¿Para qué sirve
un Rey?
La sucesión en los
regímenes monárquicos, pese a estar prevista y ser hereditaria, no
deja de tener su importancia, pues un príncipe desocupado es siempre
un problema para el Estado, un quebranto para la Nación y, sobre
todo, un infortunio para la Monarquía. Y como ejemplo, ahí tenemos a
toda esa tropa de herederos disfrutando de la vida, sin más
horizonte vital que esperar la hora en la que se muera el rey para
sucederle. Que es, en definitiva, su razón de ser en esta vida. Por
eso algunos reyes dimiten, abdican o se jubilan para que la Casa
siga viviendo a costa de la nación. Al fin y al cabo, ¿qué padre no
quiere para su hijo lo mejor?
Por lo que respecta
a España, tengo para mí que la maniobra por la sucesión ya ha
comenzado y hay indicios suficientes al respecto. Aunque deba decir,
que tales indicios son, al menos en lo que a mí respecta,
consecuencia de mis particulares presunciones. En primer lugar, por
el inconveniente moral que para don Juan Carlos será tener que
firmar la ampliación de la Ley del Aborto, al fin y al cabo don Juan
Carlos es católico practicante. En segundo lugar, por lo tocado
que intuyo ha quedado anímicamente el Rey después del despropósito
de haber pedido una negociación con ETA, que a fe mía nunca estuvo
en su ánimo. Y en tercer lugar, el hecho de que se le vea cansado y
sin ilusión, salvo por jubilarse y descansar.
Pero por encima de
todas estas percepciones, lo que verdaderamente me pone sobre la
pista de tal operación, “Operación Príncipe”, son las dos preguntas
que se hace uno de los periodistas mejor informados de este país,
Casimiro García-Abadillo en su artículo “Un Rey sin 23-F” (El
Mundo, 23 de febrero de 2010):
A) “¿Tendrá don
Felipe, el sucesor, que legitimarse desde la normalidad?”
B) “¿No habrá por
fortuna otro 23-F?”
Y es que, a lo que
parece, al sucesor no le ha bastado con rebajar la Institución con
su matrimonio (una chica divorciada, de clase baja y agnóstica) ni
siquiera con las amistades peligrosísimas (Joaquín Sabina, por
ejemplo) con las que desde su matrimonio con la citada comparte
mantel. Pues parece que la sucesión para ser aceptada requiere de
otras “cosas”. No obstante, don Felipe de Borbón y Grecia que
reinara si nadie que se lo impide con el nombre de Felipe VI lo
tiene bastante complicado. Aunque sea tan sólo por la pregunta que
todos los españoles nos hacemos… ¿Para qué sirve un Rey? |
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