Nació
el 24 de abril de 1856 en Cauchy-la-Tour en el Artois,
región situada al norte de Francia. Su padre era un
modesto agricultor y su madre moría cuando el pequeño
Henri Philippe tenía pocos meses, por lo que fue
confiado a los cuidados de su abuela, que lo educó a la
manera espartana. Tal tipo de educación no le resultó
excesivamente penosa, pues más tarde manifestaba a un
amigo: “Todo lo que poseo de bueno se lo debo a mi
abuela. Fue ella quien me enseñó la rectitud de
carácter, la seriedad y la voluntad de perseverar en el
esfuerzo”. En 1867 asistió al colegio religioso de
Saint-Omer, continuando estudios en Arcueil. Ingresó en
la prestigiosa Academia militar de Saint-Cyr en el año
1876. |
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Es
teniente de infantería cuando en Mentón conoce a Eugénie
Hardon, que con el tiempo acabaría siendo su mujer. En 1911,
con el grado de coronel, asume el mando del 33.º regimiento
de infantería de guarnición en Arrás, al que pertenece como
subteniente Charles De Gaulle. El 28 de junio de 1914, el
archiduque Francisco Fernando de Austria fue herido
mortalmente en Sarajevo, lo que motivó el estallido de la I
Guerra Mundial. El 5 de agosto de 1914 recibe Pétain la orden
de dirigirse hacia el frente. El 31 de agosto, ascendido a
general, asume el mando de una división que se está
replegando en desorden en Bélgica, a la que consigue inspirar
un nuevo espíritu combativo. El 20 de octubre, el general en
jefe Joseph Joffre le confía el mando de un cuerpo de Ejército.
El 21 de junio de 1915 es nombrado jefe del II Ejército en el
puesto del general Castelnau. Su prudencia y su habilidad táctica
comienzan a merecer la atención de Joffre y de las
autoridades políticas. El 24 de febrero de 1916, el alto
mando le confía la delicadísima tarea de defender a
cualquier precio el sector de Verdún, donde la ofensiva
alemana puede abrir al enemigo el camino hacia París. En
pocos meses, con una defensa organizada de manera magistral
gana la mayor batalla de desgaste de la historia, famosa por
la consigna francesa Ils
ne passeront pas! (¡No pasarán!) y que tuvo lugar entre
el 21 de febrero y 18 de diciembre de 1916, dando el siguiente
balance de bajas: alemanes, 434.000; franceses, 543.000.
Sustituyó al general Nivelle en el mando de los ejércitos
del Norte y Nordeste en el año 1917. En noviembre de 1918 es
nombrado mariscal de Francia y vicepresidente del Consejo
Superior de Guerra. En 1919, con Joffre y Ferdinand Foch,
recibe la espada de mariscal, en el curso de una imponente
manifestación en el Arco del Triunfo de París.
En
1920 contrae matrimonio civil con Eugénie Hardon, en la
capital francesa. En 1925 sustituye a Lyautey en la dirección
de las operaciones contra los rebeldes de Abd-el Krim en
Marruecos. Sucedió
a Foch en la Academia Francesa y fue ministro de la Guerra en el gabinete de Doumergue. En 1936 el Frente Popular
gana las elecciones, llegándose al máximo antagonismo entre
la derecha y la izquierda. Pétain, queriéndolo o no, se
convierte en el favorito de la derecha. En el año 1938
mantiene una riña literaria con el coronel Charles De Gaulle,
quien publica con su nombre un libro sobre la historia del ejército
francés. Según el acuerdo establecido, De Gaulle habría
tenido que hacer el borrador del volumen, que luego firmaría
Pétain. Se interrumpen las relaciones, hasta entonces
extremadamente deferentes, entre De Gaulle y Pétain. En abril
de 1939, Albert Lebrun es confirmado de nuevo como presidente
de la República. Mientras, Hitler ha violado el acuerdo de
Munich invadiendo el resto de Checoslovaquia.
