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Actualizada: 11 de Abril de 2.006.  

 
 
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Rubalcaba y Fouché. 

Luis Carlos.

El gobierno ha vuelto a mentir siguiendo la línea a la que nos tiene acostumbrados desde que llegó al poder, merced a la manipulación llevada a cabo entre los días 11 y 14 de marzo de 2004.

Se anunció la salida de Bono cómo fruto de una decisión personal, pero algunos medios publican que la tarde del jueves se produjo un fuerte enfrentamiento entre Mr Bean (Zapatero) y José Bono que llevó al primero a cesar al segundo y colocar en su lugar a Alonso, sustituyendo a este por Rubalcaba.

Rubalcaba fue miembro de varios de los gobiernos de la corrupción y del GAL de Felipe González, por lo que cuenta con experiencia probada en temas terroristas y financieros. Entre los días 11 y 14 de marzo de 2004 fue el diseñador y artífice de la fraudulenta campaña de agitación que condujo al PSOE a la victoria. Su comentada relación con la masonería y sus contactos en la policía le hicieron obtener información de los investigadores de la masacre terrorista del 11-M con la anticipación suficiente como para manipularla y presentarla públicamente, en un acto de deslealtad y falta de escrúpulos sin límite. Dicen de él que es un negociador profesional y que ha sido la persona que ha dirigido los acuerdos más importantes impulsados por el gobierno en asuntos tan delicados como el Estatuto Catalán y la "tregua" de los asesinos de ETA; siendo así no es de extrañar que Mr Bean hayan pensado en él como la persona adecuada para sustituir a Alonso. Después de sentarse en los Consejos de Ministros de Felipe González o negociar con los dirigentes de ERC, cuenta con la experiencia necesaria en el trato con delincuentes y criminales que el puesto encomendado le exige. Probablemente su doctorado hayan sido las largas negociaciones del PSOE con ETA antes del anuncio de la "tregua" y en las que el negociador por excelencia habrá jugado un papel fundamental.

Sin duda alguna y en esta nueva coyuntura, utilizando el lenguaje tan en boga últimamente, es necesario un Ministro que mantenga atadas bien corto a las Fuerzas de Seguridad del Estado, evitando la asfixia policial contra el entramado terrorista vasco.

Muchos hemos sido los que tras conocer el nombramiento de Rubalcaba recordamos a Fouché, Ministro del Interior de Napoleón Bonaparte. Fouché fue un individuo camaleónico sin escrúpulos, masón y jacobino, durante la etapa de la Revolución Francesa conocida como "el terror", fue el encargado de organizar el aparato represivo fuera de París, llevando a la guillotina a decenas de miles de inocentes y estableciendo un sistema represor sin límites. La represión fue especialmente cruel en los departamentos que se habían mostrado más levantiscos ante los desmanes revolucionarios. Tras la caída del gabinete Robespierre se libró de la guillotina y, en vez de retirarse discretamente de la vida pública, continuó conspirando aunque esta vez al servicio de un oscuro general de Artillería con grandes aspiraciones políticas: Napoleón Bonaparte. Fouché se encarga de dirigir la conspiración que culmina con el golpe del 18 brumario que conduce a Napoleón al poder y es premiado con el cargo de Ministro del Interior, cargo desde el que no cesará en su actividad como represor y conspirador. Uno de los asuntos más turbios ("un asunto tenebroso" a decir de Balzac) sería el secuestro en el extranjero, traslado a Francia y fusilamiento del Duque de Enghien, nieto y sucesor del Príncipe de Condé. En 1815, tras la caída de Napoleón, se hará cargo del gobierno y ofrecerá sus servicios a Luis XVIII. Este los aceptará, pero se verá obligado a hacer dimitir a Fouché debido a las presiones de la Opinión Pública, harta de las manipulaciones de un individuo cruel y sin principios, capaz de venderse al mejor postor con tal de mantenerse en el poder.

Más de doscientos años separan a ambos personajes aunque una cosa les diferencia fundamentalmente y es que, mientras que Fouché estuvo al servicio de Napoleón, Rubalcaba está al servicio de Zapatero y la genialidad de uno poco tiene que ver con la imbecilidad del otro.


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