Muy estimado amigo
Legionario:
Llega a mi
conocimiento tu profundo pesar y el de muchos de tus compañeros por
los agravios que estáis sufriendo. O mejor dicho, por los agravios
que a continúo estamos sufriendo los españoles de bien. Que estamos
sufriendo por parte de todos los Poderes y demás instituciones del
Estado. Incluyó, naturalmente, y de forma determinante, a las FFAA.
En este sentido quiero recordar una vez más, lo sorprendente que me
resulta que en todas las actuaciones que se están llevando a cabo
para borrar nuestro pasado más reciente, ningún teniente o capitán
haya sido arrestado. Lo que sin duda dice mucho no sólo de los
mandos.
A mí, estimado
Legionario (s), no se me escapa que todo esto obedece a esa
siniestra conspiración de la que nos advirtió el Caudillo Francisco
Franco, y ante la cual no hemos velado: “No olvidéis que los
enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta.
Velad también vosotros, y para ello deponed, frente a los supremos
intereses de la Patria y del pueblo español, toda mira personal”
(Testamento del Caudillo, Francisco Franco). Por eso me sorprende
que muchos no vean en el actual estado de completa putrefacción de
España esa relación de causalidad, ese efecto, esa consecuencia o
concatenación de actuaciones y omisiones que se han venido
sucediendo por parte de muchos. Lo que me lleva a la consideración
de que también hemos perdido el más mínimo sentido común, si es que
no advertimos esto, achacando al gobierno socialista toda la culpa
de nuestros problemas.
Una visión
simplista, mentecata y contumaz de quienes no advierten que, como
nos dejó dicho José Antonio, “hay que recorrer la vida por el amargo
camino de la crítica, aunque sea amargo el criticar”. Y es que, es
tal la pérdida de sentido, que el día 29 de mayo desde las páginas
del periódico La Razón, “Día de las Fuerzas Armadas”, el Almirante y
ex Segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada, Ángel Tafalla Balduz,
no tenía ningún inconveniente en confesar… “No tengo las
respuestas a lo que los españoles deben exigir y esperar de sus
Fuerzas Armadas”. Una cuestión para la que sí hubiera tenido
respuestas cualquier soldado de reemplazo en los tiempos del
Servicio Militar Obligatorio.
Con todo, aquí
estamos, o debemos estar, serios y comprometidos, cada uno haciendo
lo que le corresponde hacer. Sabiendo, y teniéndolo muy presente,
que la muerte no interrumpe nada. Que es máxima en el Credo
Legionario y que nos hace más libres y felices. Y sabiendo,
igualmente, que vosotros estáis en nuestra inteligencia y en
nuestros sueños. Que vamos juntos.
Con mi respeto y mi
sincera amistad,
Pablo Gasco de la
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