Domingo, 27 de
Septiembre. |
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Durante la madrugada sigue el “paqueo” como en la noche
anterior, y a las 5:30 rompen el fuego las piezas de 15,5 cm.
emplazadas en Pinedo, y entre las treinta detonaciones que
disparan, se oye una de mayor intensidad, que llena de polvo y
humo muy negro todas las dependencias del Alcázar, creyendo
que ha sido una granada cercana, por lo que se supuso pudiese
ser la explosión de un hornillo con fogata, comprobándose lo
primero, pues en la explanada este y cerca del Torreón norte
se veía el embudo producido por el hornillo, que tiene
aproximadamente unos treinta metros de diámetro por cuatro o
cinco de profundidad, como asimismo el aumento que sufrió la
brecha hecha por el cañón en esta fachada este.
Inmediatamente de la explosión y cañoneo, empieza el intento
de asalto que, como siempre, fue rechazado con gran espíritu.
Sobre las 7, en que había decrecido el fuego, se vio en la
Puerta Principal una gran columna de humo negro y llamas, que
se eleva verticalmente, no entrando en el Patio, como era su
propósito. Estas llamas fueron producidas por el incendio de
la gasolina que arrojaban con una bomba. Aumentó otra vez el
tiroteo, rechazándose por segunda vez este otro intento de
asalto. La observación acusa que por el horizonte hacia
Bargas se ven las guerrillas de nuestras columnas, que avanzan
sin gran resistencia, y como se ven los mandos de las
Secciones a caballo, se supone fundadamente sean el Tercio y
Regulares, y además por su perfecta formación en orden de
combate. La artillería de nuestra columna bate la Plaza de
Toros y después las lomas de Pinedo, donde estaban emplazadas
las piezas de 15,5 cm., que apenas terminaron el fuego dejaron
el emplazamiento. Se ordena izar la bandera bicolor en las
ruinas del Torreón noroeste, que apenas es vista por el
enemigo intensifica notablemente su fuego. Se toman las
disposiciones para establecer contacto con heliógrafo y radio
con nuestra columna. Esta sigue avanzando, al parecer, sin
gran resistencia, muy cerca de la dehesa de Carrasco. En los
mensajes se les saluda, abraza y se les dice resistimos bien.
A las 10:50 se oyen una serie de detonaciones subterráneas
por las calles que circundan el Alcázar y se supone sean las
fogatas que tenían preparadas en los alrededores para caso de
una salida nuestra. Al mismo tiempo nuestros aparatos
bombardean los alrededores del Alcázar y Santa Cruz. A las 12
horas se ven ya perfectamente las guerrillas de nuestra
columna por las lomas que dominan el Cementerio, marchando
hacia la Fábrica de Armas. No se oye tengan mucho fuego. El
Coronel Moscardó dispone que por conducto de nuestros
rehenes, se envíen cartas a los dirigentes de Toledo,
comunicándoles que nosotros en nuestra salida respetaremos
sus familias, siempre, y como es natural, que ellos hayan
respetado las nuestras y las sigan respetando hasta el último
momento. Estos contestaron que no les había ocurrido nada a
las familias, las cuales se encontraban bien, aconsejándoles
nosotros que se marchasen o rindiesen, para evitar luchas
fratricidas en las calles de Toledo. Aseguraron respetarían
nuestras familias, siempre que los Regulares y Tercio no
cometiesen los desmanes que, según ellos decían, venían
cometiendo por todos los sitios de paso. Todo esto se les
comunicó a las columnas. El cañón de montaña de 7 cm. que
estaba emplazado en el sótano frente a la Puerta de
Capuchinos, fue trasladado a la Biblioteca de Caballería,
desde donde se batió el camino de Algodor y la carretera de
Mocejón, por donde el enemigo se retiraba. A las 16 horas se
nota por el Cerro de los Palos un cañón disparando en
dirección a la Fábrica y que en seguida se lo llevan por la
carretera de Navalpino. A las 17, tres trimotores de bombardeo
nuestros, protegidos por cinco cazas, vuelan sobre el Alcázar
bombardeando sobre algunos puntos de Toledo. A esa hora, la
columna de nuestros hermanos se encuentra sobre San Eugenio y
Pista de Caballería. A las 18:30 avisa nuestra observación
que hay Regulares en Zocodover y explanada norte. Una vez
identificados, pasan por los escombros un Teniente con un
pelotón, después sucesivamente va llegando el resto de su
Compañía y la 5ª Bandera del Tercio, que pernocta en el
Alcázar. Por la noche se consigue hablar con el aparato de
luces con el General Varela, que nos saluda y pide datos, que
por su naturaleza van destinados a informar al General Franco
y periodistas que vienen con la columna. Durante la noche, no
se oye un solo tiro. Bajas en este día:
Dos muertos, treinta y nueve heridos y dieciocho
contusos. |