-Comentario a los
supuestos incumplimientos de la Ley de Partidos-
La celebración del 67 aniversario de la batalla de Krasni Bor, donde
miles de nuestros mejores compatriotas murieron luchando contra el
Comunismo en el frente junto a Leningrado, fue la primera reacción
seria, ahora con el tamiz de debate político y judicial, sobre la
legalidad de conmemorar “mitos franquistas”, según dicen estos
bastardos que son los promotores de la llamada “Ley de Memoria
Histórica”. Ofensiva que vienen desarrollando con total impunidad
política y judicial, con sucesivos y continuados actos vandálicos al
más puro estilo anarquista sobre el patrimonio cultural e histórico
de España, y manipulando la Historia hasta la nausea, pues merodean
en todas esas nuevas lecturas que ensombrecen la rigurosidad de la
realidad hasta confundirla, haciéndola pivotar sobre su particular
memoria en un ejercicio que con todo acierto semántico y conceptual
se ha denominado "presentismo".
Pero como el
esperpento en España siempre puede superarse, después de habérselas
tenido con las piedras, ahora la emprenden también contra los que
todavía estamos presentes –pese a su disgusto-, con lo que no dudan
en vulnerar la misma legalidad que dicen defender, al lanzar su
caballería hacia nuestras posiciones. Lo que tarde o temprano les
costará caro.
Y así, sobre la
base de la Ley de Partidos aprobada en 2002, sostienen que nuestros
actos “vulneran los principios democráticos”. Lo que da pie a que
una cuadrilla de leguleyos manifiesten que todos nosotros y nuestro
mundo -“héroes, manifestaciones y convocatorias”- puede ser
declarado manifiestamente ilegal y atentatorio contra la paz social.
Lo que para nada afecta al puño en alto y al canto de la
Internacional, pese a que el Comunismo, en su teoría y praxis, ha
cometido el mayor número de crímenes y delitos de toda la Historia
de la humanidad.
Están crecidos. Se
les ha olvidado todo y han perdido la memoria. No recuerdan cuál fue
el resultado de nuestro enfrentamiento. Pese a todo, que no duden
que nos encontrarán de frente, como antes y como siempre será. Y
sobre todo, que les pondremos en su sitio. Esto es, en las cloacas
de donde no tuvieron que salir jamás. Pues, como siempre ocurre en
las horas serias que la Historia nos depara, la cuestión es no
tenerle miedo a la muerte.
¡Viva el 18 de
Julio!
Caídos por Dios y
por España
¡Presentes! |
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