CARRILLO AGREDIDO 

 

Por Luis Carlos.

Gran paciencia han demostrado durante más de 60 años los familiares de las víctimas del genocidio perpetrado bajo las órdenes de Santiago Carrillo en el otoño de 1936. Santiago Carrillo ha ido y ha venido, ha presentado libros, escupe sus palabras por los micrófonos de las más sectarias emisoras de radio y escribe sus artículos en los panfletos más repulsivos. Santiago Carrillo se considera patrimonio de la Democracia y creía que podía ir y venir de un sitio a otro mientras la gente le saludaba amablemente y le agradecía su gran labor en favor de la democracia.

Todos creíamos que Carrillo se había disuelto como un azucarillo tras arrastrarse por las profundas cloacas de la izquierda española, llamando a las puertas de distintos partidos políticos, buscando un lugar que todos le negaban. Los comunistas ya no le querían, los socialistas le dejaban entrar sólo por la puerta de atrás y sin alaracas. Creíamos que el viejo genocida descansaba tranquilo sentadito junto a un brasero en la mesa camilla de su casa esperando su tránsito de ateo al negro agujero de la nada. Un buen día un grupo de frustrados arqueólogos sacaron la momia a pasear y lo hicieron como los antiguos incas hacían con las momias de sus reyes, con homenaje público e incienso. La diferencia está en que aquellas momias no hablaban, simplemente eran sacadas en andas y paseadas como si estuviesen vivas, pero esta momia sí lo hace, habla y escupe de sus fauces el veneno que todavía queda escondido en lo más profundo de sus podridas entrañas. 

María Antonia Iglesias, de quién desconocíamos su gusto por los derivados de la celulosa (hemos descubierto que es capaz de deglutir panfletos y no solo metafóricamente), resucitó a la vieja momia del genocida, reabriendo así una de las más dolorosas heridas de nuestra Guerra Civil. No contenta con organizar un homenaje "sorpresa" al carnicero de Paracuellos del Jarama, ahora inciensa a la momia a su paso por los distintos actos en que se requiere su presencia. 

La paciencia tiene un límite y la de los familiares de las víctimas se ha demostrado con un señorío muy típico de una España que parece desaparecer. No me puedo explicar cómo Santiago Carrillo ha paseado sus despojos humanos por Madrid sin sufrir nunca ni un insulto ni una agresión. 

Gracias a Maria Antonia Iglesias, un grupo de españoles asqueados le han dicho lo que pensaban a la entrada de un acto "político-cultural" organizado por una de las sectas de la comunicación más dañinas de España. ¡Ya era hora!. El vaso se ha ido llenando de sangre poco a poco y María Antonia Iglesias ha metido el dedo dentro para que este se desborde. Gracias, María Antonia, por recordarnos que sigue vivo el último genocida de la Historia Contemporánea. Has sido capaz de volver  a poner cara al odio de miles de españoles. 

De lo que sí estoy seguro es de que a la vieja momia genocida todo esto le da igual. Le dió igual firmar la orden para el asesinato de 8000 personas en 1936 o de ver cómo se pudrían muchos de sus compatriotas en los campos de concentración soviéticos mientras él paseaba por las alfombras del Kremlin del brazo de Stalin, o cómo a él y a Dolores Ibárruri no les faltaban los lujos que se negaban al resto en la URSS, Rumania o Cuba. Sin duda todo le da igual, aunque a estas edades Don Santiago, tenga usted cuidado, que un constipado puede llevarle del todo a la nada.....Amén.

17 de Abril de 2005.-

 


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