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Su
personalidad estaba integrada de seis
elementos. |
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Por Ricardo de la
Cierva.
- Convicción inquebrantable de su fe católica.
- Su entrega a una idea de España, la España
tradicional, muy semejante a la de Franco: la
España de los Reyes Católicos, los Austrias
mayores, la defensa de la fe y el horizonte
universal.
- La vocación y la profesionalidad de marino.
- El hábito del estudio en dos planos: el
perfeccionamiento profesional, el estar al
día; y el fortalecimiento intelectual de sus
principios mediante un estudio constante.
- La identificación absoluta con el modo de
pensar y los designios de Franco sobre España,
que es la clave de su actitud política.
- Su vida laga de marino, su sentido estratégico
de las relaciones internacionales y de la
situación de España en el mundo. Curiosamente
esta vista larga permitía que sus opiniones se
modelasen con una flexibilidad y un pragmatismo
que muchos desconocen; y que, por ejemplo, si no
le hubiesen eliminado sus enemigos (que no eran
solamente los terroristas ejecutores), habría
dirigido, a las órdenes del Príncipe, una
transición diferente de la que hemos
experimentado, pero en ningún caso una involución
pura y dura, como piensan quienes no le conocen.
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