El
aborto como "avance".
Por
Juan Francisco Fernández. 21/02/2008.
Señor
Director:
Fue
una lástima que en el debate de los candidatos a la presidencia,
Zapatero presentase a hurtadillas como "avance" el aborto
y Rajoy ni lo mencionara, cuando es la primera causa de muertes en
España, con más de cien mil vidas anuales sesgadas en el vientre
materno. Lo progresista es apoyar la vida inocente e indefensa, no
la industria abortista que enriquece a unos pocos y pasa por la
trituradora a miles de niños, como vimos en los casos de las clínicas
abortistas clausuradas por la policía.
La
complicidad silenciosa de la sociedad facilitó horrores como
el holocausto nazi y el exterminio comunista, ¿no hemos progresado
ni aprendido nada de aquéllos horrores?
Es
elogiable que en Sevilla, una asociación Provida haya patrocinado
30 taxis con el lema "Vida Sí, aborto, No" como grito de
los verdaderos "sin voz".
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La
sentencia a favor de los padres objetores de EpC.
Por
Antonio Quiroga. 07/03/2008.
Señor
Director:
El Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía ha sentenciado a favor de los padres objetores de
conciencia contra Educación para la Ciudadanía, la polémica
asignatura obligatoria que el Gobierno Socialista incluyó en sus
planes de estudio, relegando Religión Católica, que es optativa,
como no puntuable académicamente y prácticamente fuera del horario
escolar.
El TSJA, en su
sentencia, declara que "la objeción forma parte del derecho a
la libertad ideológica y religiosa reconocido en la Constitución".
Es decir, el Tribunal admite que EpC
adoctrina con ideología afín al ideario del partido gobernante. La
Junta de Andalucía, que preside Manuel Chaves ha anunciado un
recurso contra el fallo.
Después
de revisar los doctrinarios libros de texto de Educación para la
Ciudadanía, miles de padres hemos objetado en conciencia ante éste
intrusismo en la educación de nuestros hijos, y agradecemos el
reconocimiento que la sentencia del TSJA hace de nuestro derecho a
educar a nuestros hijos según nuestras convicciones, como defiende
la Carta Magna, no según el ideario del Ejecutivo.
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Nuevo
presidente de la Conferencia Episcopal.
Por
Juan Francisco Fernández. 07/03/2008.
Señor
Director:
Como
católico practicante, me uno al sentimiento de alegría de millones
de fieles españoles por el nombramiento del nuevo presidente de la
Conferencia Episcopal, Rouco Varela, persona de elevada cultura,
profunda fe y fiel a los fundamentos que han cimentado el
cristianismo durante dos milenios en nuestra nación.
En su discurso de bienvenida, el cardenal
Rouco ha agradecido su nombramiento, aceptándolo con disponibilidad
de servicio, colaboración leal con las autoridades, entrega a los
fieles y a toda la sociedad, especialmente, los más desfavorecidos.
La Iglesia Católica propone el Evangelio
salvífico y liberador de Jesucristo, en éstos tiempos
materialistas, hedonistas e incluso anticatólicos, frente a ciertos
poderes políticos que quieren imponer su ideología, incluso como
asignatura obligatoria en los colegios.
La presidencia de la CEE por parte de
Rouco Varela nos habla de unidad y comunión interna en el seno de
la Iglesia.
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¿Andalucía
suma y sigue?
Por
Juan Luis Martínez. 07/03/2008.
Señor
Director:
Andalucía
suma y sigue en número de parados, más de medio millón, el trece
por ciento de la población, al igual que en educación, que estamos
entre las últimas regiones de europa, así como en falta de
industrias, empleos precarios, escasas infraestructuras, elevado déficit
sanitario, inexistentes ayudas a las mujeres embarazadas con
problemas
económicos y hacia las familias. Todo eso después de 25 años de
socialismo y 18 de presidencia por parte del Sr. Chaves.
Las
promesas incumplidas para Andalucía por parte del presidente
andaluz son de película. En uno de sus mítines, hace unos días
dijo que "podemos mirar con orgullo a otros pueblos de España",
¿a cuáles se refiere, si tenemos el mayor índice de pobreza y de
las rentas más bajas por habitante de toda la nación?
Señor
Chaves, menos triunfalismo, que seguimos a la cola respecto al resto
de España, menos propaganda sobre tercera o cuarta modernización o
sobre Andalucía imparable, que suena a guasa cuando comparamos los
índices económicos respecto al resto de España.
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Rencorosos.
Por
Alberto Heredia. 07/03/2008.
Señor
Director:
Con
resabios rencorosos, Felipe González se reía de las lágrimas de
Rosa Díez cuando fue agredida. Rodríguez Zapatero, no ha condenado
los atentados de San Gil, Dolores Nadal ni Díez entre otros contra
el partido de la oposición, como tampoco lo hizo durante la jornada
de reflexión de hace cuatro años, cuando personas y sedes del PP
fueron atacadas, así que las tribus fascistas de izquierdas están
a sus anchas, atacando a diestro y siniestro sin que se produzcan
detenciones. Éstos vándalos han encontrado argumento para sus
ataques con la excusa de la "extrema derecha".
Durante la
campaña electoral se ha caído tan bajo en el nivel ético de las
propuestas electorales, que el socialista ministro de sanidad
propuso a los jóvenes rebajar el IVA de los preservativos y
comprometerse a que bares de copas y discotecas no sirvan alcohol de
baja calidad o garrafón. Pan y circo para tenerlos contentos y
sumisos.
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Amenaza
a la Iglesia Católica.
Por
Ana Santamaría. 07/03/2008.
Señor
Director:
Zapatero dice
que si vuelve a ganar las elecciones pondrá "los puntos sobre
las íes" a los obispos, y por extensión se entiende que a los
católicos, mientras el PSOE se une en Ceuta y Melilla a partidos
islámicos ante el 9 de marzo.
El voto de la extrema izquierda, muy bien
trabajado, está asegurado para los socialistas con su campaña
de anticlericalismo rabioso, alentando las dos Españas que
decía Machado.
En las últimas semanas, separatistas, anarquistas y toda la ultra-izquierda
está en las calles con sus guerrillas urbanas. El
hombre del talante, mientras, pide tensión y dramatizar.
Los gobiernos personalistas como éste,
incapaces de unir, creando conflictos entre regiones donde antes no
los hubo, crean un fétido ambiente de guerracivilismo social, pues
posicionan como enemigos a los que no son incondicionales de su
ideología, tratando de erradicarlos de la vida política, lo que
impregna en las gentes rencor y división.
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Generalísimo.
