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Actualizada: 07 de Abril de 2.008.  

 
 
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 Alcalde de Benidorm, siempre fiel a Francisco Franco.


Pedro Zaragoza ¡Presente!




Las Provincias. Por Juan Navarro. 04/04/2008.

El general Franco me miró fijamente, con esa mirada que penetraba hasta el alma. ¿Y dice usted Zaragoza, que el gobernador civil y dos ministros han solicitado al Arzobispado de Valencia que le abra expediente de excomunión? Si, mi general. Bien, bien. A partir de ahora, Zaragoza, cuando tenga algún problema, no vaya al gobernador civil, trátelo directamente conmigo. Ahora, márchese a Benidorm y haga lo que tenga que hacer. Seis meses después, Camilo Alonso Vega, ministro de la gobernación, su esposa y Carmen Polo, esposa del general Franco, pasaban una semana en mi casa".

Pedro Zaragoza Orts nació el 15 de mayo de 1922 en la calle de Tomás Ortuño 6, en Benidorm, donde en la actualidad tiene su despacho de abogado. Era hijo único del matrimonio de Pedro Zaragoza Such, capitán inspector de la Compañía Trasatlántica Española y de Francisca Orts Barceló. La madre murió a los diecisiete días de nacer Pedro, que fue bautizado en la iglesia parroquial de Santiago de Benidorm. Sus primeros estudios los realizó en una escuelita de las hermanas de la doctrina cristiana donde su tía Pepita Orts, sor Adoración del Niño Jesús, daba clases.

En la escuela nacional de don Ernesto de León, cursó la primaria y el ingreso lo preparó con José Pérez Devesa, jefe de telégrafos. El bachiller lo estudia libre en Alicante, hospedándose en el Hotel La Balseta de la calle Manero Mollá. La guerra civil lo sorprende en tercero y abandona los estudios. "Me afilié a la CNT para obtener un trabajo y gracias a Francisco Agulló, "el carbonero", entonces secretario general, me puse a trabajar descargando sacos y haciendo cuentas en abastos. No quería que a mi padre le faltase lo que más le gustaba: pan blando y café." Termina la guerra y se matricula en la Escuela Náutica.

Pedro quería ser marino como su padre, pero éste se opuso; "mi padre me dijo: con 21 años yo mandaba un barco, tú no lo harás ni con 70" Suspendió Cabos y Nudos, la asignatura más difícil y se marchó a hacer la mili a Madrid, en el Ministerio de Marina. Juan Pereira le ofrece trabajo en una empresa de abonos minerales, viaja por España y se establece en Piedrasalbas (Cáceres), donde llegó a ser gerente de la fábrica y accionista de la empresa.

"Una mañana, la Guardia Civil me dio la noticia de la muerte de mi padre y me marché a Benidorm." Pedro entierra a su padre y decide quedarse en Benidorm para arreglar la herencia. Conoce a Antonio Ramos Carratalá y comienza a trabajar en la oficina de Villajoyosa de la Caja del Sureste ya que Benidorm no tenía oficina. "Mi primer jefe fue Jerónimo Llorca, una gran persona".

Poco tiempo después se inaugura una ventanilla al público, en los bajos de su casa, de la Caja del Sureste, que más tarde sería la sucursal de Benidorm.

"Fue la primera entidad financiera que abrió en Benidorm y tuve la suerte de que tocase el gordo de la lotería en Benidorm; como acabábamos de abrir, el crecimiento de la oficina fue espectacular." Pedro se casa con María Ivars el 24 de septiembre de 1952. El matrimonio tiene cuatro hijos. Meses antes, el gobernador civil Aramburu le ofrecía la alcaldía de Benidorm que no aceptó. "Había tres candidatos: Andrés Alemany Baeza, Francisco Ronda Vives y el actual senador Miguel Barceló Pérez".

