Ofrecemos
la crónica que el
diario Gara -pro-etarra-, ha hecho público con ocasión de las
protestas que cientos de personas convocadas por partidos patrióticos
han realizado con ocasión de la comparecencia en la Audiencia
Nacional -el día 31 de mayo-, de los cómplices de los terroristas.
La ofrecemos por su curiosidad en el lenguaje y por la visión que
dan de lo sucedido y cómo les duele que la Policía permitiera el
derecho a manifestarse de estas personas, sin responder a porrazos
con los mismos.
Diario
Gara. 01/06/2006.
Sobre
las 17.45, el juez interrumpió temporalmente la comparecencia de
Gorrotxategi. Según explicó a los medios Juan Carlos Rodríguez
Segura, abogado de la AVT, la decisión se debió al ruido producido
por un grupo de personas que, tras una pancarta firmada por La
Falange, coreaban lemas contra Batasuna o ETA, proferían vivas a
Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera y cantaban el
“Cara al sol” repetidamente.
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Al
parecer, el despacho de Grande-Marlaska está situado en la segunda
planta de la Audiencia Nacional y da a la calle de Génova, justo
enfrente de donde se hallaban los manifestantes. La sesión se
reanudó media hora más tarde en otra dependencia interior.
Tras
la comparecencia de Gorrotxategi, fue el turno, por este orden, de
Etxeberria, Otegi y Landa. La sesión finalizó pasadas las 20.00.
Media hora más tarde, los cuatro mahaikides y sus letrados
abandonaban la Audiencia Nacional.
Concentración
falangista
La
jornada comenzó con los alrededores de la Audiencia Nacional española
empapelados con carteles llamando a concentrarse a las 17.00. Esa
era la hora para la cual habían sido citados los cuatro mahaikides.
En los pasquines podía leerse «Otegui viene a Madrid a reírse de
las víctimas. España no negocia con los terroristas».
El
propio Otegi ya había advertido por la mañana, en declaraciones
radiofónicas, que esperaba encontrarse «con un comité de recepción
de los fascistas habituales».
A
las 15.30, la presencia policial ya era atosigante. El perímetro de
la sede judicial, las calles adyacentes y parte de la plaza Colón
estaban copadas de agentes, de uniforme y de paisano, que
controlaban a todo aquél que pasaba por allí.
Sobre
las 16.00, varias personas ataviadas con ropajes azules y banderas
españolas aguardaban en una cafetería próxima, que suele ser
punto de encuentro de los ciudadanos vascos que acuden a la
Audiencia Nacional.
Lo
cierto es que si estaban «esperando» a los representantes
abertzales o a sus acompañantes se quedaron con las ganas, ya que
en ese mismo momento los mahaikides entraban en el edificio
judicial. Algo más tarde llegaban los abogados Kepa Landa y Jone
Goirizelaia. Esto frustró a muchos de los que acudieron más tarde
a increpar a los abertzales. Dos mujeres llegaron incluso a
recriminar a los agentes policiales que les hubieran permitido
entrar tan pronto.
Un
cuarto de hora antes de las 17.00 había medio centenar de personas
en la acera situada frente a la Audiencia Nacional, coreando lemas
como «Presos vascos, cámara de gas», «Otegi hijo de puta muérete»,
«España una, y no cincuenta y una» o «Contra ETA metralleta».
Los lemas contra Zapatero y el Gobierno del PSOE fueron también
abundantes. «Gobierno socialista, gobierno terrorista» fue uno de
ellos.
El
grupo fue engrosando a medida que se acercaban las 17.00, hasta
llegar a casi dos centenares de personas. Arreciaron gritos como «Vascongadas
es España» y «Unidad nacional» o «Franco, Franco», todo ello
aderezado con el canto del “Cara al sol”, banderas falangistas y
enseñas rojigualdas con el águila franquista. También se vio un
muñeco caracterizado como Otegi, al que amenazaban con «quemar».
Altercados
con la Policía
A
pesar de mostrar en todo momento simbología fascista, los
congregados no fueron molestados por los policías, que se limitaban
a mantener el cordón en torno a la Audiencia. No sucedió lo mismo
con los periodistas, que protagonizaron varios rifirrafes con los
agentes, quienes no les dejaban realizar su labor.
A
modo de ejemplo, un cámara de Castilla La Mancha Televisión fue
empujado y amenazado con que le iban a «dar una hostia». Un policía
le acusó de «provocar» al acercarse a sacar imagenes de la
concentración. Otro profesional también fue identificado mientras
realizaba su trabajo.
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