A las 4:30 un avión enemigo efectuó un reconocimiento sobre el
Alcázar y alrededores. A las 10 horas el Jefe de las Milicias
llamó por teléfono al Comandante Militar, notificándole que
tenía en su poder a un hijo suyo y que le mandaría fusilar
si antes de diez minutos no se rendía, y para que viese era
verdad hizo poner al hijo al aparato, el cual, con gran
tranquilidad, dijo a su padre que no ocurría nada, cambiándose
entre padre e hijo frases de despedida de gran patriotismo y
fervor religioso. Al ponerse al habla el Comandante Militar
con el Jefe de las Milicias, le dijo que podía ahorrarse los
diez minutos de plazo que le había dado para el fusilamiento
de su hijo, ya que de ninguna manera se rendiría el Alcázar.
A las 20 horas fue bombardeado el Alcázar por un avión
trimotor, que arrojó unas quince bombas. Bajas en este día:
Dos Capitanes muertos, un guardia herido y un contuso.
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