Aramburu insiste y Pedro acepta por tres meses; corría 1951. "Accedí a la alcaldía con un presupuesto de setenta mil pesetas y 1.700 habitantes" Su primera actuación fue llamar a un grupo de arquitectos, liderados por Francisco Muñoz Llorens y establecer el primer plan general para ordenar el territorio. Otra de sus actuaciones fue el decreto que autorizaba el uso del bikini en todas las playas del término municipal de Benidorm. "El gobernador me informó que el arzobispo de Valencia me quería excomulgar, lo cual implicaba la separación matrimonial y pérdida de muchos derechos"

Pedro pide una entrevista a Franco y previamente visita al ministro de la Gobernación, Camilo Alonso Vega, al que pide ayuda. Le avisan de la Jefatura del Estado que Franco le espera y Pedro, en una Vespa, se traslada a Madrid. "Le dije a Franco la verdad. Necesitábamos divisas y el turismo nos las ofrecía. Franco me indicó que volviera a Benidorm y que me olvidase del tema." En 1966 es nombrado presidente de la Diputación de Alicante y en 1970 director general de Actividades Turísticas, para, posteriormente, ser nombrado gobernador civil de Guadalajara.

En 1975, tras la muerte de Franco, cesa de sus cargos políticos y se dedica a terminar Derecho, consiguiendo la licenciatura en 1976. Como empleado de la Caja del Sureste, pide el reingreso y la Confederación de Cajas lo reclama para jefe de promoción, donde al cabo de un tiempo se jubila. Durante su época de director general de Actividades Turísticas, multiplicó los festivales de verano, llegando incluso a Viña del Mar, en Chile. "Allí conocí a un caballero llamado Salvador Allende, me lo presentó Juan Audueza Silva, alcalde de Viña del Mar. Tuve una gran amistad con Allende, de hecho, sus memorias están en mi archivo con una carta personal de él, autorizando su publicación, que por deseo personal suyo no puede hacerse antes del año 2010".

Falangista hasta la médula, votó en contra de la Ley de Reforma Política y de la Ley de Sucesión de 1969 en la que se nombraba a Juan Carlos de Borbón sucesor de Franco a título de rey. "Agatángelo y yo votamos en contra. He pedido varias veces el certificado de mi votación y siempre obtuve silencio. Soy falangista, pero si alguien me dice que soy de derechas me sienta peor que si me insultasen". Sigue trabajando en la misma casa donde nació.

"No tengo miedo a la muerte, únicamente respeto. Para mi sólo hay un mandamiento: Ama a Dios sobre todo y al prójimo más que a tí mismo. El día que tengamos cojones para devolver el bien a quien nos hace mal, se habrá acabado el odio en el mundo".

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Minuto Digital. 02/04/2008

Promovió el regreso a Benidorm de los exiliados sin delitos de sangre, consiguió que se legalizase el biquini antes que en Francia, se iba a ver a Franco al Pardo en vespa… Así fue Pedro Zaragoza Orts, alcalde de Benidorm durante el franquismo, fallecido el 1 de abril a los 85 años. Su último gesto, de lealtad a Franco y rebeldía ante ZP, fue pedir al Gobierno que le vendiese la estatua del Caudillo removida de los Nuevos Ministerios.

Como testimonio a la generación que sacó a España del atraso y la alpargata, reproducimos una entrevista al alcalde franquista de Benidorm, Pedro Zaragoza, que convirtió el pequeño pueblo de pescadores en una potencia turística.


Entrevista en el periódico “El País” del 4 de agosto del año 2000.


¿Qué es lo primero que hizo [al ser nombrado alcalde con 27 años de edad]?

Avalar a todo aquél que tuviese las manos limpias de sangre para que regresara al pueblo. Había que recomponer la armonía desde abajo.

¿Cómo logró [legalizar el biquini]?

Las turistas del norte de Europa se lo ponían y yo me lo tomé con naturalidad. Sabía que oponerme al biquini era fracasar. Por eso hice un decreto para que se pudiese llevar en la playa. Pero hubo dos ministros que le pidieron al arzobispo de Valencia que me abriera un expediente de excomunión. Al final me abrieron cuatro. Y me atacaron tanto que, totalmente desesperado, cogí la Vespa y me fui a ver al Caudillo.

¿De Benidorm al Pardo con una Vespa?

Siempre fui al Pardo con la Vespa. De hecho, Franco me llamaba “el alcalde de la Vespa”.

¿Se presentó por las buenas?

Pedí audiencia y me presenté en el Pardo muy nervioso. Le expuse el caso. Le dije que el biquini estaría mal visto, pero que quien los vendía era Loewe. Y le puse un ejemplo fácil de entender. Le dije: “Mi general, si queremos desviar el curso del Ebro no podemos poner un muro en Tortosa, sino que habrá que ir al origen. Donde nace el Ebro”.

¿Y qué le contestó?

