Excelentísimo Señor:
Tras verle aparecer -vomitivo- en la última reunión parlamentaria,
para chinchorrear -como siempre- sobre las consabidas gilipolleces
que a nadie importan un carajo; vino a mi cabeza el sin fin de
bobadas y estupideces que llevamos oyendo y soportando desde que
llegó esa cosa llamada democracia; en la que siempre vemos -pase
el tiempo que pase- como el pasado y el presente se dan la mano
tan contentos. En una especie de sucesos que se suceden en
sucesión sucesiva sucesivamente. In saecula saeculorum PRIVATE
Tiempo ha, y por pura higiene mental decidí no preocuparme por
siempre jamás, de las golfadas a que nos tenéis sometidos
continuamente las cuadrillas de indeseables dirigentes infiltrados
en la clase política española.
Opinión que había mantenido aun a riesgo de equivocarme. Pero hoy
puedo certificar, que me quedé corto. Vamos, que salvo escasísimas
excepciones, al referirnos a la chusma que zampáis de nuestros
impuestos, es de justicia aseverar que sois bahorrina, hampa,
morralla, purriela y hez de nuestra sufrida sociedad.
Y, por supuesto, tapón y freno a la evolución intelectual del
individuo. No es posible, por grandes dosis de buena voluntad y
esfuerzo mental que realicemos, llegar a entender y mucho menos
comprender vuestros comportamientos; ni descifrar el código de
valores por el que os regís.
Y
es que no hay por donde cogeros. Un partido -el suyo, que gobierna
actualmente- con dirigentes hundidos y atenazados por su siniestro
pasado de corrupciones, saqueo de los fondos públicos y crímenes, se
saco de la manga -en aquella ocasión- unas primarias que al pronto
deslumbraron a todo quisque.
Los ciudadanos se vieron ante unas sanas expectativas. Creyeron en
buena lid, que esa gente intentaba salir del pozo infecto en el que
los metió el cantinflero "Isidoro", alias el Felipe González. Todos
creímos que ese ilusionante cambio de aires traería al fin la
deseada regeneración política.
La izquierda pura que dignificaría al PSOE, ya que daría carpetazo a
los trece años de sucio y podrido felipismo, que usted protegió y
silenció desde un escaño del Parlamento sin chistar. Ilusión –digo-
que perduró en muchos ciudadanos a pesar del fiasco Borrell.
¿Se acuerda, Señor? Fue espectacular el desencanto que originó en
el debate de la nación el Señor Borrell, Presidente del
Parlamento Europeo que fue después, -¡toma ya!-, con su idea
fija, histerismos, poses feminoides y su carente talla de hombre de
estado.
Resultando que a las primeras de cambio se ciscaron en su palabra y
en sus militantes, una vez más, llevando a todo un partido de
enorme tradición a la desvergüenza e ignominia de colocar en cabeza
de lista para derrotar a Gallardón a una individua presidenta de un
engendro político, cuyos tenebrosos militantes cabían en un taxi.
Individua -Señora Almeida- que tuvo la poquísima vergüenza e
inmoralidad de mantener el escaño del partido al que traicionó.
Charlatana televisiva; punto de discordia allí donde iba y el mejor
regalo que le pudieron hacer al entonces presidente de la comunidad
de Madrid; pájaro de los que no hacen nido.
¿Y que decir de Almunia? -otro que tal baila-, convocó unas
primarias porque jamás creyó perderlas. Y como no cumplió con su
palabra de dimitir, si las perdía. Podemos decir que el hombre que
no cumple con su palabra, no es hombre; es un vaina, por no decir un
mierda. Y hoy día -cosas veredes amigo Sancho- lo tenemos ocupando
un alto cargo en el Parlamento Europeo; dándole carta de
autenticidad al estercolero Padre que tenemos en el viejo
continente.
Y para que no
faltara de ná, el tal González se dejó caer con un escrito en
el que pretendió pasar por la derecha a Aznar -otro que tal baila-,
declarándose fiero enemigo de la banda terrorista ETA; a la que en
aquel momento -en un falso acto de patriotismo-, le negó el pan y la
sal; cuando bajo su mandato, como todo el mundo sabe, se
establecieron conversaciones con dicha banda, y algunos de sus más
allegados encabezaron manifestaciones con pancartas en pro de ETA.
El Sr. Benegas, por ejemplo. ¡Sinvergüenzas!
Y es que los
políticos españoles no conocéis la dignidad. No sabéis siquiera, lo
que es. Es obvio, que a la política que tenemos en España, no es que
lleguéis lo menos malo de la sociedad, sino que frecuentemente vais
lo peor de cada casa. Tropa para la que no existe el límite. Para
la que es práctica habitual la degeneración del todo vale. Y encima
os jactáis de la espléndida democracia que tenemos. En
contraposición a la VITUPERADA época del Generalísimo Franco, que,
por cierto, estuvimos cuarenta años sin ladrones porque no hubo
políticos.
De verdad que invita al vómito tanta basura ante el denigrante
espectáculo de traiciones, intrigas y sucios apaños que estáis
siempre dispuestos a conchabar para alcanzar el poder. Cuyo fin
-grande es la experiencia que hemos adquirido- es trincar,
influenciar, corromper y callar.
