Efemérides
para no olvidar.
Luis Carlos.
El 31 de mayo de 2006 se cumplen 100 años del terrible atentado de la
calle Mayor de Madrid que costó la vida a 23 personas y heridas
graves a más de 100.
Esta masacre, cuyo objeto era acabar con la vida de los recién casados
monarcas Alfonso XIII y Victoria Eugenia de Battemberg, fue hasta el
14 de marzo de 2004 el mayor atentado sufrido en la capital de España.
|
|
En 1963 se inauguró un monolito muy cerca del edificio desde el que el
terrorista Mateo Morral lanzó la bomba camuflada en un ramo de
flores sobre el cortejo real. El citado monumento está situado
sobre el lugar que ocupó otro de más monumentalidad que fue
inaugurado poco después de la catástrofe y que, ¡cosas de la
vida!, fue derribado por la II República.
Los peores pasajes de la Historia tienden a repetirse. Para la España
de 1906 aquél atentado empañó una jornada festiva que suponía un
respiro para una Nación que intentaba desprenderse de los lutos que
la guerra hispano-norteamericana de 1898 había impuesto. Un asesino
sin escrúpulos apagó la sonrisa de un pueblo que necesitaba de
cualquier excusa para olvidar sus penas. Treinta años después,
ante la mirada atónita de las víctimas del intento de regicidio, el
Frente Popular derribaba el monumento erigido en su memoria y
cambiaba el nombre de la calle, dedicando esta al terrorista Mateo
Morral. ¿Se podía caer más bajo?.
En mayo de 2006, un gobierno que ganó unas elecciones manipulando un
atentado terrorista, pretende sentarse a negociar con una banda
criminal con 1000 muertos a sus espaldas y millares de víctimas. Un
Presidente que dice emular a sus predecesores frentepopulistas
ignora a las asociaciones de víctimas del terrorismo y abre
una posibilidad de diálogo con los verdugos. Este émulo de la peor
ralea política que jamás ha existido en España, demuestra un
desconocimiento total de la Historia y por ello, tiende a repetirla
sin pensar en las consecuencias que esto conlleva.
Mateo Morral se suicidó cuando se vio acorralado por las fuerzas del
orden en su patética huída, pero sus seguidores consiguieron en
1936 otorgarle legitimidad dedicándole una calle. Josu Ternera o
Arnaldo Otegui obtendrán la legitimidad de un gobierno que se
sienta con ellos a dialogar de igual a igual. No cabe la menor duda
de que, una vez que consigan sus objetivos, varias calles de España
llevarán sus nombres tal y cómo en otra época llevaron el de
Mateo Morral. Ese día, la poca legitimidad moral de que aún
dispone el gobierno de Zapatero se habrá volatilizado y entonces
también, tendrán que coger un libro de Historia y aprender cómo y
porqué cayó el Frente Popular.
INICIO
|