Según
publicó El
Confidencial Digital un sargento del cuartel de Inchaurrondo
cinco veces condecorado por su trabajo ha sido cesado en su destino
tras un incidente ocurrido el pasado octubre con una pancarta que
imputaba a la Benemérita posibles actos de tortura y asesinatos.
Un suboficial cinco veces
condecorado, por servicios y méritos, ha sido cesado en su destino
por sorpresa a causa de un extraño incidente acaecido en octubre
del pasado año. Este sargento, que trabajaba hasta la fecha en el
Cuartel de Inchaurrondo, tiene entre sus honores la medalla al mérito
de la Guardia Civil con distintivo rojo, que se concede cuando el
agente es herido o arriesga su vida.
Tal y como contó en su día
El Confidencial Digital, los hechos que han desembocado en esta
sanción son los siguientes. El pasado 12 de octubre con motivo de
la celebración de la Virgen del Pilar, patrona de España y del
Instituto Armado, numerosos familiares de los agentes acudieron al
acuartelamiento de Inchaurrondo, sede de la Comandancia de Guipúzcoa.
|
|
Finalizados todos los actos
oficiales, y pasada la medianoche de ese día, personal de la 3ª
S.A.R. del Grupo de Acción Rápida (GAR) que, fuera de servicio,
paseaban por el casco Viejo de San Sebastián acompañados de
familiares, observaron una pancarta con el siguiente lema: “La
Guardia Civil tortura y asesina”. El cartel estaba colgado junto a
una bandera de España tachada.
Los agentes procedieron a
retirar la citada pancarta, la trasladaron al Acuartelamiento de Inchaurrondo
y fue arrojada a un contenedor de basura. Sin embargo, a las dos de
la madrugada de ese día de celebración, personal recién
incorporado (bisoño) de la 2ª S.A.R. del GAR, que no había
participado en la retirada de la pancarta, la encontraron en el
contenedor. Los familiares de los Guardias Civiles que se
encontraban en las inmediaciones, al ver la proclama, aplaudieron
que hubiera sido requisada y dieron vivas a España y la Guardia
Civil. En total podrían fueron 300 las personas que adoptaron esta
actitud al ver el cartel.
En ese preciso instante,
apareció en el lugar el Comandante Jefe de la Comandancia, que se
sintió incomodado al ver algunos familiares haciéndose fotos con
la pancarta y dando vivas al Cuerpo. Por este motivo, llamó la
atención a las personas que la portaban en ese momento, así como a
quienes los rodeaban.
Por estos hechos, el citado
mando ordenó realizar una ‘información reservada’ como ya
desveló meses atrás ECD, que derivó en la sanción a un sargento
del GAR que, en ese momento, se encontraba de responsable de la
Sección. La sanción consistió en una falta leve por
“negligencia en el cumplimiento de sus obligaciones
profesionales”.
Los motivos de esa primera
sanción fueron que se trataba del agente de mayor empleo del GAR
presente en la retirada de la pancarta, así como en la carpa. Otro
de los motivos fue “no haber custodiado” la pancarta. Hasta aquí
parecía haber llegado la actuación del mando de la Comandancia.
Pasados dos meses desde aquel
incidente, en la Comandancia de Guipúzcoa y la Unidad de Acción
Rural (U.A.R) se ha conocido el reciente cese en destino del citado
sargento del G.A.R., puesto que venía ocupando desde finales del año
2003. El suboficial queda en activo y sin destino en la Comandancia
de Logroño, donde tiene su base central el GAR. El cese ha sido
motivado por la “perdida de confianza en él por su Mando”, una
medida que está regulada por el artículo 76 de la Ley 42/1999 de
25 de noviembre sobre el Régimen de Personal de la Guardia Civil.
Fuentes oficiosas de la Benemérita
califican este cambio de destino de una “sanción encubierta” al
sargento, que esta casado y tiene dos hijos pequeños. En Inchaurrondo
se escuchan quejas que apuntan: “resulta increíble que un hecho
merecedor de alabanza y admiración en otra época, sea hoy la causa
de una sanción camuflada”.
INICIO
|