El
acuerdo sobre el franquismo.
Fermín Alonso Sádaba.
Presidente de la Hermandad de Defensores de Oviedo.
Ofrecemos el
siguiente artículo publicado en el periódico La Nueva España, el
24 de diciembre de 2002, en respuesta a otro artículo. Lo hacemos
por su actualidad, con los momentos que estamos viviendo y por el
odio de la izquierda que desde el parlamento europeo, quiere
condenar el régimen franquista.
Como réplica al
escrito de don Nicanor Eozada, publicado por LA NUEVA ESPAÑA el
pasado día 13, he de decirle que la fecha del 20 de noviembre se
recordará siempre, en todo el mundo, como el día que murió, al
servicio de la patria, el caudillo Francisco Franco. El hombre que más
dio e hizo por los españoles y por España, por lo menos desde los
Reyes Católicos, sin pedir nada a cambio. Y no por la triste
condena al “franquismo”, aprobada por las Cortes Españolas; no
por los españoles.
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De este indignante
acuerdo que fue presentado por la izquierda española con el rencor
y odio que les caracteriza a los que les ganaron la guerra; que están
en su derecho. Pero lo que sí lamento es que el Partido Popular,
sin contar con sus seguidores, le haya seguido el juego, sin
recordar que la mayoría de ellos no hubiera nacido, si hubieran
ganado los rojos, ya que sus padres, por el sólo hecho de amar a
Dios y a España, hubieran sido asesinados.
Hay cobardías
inexplicables y ésta es una de ellas.
El día primero de
abril de 1939, el caudillo Francisco Franco dicta el último parte
de guerra, que decía así: “Cautivo y desarmado el Ejército
rojo...” y nada dice de “republicano” que usted comenta, pues
la república, después de las elecciones de febrero de 1936, había
dejado de existir. El Frente Popular marxista era quien mandaba.
Ahora les avergüenza
de haber pertenecido al “Ejército rojo”, ellos sabrán el porqué.
La guerra civil española
comenzó con la revolución de octubre de 1934, golpe de Estado
cruento socialista contra la república y el Gobierno legal y democráticamente
constituido en las elecciones de noviembre de 1933.
La revolución de
octubre de 1934 comenzó como estaba previsto; con los ataques a los
cuarteles de la Guardia Civil, en Moreda, Murias, Ujo, Santa Cruz,
Olloniego, Sama de Langreo, La Felguera, Ciaño, Sotrondio, Turón,
etcétera. En todos los cuarteles se desarrollan escenas de trágica
grandeza. El heroísmo y la abnegación de la Guardia Civil alcanzan
cimas que parecen inaccesibles.
En la revolución
socialista de octubre de 1934 fueron asesinados 34 sacerdotes,
religiosos y seminaristas, que murieron, todos ellos, gritando: Viva
Cristo Rey; así como más de un centenar de personas de orden.
Las voladuras e
incendios en Oviedo fueron de tal magnitud que a la capital del
Principado se la denominó “La ciudad mártir”.
Volaron e
incendiaron la Cámara Santa, la Audiencia Territorial, el Palacio
Episcopal, los conventos de San Pelayo y Dominicos, la iglesa de San
Tirso, la Universidad, el teatro Campoamor, los cines Jovellanos y
Toreno, las calles de Uría, San Francisco, Fruela, Jovellanos, Argüelles,
Posada Herrera, Mendizábal, Santa Susana, Instituto de Segunda Enseñanza,
etcétera.
González Peña
asalta y vuela las cajas fuertes del Banco de España, llevándose
14.425.000 pesetas de aquel entonces.
Salvador de
Madariaga, nada sospechoso, dijo: “Con la revolución de octubre
de 1934, la izquierda española perdió hasta la sombra de autoridad
para condenar el alzamiento de julio de 1936.
Con la condena de la
revolución socialista de octubre de 1934, debería haber empezado
la “condena al franquismo”.
En 1936 ¿quién
asesinó a más de trescientas mil personas en la zona roja? ¿Qué
habían hecho? Ser españoles, nada más.
