Masonería en España. Jakim
Boar.
Algo
que muchas personas no pueden comprender es como en su propio país
hay gente que odia su patria, que odia su bandera, que odia sus
tradiciones, sus antepasados y todo lo que representa la nación en
la que viven. Esta controversia tiene una respuesta sencilla aunque
desconocida, el odio a lo español realmente no viene de nuestro país
sino que es algo transmitido desde la vecina Francia y a través de
una secta llamada masonería o francmasonería desde hace algo más
de dos siglos.
La masonería se mantuvo como sociedad secreta y discreta durante
sus inicios, pero en la actualidad ha sido muy estudiada por
historiadores y analistas sociales. Recordemos que en nuestra
literatura hasta un grande como Benito Pérez Galdós escribió uno
de sus episodios nacionales sobre la masonería, El Grande Oriente
en 1876, narra como esta sociedad secreta intervino poderosamente en
los acontecimientos que agitaron la vida política española en el
“trienio constitucional” 1820-1823. La masonería es una
sociedad secreta y selecta que en la actualidad permanece viva y con
bastante fuerza. Curiosamente Josep Corominas i Busqueta diputado
del PSOE en el congreso entre los años 1996 y 2000 es hoy en día
el Gran Maestre de esta secta en España, dicha logia depende
directamente del Gran Oriente Francés.
Echemos un vistazo a la historia de la masonería respecto a su
influencia en nuestro país y en el vecino francés. Los orígenes
de la masonería se remontan a Inglaterra y desde allí se extendió
a Francia, donde tomó su máximo esplendor en la Revolución
Francesa liderada por masones en 1789, como anécdota señalaremos
que el creador de la guillotina fue hermano masón. Los masones
franceses fueron responsables del estado laico y de la decadencia de
la Iglesia Católica en Francia. También fueron partidarios de la
revolución comunista de La Comuna Francesa en 1870 y dos masones
franceses fueron los compositores del himno La Internacional en
1871, que se convirtió en el himno comunista. Esta masonería
francesa es conocida como francmasonería y se escindió
completamente de la rama inglesa y norteamericana. Como diferencias
entre ambas cabe destacar que la francmasonería es completamente
anticatólica y anticristiana y la anglosajona es totalmente
cristiana protestante.
En la invasión francesa de España por las tropas de Napoleón en
1808, la francmasonería se intentó extender e infiltrar en nuestro
país con la implantación y creación de diversas logias por
nuestro territorio. El rey de España impuesto por Francia José
Bonaparte, hermano de Napoleón, era Gran Maestre de la masonería
francesa. Son conocidos los abusos y sacrilegios que cometieron las
tropas de Napoleón contra la Iglesia en España, el mismo Bécquer
lo relata en sus famosas Narraciones y Leyendas. Con la victoria de
los españoles en la Guerra de la Independencia y la expulsión de
las tropas francesas de España, se tomó en nuestro país un espíritu
antimasónico y antifrancés, ya que se había descubierto como esta
secta quería infiltrarse en la alta sociedad política y militar
española. Fernando VII ‘El deseado’ a la vuelta de su secuestro
en París y en su nuevo reinado en 1813, prohíbe la masonería en
España. Por tanto, la masonería pasa a la clandestinidad en
nuestro país y los colaboradores españoles de los franceses (los
afrancesados) siguieron trabajando en las diversas logias de España
ya clandestinas.
La masonería a través de sus militares masones españoles consigue
infiltrarse en las colonias españolas de Sudamérica y fueron
responsables de la decadencia del imperio español. Los masones
promueven el independentismo y el espíritu antiespañol por las
colonias consiguiendo sus propósitos. Los dos independentistas más
destacados, Simón Bolívar y José de San Martín, fueron masones
reconocidos, el primero de origen español y el segundo de origen
francés. Estos independentistas lograron sus propósitos a través
de las logias masónicas que estaban establecidas clandestinamente
por todo el territorio americano.
Los afrancesados y masones de las logias clandestinas de España
lucharon contra el orden establecido y alborotaron a la población
en contra de los Reyes de España, al estilo de la Revolución
Francesa, hasta conseguir la proclamación de la Primera República
Española en 1873, bajo el lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad,
el lema de la masonería y de la República Francesa. El resultado
de la Primera República Española no pudo traer peores
consecuencias para nuestra nación. Los políticos masones y algunos
militares también masones intercedieron en la población fomentando
los independentismos regionales, lo que dio origen al antiespañolismo.
A España llega la Guerra Cantonal, donde muchas ciudades y pueblos
se declaran independientes al estado, se autodeclaran repúblicas o
cantones y el gobierno tiene que sofocar con armas esta revolución
y se termina devolviendo la monarquía a Alfonso XII.
