Navidad.
J.
Esteban.
Otro año más, otras Navidades que se
acercan, un gasto atroz que obliga a muchas economías familiares a
tambalearse de una manera alarmante, esta es la “Navidad laica”
–que absurdo el intento de hacer laica una fiesta religiosa, ya
sea la Navidad, el Ramadán, el Sabat...- que nos venden hace mucho,
no es un nuevo invento de ZP, no, no, esto ya viene de lejos.
Como católico me parece lamentable el trato
que se da a la Navidad, planteémonos lo siguiente ¿celebramos el
nacimiento de Jesús o el del capitalismo más radical?. Navidad es
tiempo de enmendar errores del pasado, y de reconducir por una nueva
vida más acertada o mejorar la que ya tenemos, pero con la actitud
de que ese cambio perdure, que sea un arrepentimiento o un nuevo
enfoque vital que sólo vaya mejorando con los años como el buen
vino, unas buenas intenciones que se deben de convertir en hechos
puros y sinceros, si esto no es así no haremos más que engañarnos
a nosotros mismos.
La Navidad, génesis
del mensaje de Dios, debe de ser eterna en toda persona católica,
debemos comportarnos como tal todos los días de nuestra vida, no
vale el figurar como tal cuatro días y luego olvidarnos de lo que
somos y más en estos tiempos que corren dónde la moral, la
honradez y cualquier principio ético se encuentra totalmente
obsoleto y atacado por los medios de “comunicación” que quieren
acabar con el lastre que para ellos es el divino don de la
conciencia. Esta actitud de “matar” a Dios de la sociedad es el
verdadero “opio del pueblo”, ya que si no somos temerosos de
Dios, los escrúpulos desaparecen y podemos hacer cualquier
barbaridad al prójimo sin temor a las consecuencias venideras de la
justicia eterna.
Por favor en estas
fechas replanteaos lo mucho que podemos ayudar todos en la comunidad
católica, una persona no puede arreglar el mundo pero si aliviarlo
en una gran medida de muchas formas, visitando enfermos, ancianos,
ayudando en su parroquia...
Sin más desearos a
todos una felicísima Navidad y un fructífero año 2006 y que la
luz de Dios nos ilumine y sobre todo a los que están en nuestra
contra, aquellos que están cegados por la luz del dinero, del poder
y de la corrupción, son los que más necesitan de la luz de Dios.
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