¿Quiénes volaron e
incendiaron miles de iglesias y conventos?
¿Quién asesinó a
más de ocho mil sacerdotes y religiosos, entre ellos a trece
obispos?
¿A ésos no se les
condena?
¿Condenar al
franquismo por haber fundado el 13 de diciembre de 1938 la
Organización Nacional de Ciegos de España (la ONCE).
¿Por haber fundado
la Seguridad Social? La más avanzada del mundo en aquel entonces.
Subsidio familiar en 1938, seguro de vejez e invalides –pensiones-
seguros de enfermedad –cientos de residencias y ciudades
sanitarias. Ambulatorios, consultorios, etcétera. Medicinas sin
pagar, enfermeras profesionales –silicosis, en las minas de carbón-,
seguros de desempleo, escolar, empleados del hogar, autónomos, etcétera.
¿Por haber otorgado
al trabajador las gratificaciones del 18 de julio y Navidad.
Vacaciones y domingos y festivos retribuidos. Salario mínimo. Becas
para el estudio de los hijos de los trabajadores, etcétera?
¿Por la garantía
en la estabilidad del trabajador en la empresa? Puesto fijo y
duradero, etcétera.
¿Por haber elevado
al trabajador a cotas jamás soñadas, pasar de la alpargata al 600
y a tener vivienda en propiedad?
¿Por haber
construido pantanos, canales, trasvases, puestas en regadío, etcétera?
En 1975 España ocupaba el tercer lugar del mundo, solamente
superada por Japón y Estados Unidos. En 1936 España tenía 190
presas, Franco inauguró 515.
¿Por los cientos de
miles de viviendas protegidas para la clase trabajadora? Hubo años
que se inauguraban más de mil al día.
¿Por las
autopistas, autovías, carreteras, ferrocarriles, etcétera?
¿Por la renta per cápita,
que pasó de 131 dólares en 1936 a más de 2.088 en 1975?
¿Por haber
construido universidades, institutos, escuelas, etcétera?
¿Por haber dejado a
España sin paro? En 1975 había solamente el 0,3 por ciento?.
¿Por haber
construido universidades e institutos laborales, centros de formación
profesional, escuelas de aprendices, etcétera para los hijos de los
trabajadores?
¿Por haber
construido residencias y ciudades residenciales donde el trabajador
podía pasar sus vacaciones junto a sus familias?
¿Por haber fundado
Radio Nacional de España, Agencia “Efe”, Consejo Superior de
Investigaciones Científicas, Radio Exterior de España, RENFE,
Orquesta Nacional de España, Instituto Nacional de Industria,
Escuela de Periodismo, Televisión Española y ... para qué seguir?
¿Por haber hecho de
España la primera potencia turística del mundo?
¿Por haber elevado
la clase media del 20% en 1936 al 73,9 por ciento en 1975?
¿Por haber creado
el plan de desarrollo, con el que España alcanzó el noveno puesto
industrial del mundo?
¿Por qué
la España que dejó Franco fue el factor principal del
cambio?
Es bien notorio que
el exclusivismo pasional de tantos irreconciliables y la polarización
partidista de quienes fracasaron en el intento de consagrar en España
la “dictadura del proletariado”, desearían que la figura de
Francisco Franco pasara a la historia, como un golpista montaraz.
Pero historiadores hay , y los habrá, ejemplares y objetivos, cuyas investigaciones esclarecedoras de la época
de Franco, de los precedentes que explicarán su excepcionalidad y
de los resultados obtenidos, y acabarán por imponerse a la
parcialidad sectaria y a la superficial algarabía de quienes no han
digerido, aún, que ningún jefe del Estado y ningún político español
haya tenido, en las horas de su fallecimiento, un espontáneo
homenaje popular, de la magnitud del que se produjo en Madrid, entre
los días 20 y 22 de noviembre de 1975.
¿Por todo eso
condenaremos al “franquismo”?
Llorad como ...
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