Estos que pedían libertad de expresión para todos, democracia para
todos e igualdad para todos a la hora de poder hacer llegar al
pueblo las ideas y las diferentes propuestas. Estos que todo lo
pedían y que no paraban de protestar, cuando han llegado al poder y
se han instalado cómodamente en él, ya no recuerdan nada de aquello.
Ahora todo son prohibiciones. Todo lo que no sea “políticamente
correcto” ha sido satanizado y, de este modo, entre dos partidos
nacionales y tres o cuatro más nacionalistas y residuales se han
repartido el pastel y todo lo demás ya les sobra.
Por
eso se dedican a cambiar la Historia, como hacía el padrecito Stalin,
que borraba de un plumazo aquello que no le gustaba cómo había sido
y lo reescribía a su gusto. Esto les gusta mucho a los nuevos
talibanes del siglo XXI, llevados por el odio, la revancha, la
hipocresía y los peores sentimientos del ser humano.
Han
satanizado el Alzamiento Nacional cívico-militar del 18 de julio,
tanto en el “parlamiento” español como en el europeo, con el apoyo
de la “derechona” tibia y cobarde, que ha vendido a sus padres y
abuelos para congraciarse con la anti-España. Asfixian legalmente,
políticamente, económicamente, muy “democráticamente” eso sí, a toda
organización política, cultural o del tipo que sea que siga
defendiendo las banderas y los ideales eternos, importándoles nada
lo que diga la constitución que se sacaron de la manga y que no
cumple nadie.
Ahora le ha tocado a la Abadía del Valle de los Caídos, a cuyos
benedictinos no les llega ni un euro y están llenos de deudas que
debía pagar Patrimonio Nacional. La idea es echarlos de allí para
arrasarlo todo y poner un “museo de los horrores del franquismo”.
Estos, que son los mismos que cometieron miles y miles de asesinatos
en Europa cuando acabó la Segunda Guerra Mundial y “depuraron” a
otros tantos cientos de miles. Estos marxistas de siempre que han
asesinado, en el mayor holocausto de Historia, a más de 120 millones
de personas, que se dice pronto. Estos socialistas y comunistas que
ejercieron una represión alucinante después de cada una de sus
victorias y que siempre se han dejado llevar por el odio, la
venganza y la maldad (grandes cartas de presentación y de
democracia).
Estos, que censuran los libros, quemándolos y multando y
encarcelando a los editores en una inquisición “democrática” cínica
y cobarde. Estos que han hecho desaparecer, por ejemplo el “Libro
Negro del comunismo”, ahora inencontrable, donde se narraban todos
sus “logros” y asesinatos millonarios.
Estos que quemaron todas la iglesias que pudieron, que asesinaron a
13 obispos y a 7000 religiosas y religiosos, y a más de cien mil
personas, de las que se pueden dar nombres y apellidos (ahí está la
investigación exhaustiva de Rafael Casas de la Vega “Masacre”,
pueblo por pueblo, y de la que ya salió el primer volumen, o el
Santuario de la Gran Promesa de Valladolid, donde están consignados
todos los nombres de los asesinados). Estos, que cometieron la mayor
persecución religiosa de la historia de la humanidad, que robaron
todo el oro y la plata del Banco de España y todas las cajas del
Monte de Piedad y de la totalidad de los bancos. Estos que
destrozaron todo el Patrimonio Nacional que pillaron y que decían:
¡Muera España! ¡Viva Rusia! Y muchas barbaridades más irrepetibles.
Hay que recordárselo siempre.
Estos, que son peores que los talibanes con sus actuaciones, estos
son los que quieren hacer museos de los horrores. Para museo de los
horrores que se miren al espejo o que lean la verdadera Historia de
sus bajezas, canalladas, traiciones, hipocresías y mentiras, su arma
preferida. Estos son los mismos de siempre, qué caray… |
|