Traición. Jakim
Boar.
España a la muerte de Franco estaba en uno de los momentos más
álgidos de su historia y su recuperación después de la República
y Guerra Civil había sido vertiginosa. Tenía niveles de
convergencia económica con Europa que solo han podido compararse
con los que se han alcanzado en la era del 2000 y era un país
prospero. Pero el fallecimiento de Franco tendría consecuencias
nefastas para España.
La transición española fue un mar de desconcierto, de errores y de
temores en los que se permitió desde la legalización y vuelta del
Partido Comunista hasta la excarcelación de genocidas como Carrillo
sin ser juzgado o la excarcelación de asesinos etarras tratando a
estos de presos políticos. Los socialistas volvieron con toda
libertad a España, a pesar de sus latrocinios y crímenes en la
guerra y República, y para colmo llegaban como los auténticos demócratas
y salvadores, creando la mítica y falsa historia de que la Segunda
República había sido un gobierno legal disuelto por un golpista:
Franco. Tal fue el caos producido durante la transición en nuestro
país que los militares el día 23 de Febrero de 1981 llegaron a
pensar que España volvía a tambalearse como en 1936. Este triste y
erróneo acontecimiento precisamente llevó al poder al PSOE y
etiquetó a Franco ante las nuevas generaciones como un golpista
tipo Tejero. En este episodio se encuentra envuelta en una trama
oscura y aún sin resolver, pero que sin duda es la mayor traición
al Generalísimo.
Franco era monárquico hasta la médula, tanto que en su gobierno,
España siguió siendo un reino y llevó a la bandera nacional el
estandarte de los Reyes Católicos como escudo: el águila de San
Juan. Su estrecha amistad y lealtad a Alfonso XIII, padrino de su
propia boda, y su enemistad con Don Juan, llevó su decisión de
tomar como sucesor a Juan Carlos I, al que además le tomó un
especial cariño y trató como a su propio hijo. Don Juan en el
exilio, como enemigo de Franco, había entablado amistad con los
enemigos del régimen: los huidos socialistas y comunistas. Pero el
cariño y generosidad de Franco que tuvo con Juan Carlos no fue
suficiente. El Rey Juan Carlos golpeó sobre el Generalísimo, una
vez muerto.
Todo esto se demostró el 23F. Un golpe que probablemente diseñó y
sin duda protagonizó el propio Rey Juan Carlos ante las evidencias
y testimonios que dejaron los militares acusados en el juicio. Pero
¿con que fin el Rey diseñaría un golpe de estado?. Precisamente
con el fin de descabezar definitivamente la cúpula militar
franquista, aún muy poderosa y así acabar completamente con el régimen
del Caudillo. Y así se logró, todos los militares más
importantes, fieles a su patria y a su rey cayeron en desgracia y el
Rey Juan Carlos ganó una popularidad enorme entre los políticos y
sobre todo la confianza de los socialistas tan amigos de su padre.
También ganó popularidad frente a la población con su actuación
en TVE proclamando como malos de la película a los militares. La
maniobra que realizó fue hacer creer a los militares que España
estaba en una situación insostenible y que él iba a apoyar un
alzamiento, para más tarde echarse atrás abandonando a los
militares y dejarlos entre rejas.
Este golpe además tuvo un doble efecto y causó la victoria total
del PSOE en las siguientes elecciones, ya que la población temerosa
de la vuelta de los “malvados militares” al poder, votaron a los
“salvadores y demócratas socialistas”. Un golpe perfectamente
orquestado que dejó entre barrotes, engañados y traicionados a
grandes patriotas como Tejero o Milans del Bosch. También se
consiguió que en España se exterminase definitivamente uno de los
poderes de la nación: el militar. En la actualidad han sido
eliminados además otros poderes como el religioso y ahora quieren
acabar con el judicial, quedando como único poder el político.
España después de este golpe ha quedado a merced e indefensa de
los políticos que han montado su dictadura y tienen bajo su mando a
militares, policía, jueces y civiles, y que intentan cada día
laminar aún más los poderes e independencia de la Iglesia Católica,
una institución que representa nuestra propia sangre. Tal fuerza
tiene ahora el poder político que seguramente en un futuro no muy
lejano podrán violar un resultado electoral y será prácticamente
indetectable, nuestro sistema se corrompe por momentos.
Que más se puede decir de un rey como Juan Carlos I, del que
Zapatero ha calificado como “un rey muy republicano”, que acepta
los insultos en Vascongadas y Cataluña o que ni se inmuta ante la
posible desmembración de nuestra nación. Un rey que no mueve un
dedo por la unidad de su país, no defiende su propia Constitución
y va dejando que lentamente los separatistas se crean amos y señores
de sus territorios. Este monarca deja que se atente impunemente
contra la figura del Caudillo, olvidándose que Franco fue quién
restauró la monarquía en nuestro país, la misma que habían
eliminado socialistas y comunistas exiliando a un amenazado de
muerte Alfonso XIII y burlándose de la voluntad de un pueblo
mayoritariamente monárquico.
Según la constitución española de 1978 “El Rey es el Jefe del
Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el
funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta
representación del Estado” y “Corresponde al Rey el mando
supremo de las Fuerzas Armadas”, por ahora no hemos visto que el
Rey asuma estas obligaciones, ya que las instituciones españolas no
funcionan regularmente y muchas incumplen la Constitución como las
instituciones públicas vascas o catalanas. Por poner un ejemplo, la
Constitución obliga a las instituciones autonómicas a poner en sus
edificios la bandera española junto a la de la comunidad autónoma,
nunca una bandera de una comunidad puede ondear ni representar nada
sin estar junto a la bandera española, y esto no se cumple en
muchos territorios de nuestro reino.
Si el Rey de España representa la unidad nacional y tiene
autoridad, pero no hace nada por preservarla, no sólo estará
traicionando a todos los españoles, sino que estará traicionándose
a sí mismo y a toda su dinastía. Permitiendo y firmando la ley del
matrimonio homosexual se ha cometido una traición a la Iglesia Católica
estandarte de todos los reinos y reinados de España, y se ha
violado la propia Constitución Española. El 23F se cometió una
traición a Franco y a diario se comete traición a todo lo que el
Caudillo representó con la injuria por delante. Francisco Franco
regentó un gobierno absolutista pero fue igual de absolutista y no
menos glorioso que los reinados del mismísimo Carlos V o Isabel y
Fernando, por tanto la figura de Franco merece un respeto y un lugar
en nuestra historia, ya que además fue el pueblo español quien
luchó y dio su sangre por la victoria de Franco. Pero parece que al
monarca Juan Carlos se le haya olvidado quien le dio la llave de su
Corona y esto en castellano puede llamarse cobardía, ingratitud o
directamente traición.
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