Dijo
que se mataría, de jambre, el muy cabrón
que
protestaba de todo, de España, fiero opresor
de
los anhelos de ETA, de Euzkadi, de lo vascó
y
entre huelgas y más huelgas,¡lo que zampaba el mamón!.
pobrecito,
este hijoputa, asesino y confesó
de
jóvenes guardias civiles,
de
paisanos, sin rubor, este cerdo terrorista
después
de hacer su función, se ponía tibio de ostras
de
mariscos, de jamón
y
brindaba con champán, por lo bueno de su acción.
Dejadle,
que este elemento, solito se muera al són
de
los cantos de sirenas, que le canta Zapató:
"Come
un poquito chorizo, este caldito, mi amor"
le
dice con insistencia, el jefe de Rubalcó.
¡Le
daba yó una sopita, de cicuta a este felón,
que
se iría de varilla, por las patas abajó!
A
ver si rompe la huelga, le pega una indigestión
y
revienta este hijoputa, con una buena explosión.
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