Había
desaparecido del proyecto Kindelán toda limitación
en el mando de Franco. La denominación jefe
del Gobierno del Estado era una simple concesión
a Cabanellas, pero ante la atribución simultánea
de todos los poderes del Estado equivalía sin más
a la jefatura del Estado, como se demostró en la
ley que Franco firmó el 1º de octubre de 1936, en
la que se hablaba simplemente de jefatura del
Estado, como reconoció, desde el primer día, la
Prensa. |
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El mismo día
30 de septiembre, por iniciativa personal, el obispo de
Salamanca, el catalán Enrique Plá y Deniel –que cedía
a Franco su palacio como nuevo cuartel general-,
firmaba una importantísima pastoral, Las dos ciudades, en que por vez primera la Iglesia de España
declaraba cruzada
al movimiento nacional. “La actual lucha –decía la
pastoral-
reviste, sí, la forma externa de una guerra civil; pero
en realidad es una cruzada.”
El
1º de octubre de 1936 la Junta de Defensa proclama en
Burgos generalísimo y jefe del Estado al general
Francisco Franco, a quien el general Cabanellas, en su
discurso, llama jefe del Estado. Franco acepta en una
breve arenga en la que afirma mi
pulso no temblará y recalca: “Me tengo que encargar
de todos los poderes.” Luego sale al balcón de la
Capitanía General de Burgos y dirige unas palabras al
gentío que le aclamaba. |