Después de fracasada la Primera República española, los masones
frustrados y enfurecidos comienzan a introducirse con más fuerza aún
en el ejercito español, y en los principales partidos
revolucionarios y antimonárquicos como el PSOE e independentistas
como Esquerra Republicana, también crean sindicatos revolucionarios
como UGT, podemos observar que el símbolo de la UGT son las manos
entrelazadas tal y como las dan los masones entre ellos. La masonería
vuelve a conspirar contra la monarquía e incluso perpetra un
atentado contra el rey Alfonso XIII el día de su boda en 1906.
Francis Ferrer i Guardia es acusado como instigador del atentado y
también como instigador de los sucesos de la Semana Trágica de
Barcelona, este terrorista y anarquista pertenecía a la masonería
catalana, como cualquier logia francmasónica dependiente de la
francesa.
La masonería y los revolucionarios con sus presiones y
conspiraciones consiguen expulsar al Rey de España, amenazándolo
de muerte y confinándolo al exilio, es entonces cuando se instaura
la Segunda República Española en 1931. En la Segunda República más
del 50% de los diputados socialistas eran masones y en Esquerra el
38,46%, con lo que se demuestra que la masonería tenía una gran
influencia sobre los independentistas y sobre la izquierda
republicana y revolucionaria de nuestro territorio.
Fueron masones reconocidos Manuel Azaña, Luis Companys, Fernando de
los Ríos, y una larga lista de políticos socialistas e
independentistas, la propia gran logia actual de España asegura y
presume de conservar las actas de todos estos políticos en su
hermandad. En el gobierno del Frente Popular, prácticamente el 90%
de los ministros eran masones. El anticlericalismo de la masonería
se volvió a demostrar desgraciadamente en los años de la República,
donde el Frente Popular crea una ley para la expropiación de todos
los bienes de la Iglesia. También se crea una ley por la que se
prohíbe la docencia a los sacerdotes y en las escuelas tienen que
eliminar los crucifijos de las aulas, a esta ley el filósofo Miguel
de Unamuno responderá: “La presencia del Crucifijo en las
escuelas no ofende a ningún sentimiento ni aún al de los
racionalistas y ateos; y el quitarlo ofende al sentimiento popular
hasta el de los que carecen de creencias confesionales. ¿Qué se va
a poner donde estaba el tradicional Cristo agonizante?¿Una hoz y un
martillo?¿Un compás y una escuadra? O ¿qué otro emblema
confesional?”, cabe señalar sobre esta reflexión de Unamuno que
el compás y la escuadra son el símbolo de la masonería.
La
masonería y los revolucionarios en esta república fomentan un
sentimiento anticatólico en parte de la sociedad española,
culpando a la Iglesia de la pobreza y de todos los males de nuestra
nación. La incultura, la delincuencia y la revuelta anticatólica
toma las calles en la Segunda República, se queman conventos, se
asesinan sacerdotes y seminaristas, se atenta contra el patrimonio
artístico y cultural de la Iglesia por todas las regiones de España
y se pone de moda la blasfemia como algo habitual en la forma de
hablar. El día 13 de Octubre de 1931 el masón y
presidente de la república Manuel Azaña hace en las Cortes su
famosa afirmación: "España ha dejado de ser católica",
sin tomar su gobierno ni una sola medida para detener esa barbarie.
En Julio de 1936 estalla la Guerra Civil, consecuencia de los
sucesos acontecidos contra la Iglesia, la Revolución de Asturias y
el asesinato del diputado de derechas José Calvo Sotelo cometido
por militantes socialistas y guardias de asalto. La guerra finaliza
en 1939 y Franco que conocía bien el espíritu revolucionario y
conspirativo de la masonería, tanto que su propio hermano Ramón
(diputado de Esquerra Republicana) era masón y muchos de sus compañeros
militares también lo eran, prohíbe la masonería en España bajo
pena de muerte e incautó todos los documentos de la masonería
acumulándolos en el archivo de Salamanca. Parte de estos
documentos, que ahora reclama el gobierno catalán, son los
concernientes a la masonería catalana apropiados por los
nacionales.