El
presidente del Consejo, Daladier, al tener que establecer las
relaciones diplomáticas con la España franquista, piensa en
Pétain como la única personalidad grata al régimen de los
vencedores, ya que Franco se mostraba disgustado contra el país
que había enviado armas a los republicanos durante el
gobierno socialista de Léon Blum. El 2 de marzo de 1939 el
Consejo de Ministros francés designaba al mariscal Pétain
como embajador de Francia ante el Gobierno de Franco. En el
expreso de París-Hendaya llegaba a la frontera la mañana del
16 de marzo de 1939. Ya en territorio español lo recibieron
el coronel Sanz-Agero y el coronel Ungría. El mariscal partió
para San Sebastián, donde permaneció seis meses antes de su
traslado a Madrid.
El
3 de septiembre de 1939, a las 17 horas, Francia se pone del
lado de Inglaterra al declarar la guerra a la Alemania que ha
invadido a Polonia.
El
1 de mayo de 1940, el presidente del Consejo, Paul Reynaud
llamó a Pétain a París, proponiéndole para ministro de
Estado y vicepresidente del Consejo de Ministros en el
gabinete de Paul Reynaud. La dimisión de éste el 18 de junio
le llevó a la presidencia. Cuando los alemanes se acercan a
París y en pleno derrumbamiento del ejército francés, hay
un acuerdo unánime de señalar a Pétain como la única
persona que puede pedir a los alemanes un armisticio sin
deshonor. El 22 de junio firmó el tratado de paz con Alemania
en Compiègne. Trasladó el Gobierno francés de Burdeos
(donde se encontraba desde la rendición de París) a Vichy (2
de julio de 1940) y, disuelta la Tercera República, ostentó
la jefatura del llamado Gobierno de Vichy. Antes de producirse
el derrumbamiento de Francia, condenó el movimiento de los
Franceses Libres de Charles De Gaulle (1940), quien desde
Londres había hecho un llamamiento a favor de la resistencia.
El 24 de octubre, Pétain se reúne en Montoire con Hitler,
quien le pide inútilmente que la Francia de Vichy declare la
guerra a la Gran Bretaña. El 7 de noviembre de 1942, los
norteamericanos desembarcan en Marruecos y en Argelia. El 26
de agosto de 1944, los norteamericanos liberan París. Al
verse obligados los alemanes a abandonar Francia se lo llevan
como prisionero a Sigmaringen, permaneciendo en Alemania hasta
abril del año siguiente, y una vez derrotados los alemanes se
entregó voluntariamente en la frontera suiza.
Su
juicio se celebró en el Palacio de Justicia de París durante
los meses de julio y agosto de 1945. Fueron testigos de cargo
entre otros, Paul Reynaud, Edouard Daladier, Albert Lebrun, Léon
Blum, Edouard Herriot y Pierre Laval. Al amparo del
sentimiento general de que Pétain no era sino un símbolo del
delito nacional de rendirse demasiado pronto al Eje y de que
le llevó a ello más el derrotismo que la traición, no se
tuvo en cuenta este cargo a lo largo del proceso y se hizo
hincapié en sus actividades colaboracionistas posteriores al
Tratado de Compiègne. En definitiva fue condenado a muerte y
despojado de sus honores por inteligencia con el enemigo. Lo
cierto es que para ahorrar inútiles sacrificios a su patria y
salvar en lo posible el honor de Francia, no dudó en
sacrificar el suyo propio, que nunca conoció la menor mancha.
Conmutada la pena por la de cadena perpetua, fue confinado en
la isla de Yeu en el Golfo de Vizcaya. A primeros de julio de
1951, al agravarse su estado de salud recibió del presidente
Auriol un “perdón médico”, siendo trasladado de la isla
de Yeu al hospital de Pont-Joinville, muriendo el 23 de julio
de 1951 a la edad de noventa y cinco años.
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