reconstrucción de nuestro tejido productivo,
esquilmado y en manos del mejor postor, sobre una apuesta por las
nuevas tecnologías y sin olvidar las necesidades de los más
desfavorecidos, con una atención especial a la infancia y a las
familias. Liquidando, al mismo tiempo, cualquier tipo de privilegio,
sobre todo el que se han concedido los políticos, a la par de
incidir en una reforma del sistema financiero y una transparencia en
la función pública. Y esta serie de medidas sobre la base de un
firme compromiso para estructurar una economía de mercado social y
al servicio de la comunidad nacional.
Una Alternativa,
finalmente, que tendría que plantearse muy seriamente el problema de
la inmigración, por cuanto se ha convertido en una verdadera
invasión, cuyo primera medida aplicar tendría que ser la expulsión
de los ilegales y de los delincuentes, la no concesión del
reagrupamiento familiar a los no comunitarios y el endurecimiento de
la concesión de la nacionalidad española, que en ningún caso debería
obtenerse con menos de veinte años de residencia permanente en
nuestro país.
Una Alternativa no
sólo para salvarse, sino para ganar el futuro. Una Alternativa que
se puede hacer con el Rey o sin él. La única ventaja de hacerla con
el Rey es que don Juan Carlos ya tiene experiencia en una operación
de tal envergadura: "Pasar de ley a ley, sin salirse de la ley". Que
es de lo que se trata. |
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