El
último encuentro de los dos ilustres soldados.
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Después
de la
reunión que mantuvo Franco con Mussolini en la “Villa
Regina Margherita” en Bordighera, cuando regresaba a
España, el 13 de febrero de 1941, mantuvo una
entrevista con Pétain en la población gala de
Montpellier. Para la Francia de Vichy, la visita de
Franco suponía la ruptura del aislamiento a que estaba
sometido el régimen del mariscal y también ofrecía la
ocasión de volverse a encontrar los dos ilustres
soldados. A las 13:30 horas llegaba el convoy de veinte
coches, siendo recibidos en la plaza de la Prefectura
con gran pompa. Según versiones francesas, el mariscal
quedó impresionado por la confianza que Franco mostraba
en la Providencia de Dios. |
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Pétain
confesó a Lequerica pocos días más tarde: “La visita del
general Franco a su vuelta de Italia, me ha emocionado... y la
considero de gran importancia para el porvenir”. El Caudillo
manifestó a Pétain que no tenía intención de intervenir en
la contienda y que confiaba en la ayuda de los amigos para
impedir a cualquier beligerante la utilización del territorio
español. La prensa de Vichy calificó la entrevista de
Montpellier como el comienzo de una colaboración fraternal
entre España y Francia.
A
media tarde, los dos jefes de Estado salieron de la
Prefectura, se estrecharon cordialmente la mano e
intercambiaron sus últimos saludos. Era la entrañable
despedida de dos compañeros de armas y amigos.
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