Un
puro a la salud del Gobierno.
Luis Carlos.
El pasado 1 de enero entró en vigor una más
de esas leyes absurdas,
restrictivas y ridículas a las que este gobierno nos tiene
acostumbrados y
que no sirven más que para socavar la libertad individual de las
personas y
para crear enfrentamientos.
No soy fumador pero nunca me ha molestado que
en bares y cafeterías se fume
porque siempre he sido libre de entrar o no entrar en los mismos. La
educación, las normas de cortesía o simplemente el respeto a los
demás, no
es algo que se imponga por Ley, sino que se enseña (más bien se
enseñaba) en
las escuelas y en las familias. Un gobierno que fomenta lo cutre y
admira al
maleducado tiene que hacer todo a golpe de decreto.
A Evo Morales, defensor de los cultivadores de
coca y nuevo miembro de la
Alianza zapateril, se le recibió con alharacas y sonrisas. Al
defensor de
los cocaleros, al proveedor de los cárteles traficantes se le
permite todo,
se le ríe todo, se le condona todo, pero cómo fumes un cigarro
toda la
fuerza de la justicia zapateril caerá sobre ti de forma drástica.
Así
funciona la izquierda, a golpe de decreto, a base de prohibir y de
imponer
al carecer de fuerza moral para convencer.
La Ley es tan restrictiva que hasta el clásico
cigarro puro, parte
indispensable de la tradición de celebración de las bodas en
nuestra
vilipendiada España, pretenden pase a mejor vida gracias a su
absurda
normativa. Lo llevan claro.
Un fomento de la educación, del civismo, de
los modales, de todo eso que la
caterva de Ministros que engrosan el desgobierno español ni
conocieron en
cuna ni quieren que conozcan las sociedades futuras por todo lo que
para
ellos de rancio significa, ayudaría a que no fuesen necesarios este
tipo de
absurdos decretos que sirven para llenar telediarios y ocultar así
otro tipo
de noticias más comprometedoras.
La Ministra de cuota de Sanidad pretende lograr
que aquellos que fuman dejen
de hacerlo a golpe de decreto mientras la Ministra de cuota de
Educación no
consigue que en algunos centros de enseñanza pública los alumnos
dejen de
consumir estupefacientes, traficar con hachís o agredir a compañeros
y
docentes.
Verdaderamente estos individuos son émulos
baratos de aquel "insigne"
socialista que pasará a la Historia por un funeral desproporcionado
y por
haber gritado desde el balcón del Ayuntamiento de Madrid cuándo
era Alcalde:
"Jóvenes, al porro y al loro".
Fumador empedernido
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