Que cuando tuviese problemas gordos, me dejase de gobernadores y ministros y acudiese directamente a él. Y dio órdenes para que las puertas del Pardo estuviesen abiertas para mí, porque le decía la verdad. Franco no es lo que cuentan. El único defecto que tenía es que era monárquico.

¿Usted no lo es?

Yo soy republicano.

Franco acabó con la República.

Instauró otra. Lo suyo fue una república presidencialista. Por eso me considero republicano, y soy más liberal que todos éstos de ahora. Incluso me acusaron de separatista por hacer un pregón en valenciano en los años setenta.

Incluso fue el abogado de la familia.

Me hice cargo de sus asuntos cuando falleció Franco. La primera declaración de renta la hice yo. Incluso tuve que avalar un crédito de tres millones de pesetas para pagar a Hacienda. Pagaron el crédito con la venta de un apartamento que tenían en Benidorm.

¿Cómo encauzó Benidorm hacia el turismo?

Ya existía un cierto turismo local, pero entonces Benidorm era un pueblo de pescadores y agricultores, con un presupuesto anual de 14.000 duros. Con buen clima, buen entorno y muchas dificultades de agua. Y llegué a la conclusión de que lo mejor que podíamos hacer, administrando el agua, era turismo. La primera revolución fue pedir al Gobierno un Plan General de Ordenación Urbana, convirtiendo todo el término municipal en edificable. Era ilegal, pero hicimos una trampa: adherir planes parciales. ¿Se pudo hacer mejor? Claro que sí.

¿Por qué no se hizo?

En nuestro proyecto, las calles eran el doble de anchas de lo que son. Pero en la comisión de urbanismo me dijeron que estaba loco por querer hacer calles más anchas que en Alicante y Valencia. Les advertí de que vendrían muchos coches, y se rieron. ¿Visionario? Nooo. Pero me lo tumbaron.

VASCOS Y LAPONES, A LA PLAYA

¿Y la campaña de Laponia?

Primero instalamos el consulado de Benidorm en Laponia. Todavía está puesto el cartel. Cogimos una familia de lapones, la paseamos por Helsinki, Barcelona y Madrid vestida al modo tradicional con un cartel que decía que se iban a Benidorm. Salió en toda la prensa de Europa. Luego los trajimos a Benidorm y como tenían calor se fueron a tomar el baño a la playa. Para sorpresa nuestra, se quitaron toda la ropa excepto los calcetines, puesto que su cultura no les permitía enseñar los pies, y se metieron en el agua desnudos. Por suerte, convencí a los periodistas para que no sacaran nada de eso. Si por el biquini me habían querido excomulgar, imagínese por el desnudo integral.

¿Cómo atrajo a tantos vascos a Benidorm?

Hicimos un convenio con una entidad financiera vasca en 1964 para que todos los matrimonios que se casaran el día de la Virgen de Begoña viajaran a Benidorm con los gastos pagados. Nosotros regalábamos todos los bártulos para el bebé que tuvieran, porque presumíamos que se había engendrado en Benidorm, claro.

Y hubo que inventarse el Festival de Benidorm.

Fue criticado por mucha gente, pero fue muy eficaz desde el punto de vista de la promoción. Tuve que comprometerme a pagar cinco millones de pesetas a la Red de Emisoras del Movimiento si llovía aquella noche para compensar los gastos. Nos la jugamos a una carta y salió bien. Y de ahí surgieron Julio Iglesias y Raphael.

¿No echa de menos aquel Benidorm de pescadores?

Mucho, pero en aquel Benidorm teníamos que irnos a las almadrabas y a navegar, y no lo disfrutábamos hasta que nos hacíamos viejos. En cambio, ahora lo disfrutan todos.

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La Voz Digital. 02/04/2008.

CAMPAÑA. Zaragoza en Helsinki, el 31 de mayo de 1965/ La Voz.

Un viaje en Vespa a El Pardo cambió la historia de Benidorm. Eran los años 50, Pedro Zaragoza, entonces alcalde del pequeño pueblecito pesquero, no se lo pensó dos veces. Fue a entrevistarse en persona con el general Franco y con la franqueza que le caracterizaba le planteó que o se legalizaba el bikini o el futuro de Benidorm estaba perdido. La Iglesia amenazaba entonces con excomunión si se permitía este modelo de bañador. Zaragoza logró su objetivo. Obtuvo el beneplácito del dictador para permitir el bikini en las playas benidormíes, algo que, más adelante, sería para la economía de la ciudad. Hoy, el hombre que removió las altas esferas del Estado en busca del progreso de Benidorm será enterrado en su ciudad natal.