Y
ahora resulta, que cuando ha llevado usted a nuestra Nación al
desastre económico: cerca de cinco millones de ciudadanos sin
trabajo; comedores misericordiosos a los que acuden miles de
matrimonios con sus hijos diariamente por carecer de un plato de
comida y muchísimas personas que viven al borde del suicidio por la
pérdida de su vivienda. |
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Comparece usted con la chistera y el conejo para regalar un
ordenador a cada chiquillo que vaya al colegio. ¡Ele, los tíos
rumbosos con la mísera cantidad de dinero que ha dejado en las arcas
públicas del Estado! Me parece, Señor, que va siendo hora de que lo
examine un psiquiatra para que lo interne, antes de que comience a
morder.
Lo que hay que debatir -le ordeno que preste atención- en el
Parlamento sin demora -lo está pidiendo la razón a marchas forzadas
para salir de la desastrosa situación económica-, es la manera de
reducir sueldos a los miles de políticos innecesarios. Seguro que
con un 10% de los cargos políticos que tenemos cobrando un sueldo
mensual, sería más que suficiente.
Que vivan de su trabajo y cobren dietas del Estado los días
establecidos para hablar y resolver los problemas que hubiere. Y
mientras menos vengan al Parlamento, mejor para todos. Sólo han de
comparecer los días elegidos para debatir.
Es una vergüenza, un robo, un saqueo descarado, que se pasen todo
el año vagueando y chismorreando en los mullidos escaños que ocupan
con el fin de justificar la enorme cantidad de millones anuales que
supone el sueldazo de esos caraduras. Enormes cantidades de dinero
público que acabaría con el desfase económico a que nos ha llevado
su incapacidad supina.
De igual manera, se acabaron la subvenciones a los podridos
sindicatos que tenemos hoy día a su servicio, Señor Presidente. ¿No
le da vergüenza comprar con nuestro dinero el bochornoso y
canallesco silencio de los sindicatos? ¿Y quién coño es usted para
subvencionar con el dinero de los contribuyentes a la pandilla amiga
de la farándula cinecaca? ¿Por qué no los subvenciona de su dinero?
Señor, usted tiene de izquierdoso honrado, lo que yo de obispo.
Y
que pasa con los asesores -seiscientos se dice que tiene usted a su
servicio- que se supone sean amigotes, familiares y coleguillas del
partido, con un buen sueldo. Y que por la mala situación en la que
se encuentra nuestra Nación, deben ser unos mantas de mucho cuidado
o enemigos suyos en la sombra.
Y
se acabó la sangría que supone las innecesarias y fantoches
autonomías, que sólo sirven para que haya más chupópteros y gandules
recalcitrantes tocándose los cojones. Satrapías para las que es
necesario un debate serio que acabe con esa ignominiosa carga que le
han colgado al sufrido contribuyente. Cataluña tiene embajadas en el
extranjero. Ocasión aprovechada por el Señor
Joseph-Luís
Cardo-Rovira,
para colocar a su hermano de embajador en la embajada de París,
según cuentan. ¿Qué le parece? ¿No tiene nada que decirle a ese
CARADURA político?
¿Y para cuando la separación de poderes como está estipulado en una
democracia que se precie de ello? Criticáis a la que tacháis de
dictadura anterior, con la nueva dictadura que habéis establecido,
sometiendo a los poderes legislativo y judicial desde el ejecutivo
dictatorial.
Ejecutivo -Gobierno- que ordena a los componentes del legislativo lo
que han de votar mediante señales digitales. So pena de perder la
manduca que les da el pesebre, si votan en conciencia como debiera
ser. Habéis hecho del Parlamento -lugar donde se legislan las leyes
que hemos de cumplir- el primer y más importante estercolero del
País.
Leyes que hemos de cumplir una vez impuestas por los Jueces -piedra
angular del sistema- y que usted trata de manipular a la mayoría de
los siempre honrados y decentes Jueces, que son la gran confianza y
la única esperanza del desvalido ciudadano. JUECES que deben estar
avergonzados y desesperados.
Dais asco y pena. No es posible encontrar en ningún sitio a hombres
y mujeres tan basura como los que tenemos en la política española. Y
me refiero a las mujeres, porque su interés por la igualdad al
hombre no va más allá del derecho a ser tan corruptos como ellos en
cualquiera de los cargos o quehaceres que puedan ocupar y
desarrollar. Vemos como todas ellas lo aplauden y defienden a usted
cada vez que sube a la tribuna a contarnos los consabidos rollos
patateros y las mentiras de su vasto y repugnante repertorio.
Señor, Acordándome de que fui instructor de reclutas en la Gloriosa
Legión Española, ya le he ofrecido varias veces a Dios la mitad de
la vida que me quede por vivir a condición de verme en el llamado
"barracón eléctrico" instruyendo a los señores diputados que os
pasáis la vida zampando a dos carrillos, tocándose los… y
arrellanados en los escaños del Congreso. Sobre todo, cuando os veo
andar como burros cansinos y patos mareados.
A
las dos semanas -garantía absoluta- ni vuestras santas madres os
iban a conocer. Hasta se le pondrían derechas sus célebres cejas,
que tanto inquietan a su amigo y protector, el Borbón francés que
tenemos de Rey mudo.
Con el deseo de que desaparezca de la vida política y comience a
disfrutar de la lucrativa gabela que ideo el Felipe González a
nuestra costa, para los que hayan sido presidentes de mi país, me
despido ¡SIN MÁS!
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