LONDRES
Por Luis Carlos.
Londres se ha
unido al triste club de ciudades víctimas del terrorismo islámico. Al
día siguiente de obtener la organización de los JJOO del año 2012,
gracias a un impecable despliegue diplomático del que España fue incapáz,
los asesinos del turbante han querido dar su especial regalo de
felicitación a base de muerte y sangre.
Londres es
probablemente la ciudad más cosmopolita de Europa. Sus calles son un
crisol de razas y credos, por lo que sobrarán sin duda los comentarios
que la izquierda española hará vinculando estas muertes a la
participación del Reino Unido en la Guerra de Irak. Nadie está libre
de la lacra del terrorismo internacional de corte islámico ya que este
viene actuando desde hace muchos años, muchos antes de que una coalición
internacional acabase con el régimen de Sadam Hussein. Bin Laden no
comenzó a actuar el 11 de Septiembre de 2001. Nueva York, Madrid y
ahora Londres no son más que otros tres objetivos de la organización
terrorista liderada por el fanático financiero saudí. El terrorismo
islámico ha actuado en Kósovo, en Chechenia, en Indonesia, en
Filipinas, en Kenia, etc.
Bin Laden puede
ser la cabeza visible de un terrorismo ya latente que lo único que ha
hecho es convertirle en su líder. Seguramente en el gabinete ZP
respiran tranquilos: Los atentados del 11-M, la vergonzosa y cobarde
retirada de Irak, la llamada a la deserción internacional y la política
de "Alianza de Civilizaciones" nos mantienen alejados de la
amenaza terrorista islámica. Nada más lejos de la realidad.
La humillación a
que sometió ZP a la bandera norteamericana en 2003, la huída de Irak y
el llamamiento a la deserción internacional nos ha costado entre otras
cosas la organización de los JJOO del 2012 (estaba claro que Madrid no
sería seleccionada). "La Alianza de Civilizaciones", diseñada
por un demagogo Presidente de Gobierno y pregonada por un Jefe de Estado
prisionero de sus complejos, no parece más que una gran mesa de
negociación con el terrorismo internacional. Esta política, promovida
por España y apoyada por potencias como Cuba, Venezuela o Mongolia más
parece obra de orates que de diplomáticos de carrera. Puede que ZP haya
mandado a Carod a sentarse con Bin Laden en una cueva de las montañas
de las "Tribal Areas" fronterizas entre Afganistán y Pakistán,
aprovechando así la larga experiencia del misterioso líder catalán en
reuniones con terroristas.
07 de Julio de 2.005.-