Nidos
y cucos.
Almirante.
Los jefes del Sistema nos hablan por la tele
frotándose las manos con una mezcla de nerviosismo y satisfacción
para decirnos que hay que estar muy felices, muy dichosos porque los
miembros de la organización política ETA (antes asesinos) están a
punto si no de abandonar las armas, que eso sería demasiado, si de
anunciar una tregua. Todavía se están tomando su tiempo, por
supuesto, faltaría más, pero todos tenemos que ser positivos y
optimistas al respecto.
El Pueblo está satisfecho y expectante. El
grupo de población adoctrinado intelectualmente por la tele y sus
dioses con minúscula, está muy esperanzado con las palabras del
gran jefe de la tribu. Se promete un futuro muy esperanzador y rosa
(sobre todo rosa) para sus hijos hiperactivos (dícese de aquellos
niños generados entre aborto y aborto y que debido a la poca atención
que se ha prestado a su educación y cuidado se convierten en fieras
obesas. Naturalmente los especialistas médicos del Sistema se
apresuran a consolar a los padres eliminando cualquier tipo de
responsabilidad y acuerdan que el diagnóstico exacto es
hiperactividad).
Después de 30 años de adoctrinamiento, de
tratamiento impulsado por los cirujanos del Estado, empezamos a ver
claro y sin duda estamos más cerca de la verdad. La verdad democrática,
la impulsada por los nuevos profetas de la casta política que en
abrazo conjunto han ocultado todo un Cielo para iluminarnos con la
verdad de la ilustración, la verdad de los hombres, la del
intelecto.
El Pueblo ha sido muy inteligente y ha
asimilado las enseñanzas muy rápido. De hecho ahora en breve
espacio de tiempo vamos a tener la gran oportunidad de aprender otra
bonita lección. En este último año los que antes eran llamados
terroristas han ido saliendo poco a poco de sus condenas a 1000 años
y un día con risotadas y camisetas de eslóganes macabros. No nos
dimos cuenta que son presos políticos a los que razones históricas
de peso les han puesto en una situación en la que no han tenido más
remedio que utilizar la fuerza para exigir la liberación. Se nos
recuerda que, a pesar de que han hecho alguna barbaridad, se debe
entender la terrible situación en la estaban y por tanto cuando
ellos, y solo ellos decidan y quieran abandonar las armas, debemos
tratarles bien y ayudarles a que se reincorporen a la sociedad. Los
cirujanos solo piden, suplican una tregua, unas palabritas de nada y
todos a la calle. No se deben de preocupar por nada, el Sistema será
generoso y el pueblo se ocupará de financiarlos para que
reconstruyan su vida, por ejemplo poniendo algún negocio a ser
posible al lado de alguna víctima, para que no se olvide quien es
el vencedor y quien es el vencido, ¡hombre!
Al fin y al cabo, los nuevos Médicos del
Sistema están en sus poltronas porque otros señores (antes
terroristas) con similares métodos consiguieron hacer ver la luz y
cambiar la opinión de la gente en 24 horas. Hay que ser agradecido.
Los que no somos pueblo estamos mal. Es más
creo que ya ni estamos. Es mucho más, creo que los mejores del
no-pueblo están ya muertos; se me ocurre principalmente dos fuentes
de dignidad: los niños destrozados en la gestación y las víctimas
de terrorismo. Los primeros nunca existieron a los ojos del Sistema
porque no se les dio categoría de persona. A los segundos se les
está haciendo no existir. Hay que desactivarlos se dijo hace dos añitos,
y oyes, colega, mano de santo, ni un duro de las arcas generales y
como si no existen. El Sistema es sabio y tiene una visión
selectiva. Aunque Madrid se llene de gente para manifestarse, no
importa, el Sistema es poderoso y no lo ve, no existen. Qué rápido
se pasa de orgullo nacional a pandilla de mutilados insoportables!
Es la nueva cultura que nos enseñan en este
estado, porque España se ha convertido en un Estado, seamos más
precisos: Estado Alterado de Conciencia. Los cirujanos del Sistema
nos han aplicado el tratamiento “Ludovico” y los resultados son
excelentes. Dediquemos los próximos capítulos a investigar los
procedimientos.
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