Pero Zaragoza era un hombre inquieto y no paró para conseguir turistas. Estaba dispuesto a llegar donde hiciera falta para lograr que su tierra fuera un referente turístico internacional. Eso es lo que hizo. La historia personal que mayor repercusión mediática tuvo en su tiempo fue la de una familia lapona de cazadores de ciervos a la que Pedro Zaragoza conoció en Helsinki. El alcalde de Benidorm los llevó de aeropuerto en aeropuerto por toda Europa, con un cartel que explicaba -en castellano y en inglés- que esta familia nórdica iba a pasar sus vacaciones en Benidorm.

Por ello, Pedro Zaragoza es considerado entre los expertos del mundo del turismo como uno de los precusores del marketing turístico. Además, el hecho de llevar a cabo una campaña tan llamativa en aquellos convulsos años le llevó a ser portada de multitud de publicaciones, con lo que su nombre -y el de Benidorm- alcanzaron gran prestigio desde entonces. Pedro Zaragoza fue el artífice de muchos de los logros que han llevado a que en la actualidad Benidorm ocupe el lugar que ocupa a nivel internacional. Se le considera como el actor principal del despegue turístico de lo que hasta entonces era un pequeño pueblecito pesquero, porque marcó un modelo de crecimiento que ha sido imitado por otras ciudades. No en vano, todos sus sucesores en la alcaldía han seguido su ejemplo.

Zaragoza acabó con el pueblo de pescadores que era Benidorm -con apenas 1.700 habitantes a principios de los años 50- y la transformó en una ciudad dedicada al sector terciario.

Sus últimas horas

El Hospital de Levante de Benidorm vivió la pasada madrugada del lunes al martes la muerte de una de las personalidades más importantes que han surgido de Benidorm a lo largo de su historia. La bautizada como capital del turismo perdió a uno de sus ex alcaldes, cuya vida se apagó a los 85 años. El estado de salud de Zaragoza empeoró el viernes, cuando fue ingresado a causa de una insuficiencia coronaria. El empeoramiento acabó con el colapso de sus órganos vitales, lo que no pudo superar

La gente que lo conocía le llamaba Don Pedro, y de él hablan maravillas. Tenía un espíritu inquieto y un alma joven, a pesar de su edad. Igualmente, sus amigos definían su carácter como el de una persona afable, muy culta gracias a una vida en la todo lo consiguió con trabajo.

 

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Hispanidad. 02/04/2008.

Cientos de personas despidieron esta mañana en Benidorm (Alicante) al que fuera alcalde de la ciudad entre los años 1950 y 1967, Pedro Zaragoza Orts. El féretro del ex alcalde fue transportado a hombros por familiares y amigos desde la capilla ardiente en el Ayuntamiento hasta la Iglesia de San Jaime y Santa Ana acompañado de los sones de marchas fúnebres interpretadas por la banda de la Unión Musical.

Pedro Zaragoza, seguido de multitud de coronas y ramos de flores, fue recibido con una ovación cerrada a la entrada del templo. Una vez en la iglesia, el cuerpo del ex alcalde fue presentado ante la Virgen del Sufragio, la patrona de Benidorm, antes de ser colocado ante el altar mayor para presidir una misa cantada.

La misa, oficiada por el vicario episcopal de la zona quinta, Juan Agost, enviado expresamente por el obispo de la diócesis de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, contó con la participación del párroco de San Jaime y Santa Ana, Luis López y de párrocos de localidades limítrofes e incluso de Alicante.

En el oficio participó también el sacerdote benidormense adscrito a San Jaime y Santa Ana, Juan Rodríguez, que recordó el perfil humano de Pedro Zaragoza. Así, Rodríguez destacó "el gran luchador que era el ex alcalde, su exigencia personal para conseguir lo mejor para todos y el amor por su tierra, por su pueblo".

Al funeral asistieron los miembros de la corporación, de los dos grupos municipales, alcaldes de diferentes localidades alicantinas como el de Finestrat, Honorato Algado, o el de Callosa, Batiste Saval; ex alcaldes de Benidorm y numerosos representantes de la sociedad civil benidormense y de sus asociaciones.

