Vaya por delante mi condolencia a la víctima y
el repudio que siento por las agresiones de todos estos matones de
gimnasio, drogas y alcohol, estos buenos chicos, a juicio de
sus vecinos, que matan o se enzarzan en peleas hasta matarse. Con
todo, la vista por la agresión que dejó tetrapléjico al congoleño
Miwa Buene en 2007 da cuenta de la situación de descomposición
social y alto riesgo que se vive en infinidad de nuestros barrios,
pueblos y ciudades como consecuencia de una inmigración desbordada y
desbordante. Que es, entiendo, donde debemos situar este caso:
A) Roberto Alonso, el imputado, parece que
estaba harto de la situación que se vivía en su barrio, en donde un
grupo de negros no hacían más que crear problema con el tráfico de
drogas y las peleas.
B) Miwa Buene, la víctima, no era el ciudadano
pacífico que nos quieren hacer creer que era.
La familia de Roberto, los padres y el hermano,
entiende que es la justicia la que con las pruebas y los datos de
los que dispone tendrá que juzgar lo que nunca debió haber sucedido,
y de lo que se arrepiente Roberto.
Por ende, los allegados a Miwa, todos negros,
provocaron al final del juicio una violenta pelea en la calle por
motivo de tratar de demostrar la relación de parentesco que cada uno
tiene con la víctima, detrás de cuyo interés está el cobró de parte
de los 400.000 euros que se piden como indemnización. |
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