Majestad:
Su
Majestad el Rey don Alfonso XIII -su querido abuelo- tuvo a bien
disponer en el año 1920 lo siguiente:
Con la denominación de Tercio de Extranjeros se creará una Unidad
militar armada, cuyos efectivos, haberes y reglamento por que han de
regirse serán fijados por el Ministerio de la Guerra.
Convirtiendo en realidad lo que comenzó siendo un proyecto del
Teniente Coronel de Infantería José Millán Astray que una vez
decidida la creación del Tercio de Extranjeros; el coronel Millán
Astray, llamó al entonces comandante Francisco Franco Bahamonde, por
haber pensado en él como lugarteniente.
Comandante D. Francisco Franco Bahamonde -24 años-, que fue el que
fundó y comandó la Primera Bandera –unidad similar a un batallón-,
con la que lucho; siendo el actor principal de casi todas las
condecoraciones colectivas que ganó la Gloriosa Legión Española en
el campo de batalla.
Siendo la unidad militar Española que más sangre derramó y logros
obtuvo en el campo de batalla.
Majestad:
El
19 de Noviembre de 1931 se promulgó:
“Las Cortes Constituyentes declaran culpable de
alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos
del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando
los Poderes de su Magistratura contra la Constitución del Estado, ha
cometido la más criminal violación del orden jurídico del país; en
su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara
solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón
Habsburgo-Lorena; privado de la paz pública, cualquier ciudadano
español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio
nacional. Don Alfonso de Borbón será degradado de todas las
dignidades, honores y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni
fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de su
representación legal para votar las nuevas normas del Estado, le
declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás, ni para él,
ni para sus sucesores. De todos los bienes, acciones y derechos de
su propiedad que se encuentren en territorio nacional, se incautará
en su beneficio el Estado, que dispondrá del uso más conveniente que
deba darles. Esta sentencia, que aprueban las Cortes Soberanas
Constituyentes, después de sancionada por el Gobierno Provisional de
la República, será impresa y fijada en todos los Ayuntamientos de
España y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los
países, así como a la Sociedad de Naciones”
Culpabilidad atribuida a
su abuelo el Rey Alfonso XIII y a toda su descendencia por siempre
jamás; que en el año 1938, fue derogada por el GENERALÍSIMO FRANCO.
El mismo que sacó a su Majestad de la indigencia en la que se
hallaba para traerlo a nuestra España como Rey. Rey que juró en el
Parlamento Español:
“Juro por Dios y sobre los santos evangelios, lealtad a su
Excelencia el Jefe del Estado, cumplir las leyes Fundamentales del
Reino y guardar lealtad a los principios que Informan el Movimiento
Nacional”.
Es
decir, por obra y deseo de su excelentísimo abuelo se fundó la
Gloriosa Legión Española, fuerza de combate en la que nacieron unas
características propias del espíritu legionario, que a nadie ofenden
y ahora quiere la tal Chacón que desaparezcan.
Repelente ministra de Defensa que nos ha traído esa cosa llamada ZP
-socialista ella, catalana, separatista, antimilitarista y
multimillonaria tras su paso por la administración y enlace con el
jefe de la información de la Moncloa- ahora quiere que los
legionarios se abrochen todos los botones de la camisa; se quiten
las barbas, bigotes y patillas; y no desfilar con el bizarro paso
Legionario.
De
momento, la nena tiene el caprichito de que la Gloriosa Legión
Española pierda unas características de identidad que no molestan a
nadie, como ha sido dicho. Para lo que encontrará, fácilmente, al
ejecutor de tamaña felonía.
Todo antiguo militar sabe, que siempre hubo mandos militares, que
sin haber sido legionarios ni haber estado en la Legión; la odiaban,
por ser el cuerpo que más Honores y Gloria ha dado a España.
Por
lo que no es extraño que esta ministra -como acabo de decir- haya
encontrado al mando militar que se ha prestado gustosamente
-obedeciendo, dicen ellos- a realizar el trabajo que dañe a la
Institución más Gloriosa del Ejército Español.
Por
supuesto, no se pueden comparar –ya lo dije- a los Generales que
conocí, con los que tenemos actualmente. Es claro, que aquellos que
hicieron su carrera jugándose la vida en las tres guerras en las que
algunos de ellos participaron –África, Cruzada Nacional, División
Azul e Ifni-Sahara- no estaban tan sofisticados ni eran tan buenos
chicos, comprensibles y mudos profundos como los actuales.
No
hay que olvidar que a la muerte del GENERALÍSIMO FRANCO fueron
formados en la paz iluminada de la humanísima y progresista
democracia, que nos trajeron los finos ladrones y golfos redomados
que tenemos en la política actual; para utilizarlos como Madres
Teresas de Calcuta en acciones humanitarias en otros países.
Quiero decir, que esa ministra, vergüenza para el estamento militar,
no encontrará voces discordantes de entre los generales actuales. Y
por tanto, ahora será la barba, mañana la supresión del airoso paso
al desfilar; más adelante la supresión de los himnos y para rematar
la desaparición de los doce espíritus que conforman el majestuoso
Credo Legionario.
Por
tanto y ante lo expuesto, Su Majestad -por respeto a su abuelo D.
Alfonso XIII y agradecimiento al GENERALÍSIMO FRANCO- no puede
consentir lo que se quiere hacer con la Gloriosa Legión Española.
El
respeto por los fundadores de tan Glorioso Cuerpo, con los doce
espíritus que conforman el Credo Legionario, como por los 10,836
muertos y desaparecidos, con sus 22 Cruces Laureadas de San
Fernando, ganadas en combate; y las 211 Medallas Militares
Individuales, más las 37,031 Medallas y Cruces de Guerra, digo.
Le
ordena, Excelentísimo Señor, cerrar la página, dejando a la
Gloriosa Legión Española en un respetuoso y honorable recuerdo;
para titular de inmediato a ese cuerpo con otro nombre.
Por
ejemplo: El de la señorita Pepi, que será del gusto de la tal
Chacón. ¡Que Dios confunda!
Reciba un siempre a sus ordenes, con el deseo de que acierte en su
decisión.
Jaime Miguel Tur Jeremías
Antiguo Sargento Legionario
Posdata/ Este escrito lo haré público. |