Durante la misa intervino también el hijo de Pedro Zaragoza, Francisco Zaragoza, quien recordó "la figura humana de su padre y su esfuerzo para que siempre, aprendiesen a perdonar". Francisco Zaragoza añadió también que le gustaría "tener la mitad del corazón que ha tenido él, en el sentido de darse a los demás sin pedir nada a cambio".

De esta forma, el hijo de Pedro Zaragoza apuntó también que "a nosotros --refiriéndose a los hijos del propio Pedro Zaragoza-- nos ha enseñado a querer a los demás sin importarnos el daño que nos pudieran haber hecho".

Francisco Zaragoza, recordó además "el espíritu luchador" que el alcalde que impulsó el turismo en Benidorm "mantuvo hasta el final" ya que cuando ingresó en el hospital "desde el viernes al domingo no paró de hacer bromas, de meterse con las enfermeras, con los enfermeros, con la gente que venía a verle, hasta el último aliento estuvo luchando".

Tras finalizar el funeral, el alcalde de Benidorm, Manuel Pérez Fenoll, destacó "la impresionante respuesta" del pueblo de Benidorm para dar su último adiós a Pedro Zaragoza. Pérez Fenoll indicó también que Pedro Zaragoza "es un alcalde al que le debemos muchísimo y que fue marcando ese camino que ha hecho que Benidorm sea lo que es y eso se lo reconoce todo el mundo".

Por otra parte, el cuerpo de Pedro Zaragoza, tras salir de la iglesia donde se celebró su funeral entre aplausos, fue enterrado en el Cementerio Nuevo, donde sus restos reposan ya.

Previamente a la ceremonia celebrada en la Iglesia de San Jaime y Santa Ana, el alcalde de la ciudad le impuso la Medalla de Oro de la Ciudad, en el curso de un breve acto que tuvo lugar en la capilla ardiente que durante un día permaneció abierta al público en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Benidorm.

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ABC. 04/04/2008.

El fallecimiento del histórico alcalde de Benidorm Pedro Zaragoza Orts ocupó ayer las páginas de los principales diarios del Reino Unido y de Alemania, «The Times», «The Guardian» y «Frankfurter Allgemeine Zeitung»; medios que no sudaron en calificar al benidormí de «visionario».

  «El inventor de los paquetes vacacionales», publicó «The Times» para referirse a Zaragoza, una persona que observó durante los últimos cuarenta años cómo España pasó de ser «un país empobrecido y profundamente conservador a una de las naciones más poderosas y liberales del mundo». Una transformación, según informó, a la que aportó su grano de arena su insistencia por que se pudiera acudir a la playa en biquini, algo prohibido en aquella época tanto por la Iglesia como por las autoridades políticas. Su persistencia culminó en un permiso especial del mismísimo Francisco Franco.

«The Guardian» tituló su información atribuyendo a Zaragoza la condición de «constructor» de Benidorm. «Transformó un pequeño pueblo pesquero en un centro de paquetes vacacionales con banquetes de «fish´n´chips» y donde los ingleses cultivaron las quemaduras de «langosta rosada»», explicó el rotativo inglés, el cual desgranó en una tabla la «huella» inglesa en la ciudad: acoge 10 restaurantes de «fish´n´chips», 70 pubs ingleses, 4.500 británicos empadronados («con miles más no registrados») y sendas réplicas de los muelles de Wigan y Blackpool.

«Fue un visionario». Así tachó el periódico alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» al antiguo alcalde de Benidorm, el cual, según publicó el diario, inició el periplo turístico de una ciudad que actualmente recibe a «más de cinco millones de turistas al año». De igual manera, el corresponsal relató que, pese a que muchos consideran a la localidad un «infierno para la plebe inglesa», Benidorm es destacable por su conciencia ecológica: «En ninguna parte se recicla el agua con tanta precisión», sentenció el rotativo.

 

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ABC, 04/04/2008.

Dolorosa es la tarea de escribir una necrología, y ardua además si el espacio disponible es breve y la ocasión idónea para extenderse. Nos ha dejado Pedro Zaragoza Orts, pero su impronta permanecerá indeleble en todos aquellos que tuvimos la fortuna de conocerle.

