Rubalcaba
y Fouché.
Luis Carlos.
El gobierno ha
vuelto a mentir siguiendo la línea a la que nos tiene acostumbrados
desde que llegó al poder, merced a la manipulación llevada a cabo
entre los días 11 y 14 de marzo de 2004.
Se anunció la
salida de Bono cómo fruto de una decisión personal, pero algunos
medios publican que la tarde del jueves se produjo un fuerte
enfrentamiento entre Mr Bean (Zapatero) y José Bono que llevó al
primero a cesar al segundo y colocar en su lugar a Alonso,
sustituyendo a este por Rubalcaba.
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Rubalcaba fue
miembro de varios de los gobiernos de la corrupción y del GAL de
Felipe González, por lo que cuenta con experiencia probada en temas
terroristas y financieros. Entre los días 11 y 14 de marzo de 2004
fue el diseñador y artífice de la fraudulenta campaña de agitación
que condujo al PSOE a la victoria. Su comentada relación con la
masonería y sus contactos en la policía le hicieron obtener
información de los investigadores de la masacre terrorista del 11-M
con la anticipación suficiente como para manipularla y presentarla
públicamente, en un acto de deslealtad y falta de escrúpulos sin límite.
Dicen de él que es un negociador profesional y que ha sido la
persona que ha dirigido los acuerdos más importantes impulsados por
el gobierno en asuntos tan delicados como el Estatuto Catalán y la
"tregua" de los asesinos de ETA; siendo así no es de
extrañar que Mr Bean hayan pensado en él como la persona adecuada
para sustituir a Alonso. Después de sentarse en los Consejos de
Ministros de Felipe González o negociar con los dirigentes de ERC,
cuenta con la experiencia necesaria en el trato con delincuentes y
criminales que el puesto encomendado le exige. Probablemente su
doctorado hayan sido las largas negociaciones del PSOE con ETA antes
del anuncio de la "tregua" y en las que el negociador por
excelencia habrá jugado un papel fundamental.
Sin duda alguna y en
esta nueva coyuntura, utilizando el lenguaje tan en boga últimamente,
es necesario un Ministro que mantenga atadas bien corto a las
Fuerzas de Seguridad del Estado, evitando la asfixia policial contra
el entramado terrorista vasco.
Muchos hemos sido
los que tras conocer el nombramiento de Rubalcaba recordamos a Fouché,
Ministro del Interior de Napoleón Bonaparte. Fouché fue un
individuo camaleónico sin escrúpulos, masón y jacobino, durante
la etapa de la Revolución Francesa conocida como "el
terror", fue el encargado de organizar el aparato represivo
fuera de París, llevando a la guillotina a decenas de miles de
inocentes y estableciendo un sistema represor sin límites. La
represión fue especialmente cruel en los departamentos que se habían
mostrado más levantiscos ante los desmanes revolucionarios. Tras la
caída del gabinete Robespierre se libró de la guillotina y, en vez
de retirarse discretamente de la vida pública, continuó
conspirando aunque esta vez al servicio de un oscuro general de
Artillería con grandes aspiraciones políticas: Napoleón
Bonaparte. Fouché se encarga de dirigir la conspiración que
culmina con el golpe del 18 brumario que conduce a Napoleón al
poder y es premiado con el cargo de Ministro del Interior, cargo
desde el que no cesará en su actividad como represor y conspirador.
Uno de los asuntos más turbios ("un asunto tenebroso" a
decir de Balzac) sería el secuestro en el extranjero, traslado a
Francia y fusilamiento del Duque de Enghien, nieto y sucesor del Príncipe
de Condé. En 1815, tras la caída de Napoleón, se hará cargo del
gobierno y ofrecerá sus servicios a Luis XVIII. Este los aceptará,
pero se verá obligado a hacer dimitir a Fouché debido a las
presiones de la Opinión Pública, harta de las manipulaciones de un
individuo cruel y sin principios, capaz de venderse al mejor postor
con tal de mantenerse en el poder.
Más de doscientos años
separan a ambos personajes aunque una cosa les diferencia
fundamentalmente y es que, mientras que Fouché estuvo al servicio
de Napoleón, Rubalcaba está al servicio de Zapatero y la
genialidad de uno poco tiene que ver con la imbecilidad del otro.
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