Parece ser que la
Presidenta de la Comunidad de Madrid doña Esperanza Aguirre quiere
poner el cascabel al gato, ante las últimas oleadas de violencia
juvenil, comenzando por las aulas de los colegios e institutos, para
que los señores profesores recobren su autoridad, por ellos pérdida,
claro está.
Aunque algo tarde,
por fin alguien se desmarca de las consignas "progres" -nunca es
tarde si la dicha es buena-, para intentar poner medios a la
fabricación de pequeños delincuentes, que surgen como churros de
nuestras aulas.
¿Pero ésta
situación la quieren solucionar los profesores, los padres, la
sociedad, el gobierno? Ahí está la clave de este gran problema,
cuando ellos mismos la han creado con sus experimentos y taras
mentales más propias de quinceañeros enrabietados que de personas
adultas y maduras. Cuando un profesor dice a sus alumnos: yo soy
vuestro amigo, vuestro colega, vuestro profe, soy uno más... está
dando a conocer a sus alumnos que es uno más de su pandilla, si a
los miembros de su pandilla les puede pegar, por qué no al profe; si
sus colegas son igual que él, qué autoridad va a tener el profe
sobre él o qué le va a enseñar que no sepa si es como él...
Y si desembarcamos
en la familia, actualmente desestructurada, quién es el padre o la
madre para los jóvenes de hoy, un amigo más, alguien que le
consiente todo, que justifica sus acciones "mi hijo no ha sido", "mi
hijo es el mejor" ¿pero lo conocen, para saberlo? Actualmente el 99%
de los jóvenes son personas consentidas, que lo tienen todo, están
super protegidos, no tienen ningún tipo de responsabilidad y sus
actos según sus mayores no tienen consecuencias, viviendo en un
infantilismo continuo. La autoridad del padre o de la madre lo
suplen con "que no le falte de nada al niño", el cariño y la
dedicación se cubre con un afán desmedido de protección "como vuelva
a levantar la voz a mi hijo..." Y si ahondamos más en la
problemática de la violencia, podemos preguntar ¿quién compra los
video-juegos violentos a nuestros hijos? ¿quién los hace? ¿quién
hace las películas violentas y pornográficas? Ellos no disponen de
dinero, de productoras; fácil respuesta, los mayores son los que han
introducido a nuestros jóvenes en un ambiente de violencia, de
agresividad, de erotismo... ¿están dispuestos los padres a
solucionarlo o continuaran tirando balones fuera, diciendo que la
raíz de todos los males la tiene la sociedad o el vecino?
Y si nos damos una
vuelta por la sociedad actual, dónde todo lo anterior ha sido
eliminado, el respeto, la autoridad, el sacrificio, el esfuerzo, con
solo ver las series televisivas que se imbuyen nuestros hijos,
tendremos una clara radiografía de cómo la sociedad actual quiere
que se comporten nuestros jóvenes: sentimentales, frágiles,
endebles, manejables, instintivos... Si la sociedad está diciendo
que con ser un sinvergüenza sales en la tele y ganas una pasta,
¿para qué trabajar? Que el más respetado y valiente, es el que
machaca al débil y si es necesario se le da dos puñetazos. Que la
norma actual es hacer todo aquello que te apetezca, por qué no
"tirarse" a la amiga o a la vecina y si no se deja, por qué no
violarla; si total tus acciones no tienen consecuencias.
Todo este clima de
desestructuración en las aulas no ha surgido, como las setas en el
campo, sino que se ha ido sembrando desde los distintos desGobiernos
de esta nefasta democracia, con sus leyes, sus decretos, sus
normas... haciendo con la educación un experimento más, algo más
propio de la gaseosa. Todo lo Franquista ha sido eliminado de raíz
por decretazos: si el profesor tenía autoridad sobre los alumnos, se
ha quitado de un plumazo; si se premiaba el esfuerzo y las buenas
notas, ahora se premia a los vagos y maleantes, da igual el número
de asignaturas suspensas; antes la razón la tenía el profesor, ahora
la tiene siempre el alumno y no se discuta más.
Ante este clima
social la Presidenta de la Comunidad de Madrid, quiere que los
profesores se les equipare a la "autoridad pública", pero si todo lo
anterior no cambia, si los profesores no asumen su rol, si los
padres no ponen su granito de arena, si la sociedad no deja de
sembrar el estereotipo de joven endeble y violento, si el gobierno
no cede a los entendidos la educación, los profesores serán desde
hoy miembros de la policía armada, con su porra y su libreta, para
que nadie se mueva en clase y el que se mueva se le apunta en la
libreta, ¿pero esto es educación, o un campo de concentración de
ocho de la mañana a tres de la tarde?
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