Fue un político
liberal, el conde de Romanones, y salvadas las distancias de época,
quien mejor definió la responsabilidad social que le corresponde al
Ejército, cuando en su obra "Ejército y política" dice
:
"Para el
Ejército no puede haber dentro del Estado nada que le sea
indiferente: desde la educación que se da al niño en las
escuelas, hasta aquélla que recibe en los grados superiores de
la enseñanza; desde la forma de crecentar las fuerzas
contributivas del país, hasta el desarrollo de las obras
públicas, ferrocarriles, puentes y carreteras; todos estos
elementos constituyen eslabones que forman la cadena de los
elementos militares para la defensa del territorio. No puede ser
tampoco indiferente al Ejército la capacidad productiva del
país, lo mismo en la agricultura que en la industria. Ni una
fábrica que no pueda llegar un día a ser un elemento militar
útil y necesario, ni un campo sin cultivo que no pueda
perjudicar en un momento dado al interés militar; todo con el
Ejército tiene conexión. Por eso éste no se puede concebir sino
formando un todo con el resto de la nación".
Apartando toda
consideración sentimental que pudiera perjudicar al tema, que es lo
que hacen algunos al omitir o excluir reprochar al Ejército la parte
de responsabilidad que sin duda le corresponde en el actual estado
de la Patria: la falta de valor demostrada para defender la unidad e
integridad nacional, lo que hemos presenciado una vez más es a unos
uniformados desfilando ante una tribuna sin prácticamente
credibilidad política ni moral.
Con todo, lo peor
es que el Ejército de España no forma un todo con el resto de la
nación, sino que es un compartimento estanco de la misma. Un
problema que tiene su origen en la desviación o indiferencia del
papel que le corresponde ocupar por las constantes concesiones que
se le han hecho a las políticas separatistas, al suponer que ese era
el comportamiento moderado y razonable de un ejército democrático.
Una desviación que tiene su consecuencia más grave y determinante en
el actual reclutamiento, por cuanto, salvo para cierto número de
familias fieles a la tradición, el servicio militar es, por lo
general, una manera de ir viviendo, sorteando el fracaso escolar y
el paro, y en el caso de toda la tropa extranjera un modo de
conseguir la nacionalidad. |
|