A las 5 horas se presentó un avión trimotor que bombardeó el Alcázar.
A las 9 de la mañana rompió el fuego contra el Alcázar una
batería de 10,5 cm. emplazada en la Dehesa de Pinedo. A las
10 horas, vuelve la aviación y prosigue el bombardeo contra
el mismo objetivo, incendiando la torre sureste del Alcázar.
A la misma hora aproximadamente, el Gobernador Civil, desde la
Diputación Provincial, llamó al Comandante Militar, dándole
dos horas de plazo para la rendición, contestándole, después
de una reunión de Jefes, con una negativa enérgica, acordada
por la gran mayoría. A las 16 horas vuelve de nuevo la aviación,
que bombardeó el Hospital de Tavera y el Alcázar, a
consecuencia del cual sufrieron desperfectos estos edificios e
incendiándose una manzana de casas correspondientes a la
Cuesta del Alcázar y Plaza de Zocodover. Durante este tiempo,
el “paqueo” en todos los frentes fue muy intenso. A
consecuencia de la presión enemiga ejercida por la columna,
que puso en acción su artillería y aviación, más dos
coches blindados, y el no ver fuego por la Fábrica, ni
responder ésta a las llamadas que desde el Hospital de Tavera
se le hacían, hizo suponer que se había entregado al
enemigo, y por tanto, que el esfuerzo todo de la columna se
dirigía al Hospital, obligaron al Comandante Jefe del
Destacamento a evacuar el edificio, haciéndolo antes todo el
personal civil alojado en él, habiendo desaparecido, durante
el trayecto hasta el Alcázar, el Capitán Médico Andrés
Gato, el practicante José Mena, el Brigada Emilio Valero, los
Sargentos Catalino Corrochano y Francisco Barroso, los
Auxiliares del Cuerpo Auxiliar Subalterno del Ejército Pedro
Villoria, Juan de
Dios Moreno y Luis López del Campo, un corneta, un soldado de
1ª y cinco de 2ª, todos pertenecientes a la Escuela Central
de Gimnasia; un soldado de 2ª de la Academia de Infantería y
dos Guardias Civiles. Todos los destacamentos de la Guardia
Civil se replegaron ante la presión del enemigo, a excepción
de los de la Radio y Banco de España. Al anochecer se
incorporaron al Alcázar los Tenientes de Artillería Dorda y
Ros, que pudieron evadirse de la Fábrica, a cuya plantilla
pertenecían. A las 21 horas llamó por teléfono desde Toledo
el Ministro de Instrucción Pública, Francisco Barnes, al
Comandante Militar, y con todo género de razonamientos, trató
de convencer para la rendición. Acto seguido se reunieron
todos los Jefes de Unidad, incluso los del elemento civil,
bajo la Presidencia del Comandante Militar, y acordaron, por
aplastante mayoría, seguir la resistencia hasta el último
instante. A consecuencia del bombardeo, quedó el Alcázar y
sus dependencias sin fluido eléctrico. Bajas en este día: Un
muerto, cinco heridos y siete contusos.
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