Es de justicia, en este momento, darle las gracias. Gracias por ser como ha sido hasta el último suspiro: amigo de sus amigos, austero, de mentalidad amplia y abierta, honesto y siempre leal a sus principios e ideales. La memoria es frágil y ello conlleva olvidos indecentes. A Pedro no sólo Benidorm le debe mucho, sino también España, pues nuestra primera industria, ese turismo que hoy nos proyecta en el mundo, en gran parte es cosecha de su visión perspicaz e intuitiva.

Pero por encima de todo estaba el hombre. Capaz de generar amor entre todos cuantos le conocían, y especialmente en su esposa, María, perpetua y fiel compañera y confidente.

El respeto y devoción que siempre han sentido por él sus amigos y familiares se refleja, de forma distintiva, en su hijo Quico, entusiasta de su padre, al que desde estas líneas manifiesto mi profundo duelo con el abrazo del amigo incondicional.

Pedro, ferviente adicto a la familia y a su confesada amante Benidorm, se levantó cientos de veces tras los golpes de la traición, y sin embargo no fue capaz de guardar un ápice de rencor. Pedro creía en el ser humano, y con tal ideal vivió y nos legó su mejor enseñanza: la de la integridad bajo cualquier circunstancia.

He sido uno de los muchos afortunados que he podido degustar sus palabras y su afecto. Haber tenido esa oportunidad me hace feliz, y por eso sé que, donde esté, me aguardará con una copa de vino, siempre a disposición de quien quisiera visitar su bodega.

Descanse en paz.

 

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ABC. Juan Velardes, 07/04/2008.

Un economista español no puede dejar en silencio la muerte de Pedro Zaragoza Orts. Conviene aclararlo. La economía española, para su desarrollo, se ha basado siempre en expansiones derivadas de impulsos procedentes del exterior. El progreso del siglo XVI, a la exportación de la lana se debía. La consolidación del siglo XVIII, al papel de la plata americana. A lo largo del siglo XIX, muchos avances procedieron de la exportación de vino; simultáneamente, de la llegada masiva de capitales extranjeros, tras la consolidación del reinado de Isabel II con los moderados primero, y, desde luego, con las facilidades del bienio progresista. A caballo de los siglos XIX y XX, el gran movimiento positivo de nuestra economía se produjo con la exportación de minerales y con la entrada, tras 1898 y las medidas de Fernández Villaverde, de capitales procedentes de las Américas. A continuación, incluso en medio de la Gran Depresión, fue esencial para que no se hundiese nuestra economía, la exportación hortofrutícola, y muy especialmente, la de agrios. Para sacarnos de la crisis económica que se prolonga de 1936 hasta los inicios de los años 50, y de ahí en adelante, fue fundamental el auge del turismo.

Esa novedad, de la incorporación del turismo a nuestra economía, tuvo protagonistas importantes, como Gabriel Arias Salgado; el oscurecido, pero esencial, Eduardo del Río, y desde luego Fraga y su equipo. Pero no es posible ignorar en ese conjunto, a Pedro Zaragoza Orts. Y eso porque a él se debe haber creado un lugar atractivo para las clases medias europeas, Benidorm, al modo como en Estados Unidos surgió Atlantic City.

Benidorm, una pequeña localidad de pescadores, que había experimentado un choque como consecuencia de un temporal, gracias a la visión de su alcalde, Pedro Zaragoza, -ahí está su Plan de Ordenación Urbana, por ejemplo-, acertó a integrarse en una serie de procesos de la política económica española que la transformaron, como ahora es, en una enorme ciudad de servicios, volcada exclusivamente a la atención de un turismo de no muchos ingresos, pero con excelentes resultados, por su carácter masivo, no sólo para la localidad, sino para reforzar con esta contribución el conjunto de nuestro progreso.

El Mediterráneo español se ha convertido, gracias a la conexión comercial de la economía de la Unión Europea con los grandes mercados del Pacífico y del Índico asiáticos, en un elemento básico de nuestro futuro. Por el Índico, el mar Rojo y el Mediterráneo, la prosperidad, y es posible que la opulencia, como atinó a observar el profesor Prodi, llegan, concretamente a los puertos de Algeciras, Valencia, Barcelona, Tarragona y Cartagena, e impulsan así al conjunto de España. Pero también lo hace el turismo europeo. La Costa Brava, Mallorca e Ibiza, la Costa del Sol, Canarias, Madrid, y, concretamente Benidorm, eso mismo proporcionan. Y a hombres como Pedro Zaragoza se debe.

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