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Meditando
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Jesús Flores
Thies. Coronel de Artillería-retirado
No es bueno titular nada con gerundios, pero
hoy nos hemos empeñado en titular estas breves líneas así, y que
cada palo aguante su vela.
El revuelo organizado por las declaraciones del
teniente general Mena han provocado dos reacciones: una, la
institucional, la de los “medios” y la de todos los partidos
que, dejando a algunos testimoniales a un lado, ha sido lo más
parecido a los berridos de una cochinera donde los “Cerdos de la
Granja” hubieran presentido la proximidad de un mastín. Y otra,
la que podríamos llamar de los patriotas, número de españoles difícil
de contabilizar pero que son multitud, tal como se refleja en
llamadas, cartas a los periódicos y, sobre todo, por esos conductos
imposibles de cerrar que son los de “Internet”
Ningún partido ha considerado las
declaraciones del general como lícitas, incluido el PP, cobarde por
definición, aunque ha echado la culpa al PSOE por crispar el
ambiente y por ser los responsables del nombramiento del general en
ese cargo tan importante. Pero ya sabemos que ese partido no se sabe
si sube o baja, si va o viene… Prensa, radio y televisión, con la
excepción matizada de la COPE, se han volcado en una especie de
campeonato a ver quien era más rabiosamente imbécil. Por simple
sentido de la supervivencia e instinto de conservación, nos hemos
alejado de tales charlas y tertulias, pero algo se nos ha colado,
como una intervención de Enrique “Enric” Sopena, uno de los
“tordos” del programa que dirige María Teresa Campos, o ese
extraño personaje catalán apellidado Monegal, que cuando habla
parece que tira “perdigones”. Pasado el efecto inicial, creemos
que hay que templar los ánimos y pensar antes de actuar.
Esperamos que nadie se sienta ofendido por lo
que viene a continuación.
Aunque, para no aparecer como aguafiestas, sólo
lo comentamos a unos amigos, por muchas razones no éramos
partidarios de esa manifestación del día 12. La primera, porque
con toda seguridad no la hubiera deseado el propio general Mena;
porque era algo muy precipitado; y porque, en realidad, el tema es
tan serio y trascendente que habría que darle un sentido más
profundo que el jaranero, pancartero y ruidoso de la manifestación.
No olvidemos que a las manifestaciones van, a veces, grupos que
huelen a infiltrados, metedores voluntarios de pata para
descalificar a los convocantes. El resultado ha sido muy limitado,
lo que no favorece precisamente a los partidarios del general.
Cuando se apruebe el Estatut(o), que se aprobará
de forma edulcorada, con dosis de droga mediática, con un “sí es
no pero…”, entonces será el momento, no de manifestarse para
apoyar la postura del general, sino para decirle a esta partida de
ganapanes que ya basta, que se les acabó el tiempo de mamandurria y
que si quieren sacar adelante el bodrio estatutario, habrá guerra
urbana, rural, civil, mundial, nuclear o galáctica, pero guerra.
Para entonces habrá que estar preparados, para entonces no deberá
haber abstracciones mentales ni esperas prudentes ni serenidades…
Recordamos al general Gutiérrez Mellado pidiendo en cada entierro
de asesinados por ETA, esa serenidad que sólo era ya patrimonio de
los muertos. Y entonces, cuando los ganapanes traten de meternos el
Estatut(o) en plan “trágala”, es cuando querríamos ver al Ejército
sacar algo más que la Constitución a la calle para decir: “aquí
se cumple la ley”.
¿Suena todo esto a subversivo? Pues que suene
aunque no lo sea. Sólo es pura lógica.
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Generalísimo.