La masonería desaparece de España durante todo el periodo de
gobierno del General Franco, y las logias españolas se trasladan a
Francia, abandonando por completo nuestra nación. Pero su vuelta es
notable en la transición democrática al regreso de los partidos
clandestinos en Francia como el PSOE. Actualmente se conoce que
pertenecen a la masonería distintos políticos del PSOE, entre
ellos Gregorio Peces-Barba y el citado Gran Maestre de España,
Josep Corominas. También distinguidos adinerados de la época de
Felipe González, como Mario Conde. Se conoce que el Capitán
Lozano, abuelo de José Luis Rodríguez Zapatero, fue fusilado por
el ejercito nacional en 1936 por su pertenencia a la masonería y
por repartir panfletos revolucionarios entre sus compañeros
militares. El historiador Ricardo de la Cierva asegura que Zapatero
es masón y también algunos de sus ministros. Respecto a la actual
Francia, Francois Mitterrand, antiguo presidente de Francia, fue
grado 33 de la masonería francesa, el grado 33 es el grado máximo
en dicha secta. Y el francés Giscard D’estaigne, uno de los
redactores de la Constitución Europea, es masón; hay que recordar
que la Constitución Europea daba la espalda a la Iglesia Católica,
sin embargo abría sus puertas a sociedades filantrópicas como la
masonería.
Los masones están obligados a guardar todos los secretos de la
masonería, bajo amenaza de pena de muerte sino lo hacen. Adoran a
un Dios generador de todas las cosas, llamado para ellos el Gran
Arquitecto. Todas las logias españolas dependen de gran logia
francesa llamada Gran Oriente y tienen que acatar sus ordenes.
La masonería ha demostrado en su historia que tiene como finalidad
la destrucción y abolición de la Iglesia Católica. Hay una
incompatibilidad absoluta entre la masonería y el catolicismo,
aunque los masones nieguen esta afirmación. Diversos Papas han
dictado bulas por las que se excomulgaba a cualquier católico que
perteneciese a la masonería. Solo hay que leer a uno de los máximos
exponentes de la masonería, Albert Pike, que se consideraba incluso
luciferino, y reconocía al Dios de la Luz masónico, como Lucifer.
La francmasonería aboga por el estado laico y el laicismo, y por la
abolición total del estado católico. Por donde ha pasado la
francmasonería se encuentra la persecución a la Cruz, no sólo en
España también en países como México, donde las guerras
cristeras intentaron asesinar a millones de cristianos a la orden de
los francmasones.
En conclusión, el antiespañolismo y el anticatolicismo que hay en
España fue promovido por una secta influyente y propagandística
a la que sólo pertenecen destacados e ilustres personajes entre
ellos políticos, militares, policías, juristas, rectores, etc.
Dicha secta sirve principalmente y exclusivamente a los intereses de
Francia. La masonería francesa entró en España para intentar
acabar con nuestro imperio, inventando y promoviendo los
separatismos, el anticlericalismo y el pensamiento antimonárquico
tanto en nuestras colonias extranjeras como en el interior de
nuestro territorio. Una táctica conspirativa francesa para acabar
con la rivalidad de su país enemigo, España, ya que fuimos los
primeros que derrotamos a las tropas de Napoleón en Europa, en la
batalla de Bailén.
No es de extrañar que la masonería como movimiento sectario,
conspirador y selecto haya intentado infiltrarse en partidos de
todas las tendencias ideológicas e incluso en la propia Iglesia Católica.
Pero donde tiene su mayor influencia es en la izquierda española y
en particular en el PSOE, un partido de gran tradición masónica,
pero que siempre ha intentado ocultar esta tendencia. Por tanto, la
francmasonería ha provocado y ha intervenido en los incidentes más
desastrosos de la Historia de España, se empeña en la constitución
de la república laica en nuestra nación para acabar así con el
catolicismo y con la monarquía tradicional católica. También se
empeña en fomentar el independentismo de regiones de España, para
así aniquilar la unidad y el poder de nuestra nación por completo.
Como secta selecta que es solo buscan a personajes influyentes de la
sociedad para pertenecer a ella y así conseguir sus fines, por lo
que un ciudadano de a pie nunca puede pertenecer a la auténtica
masonería, quizás sí a las logias creadas para el pueblo, pero
nunca a las realmente auténticas e influyentes en la política y en
el orden público.
Actualmente en España padecemos un gobierno anticatólico y
desestabilizador de la Constitución Española, parece que tengan un
gran interés en debilitarla y arruinarla. También tenemos un
gobierno que coexiste con el independentismo y con los que vocean
por una Tercera República. Si a todo esto sumamos las tramas
oscuras y conspirativas en las que se encuentra implicado este
gobierno desde el 11M, podemos percibir muy de cerca a la masonería.
Francia estaba siendo superada por España en todas las cifras tanto
económicas como de empleo y nos estábamos convirtiendo en un serio
rival de nuestro país vecino. España tenía bloqueada la
Constitución Europea y muchas medidas económicas venían a
favorecer la economía española como el pacto de Niza. La historia
dentro de muchos años terminará por revelar si los acontecimientos
del 11M, para derrocar al gobierno Aznar, tuvieron algo que ver con
la masonería, si es así España se enfrenta a otro de sus tristes
y peligrosos episodios y a un futuro bastante incierto. Velemos
porque así no sea.
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