Entre las amenazas
de lluvia y la niebla presente, la jornada en el Valle de los Caídos
del día 18 de noviembre ha trascurrido con total normalidad. La
Fundación Nacional Francisco Franco, convocó para este día a las
cinco de la tarde una Santa Misa en memoria de Francisco Franco y
José Antonio Primo de Rivera. Los españoles han ido llegando al
Valle de los Caídos poco a poco durante todo el día, unos han
comido en el recinto o en su cafetería, hasta la llegada de la hora
de la Misa.
Durante todo el día,
antes del comienzo de la Santa Misa, diferentes personas a modo
particular y otros en representaciones de asociaciones o partidos,
fueron colocando flores sobre las tumbas de Francisco Franco y José
Antonio Primo de Rivera.
A la entrada de la
Basílica los miembros de la FNFF, recordaban a los asistentes las
normas impuestas para participar en la Sta. Misa, por lo que no se
permitió la entrada de banderas y otros símbolos a los asistentes,
y se les recordaba que el interior de la Basílica era lugar de
silencio y oración.
Miles de personas
participaron un años más en la Santa Misa en memoria de Francisco
Franco y José Antonio. Dicha Misa fue presidida por el Padre Abad
Padre Don Anselmo Álvarez O.S.B. de la comunidad Benedictina y
concelebrada por los Padres de la comunidad y algunos Sacerdotes,
siendo cantada por los niños de la escolanía del Valle.
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Como todos los años
ha asistida Dña. Carmen Franco Polo, Duquesa de Franco y los
miembros de la Fundación Nacional Francisco Franco, Ex
Combatientes, Fuerza Nueva, La Falange, F.E. de las J.O.N.S, AJE,
entre otros.
Terminada la Santa
Misa y una vez fuera de la Basílica, se cantó el Cara al Sol.
Resaltamos lo más
importante que el Padre Abad Don Anselmo Álvarez O.S.B. ha dicho en
su homilía:
«Descripción del
Valle de los Caídos. Cruz para la paz y la reconciliación del
mundo y de España. Ella es vida y resurrección para todos, por eso
los muertos por los que hoy oramos, presentes aquí o en cualquier
tierra de España, no son ya ni de unos ni de otros, todos
pertenecen a todos porque todos pertenecen a Dios. Ante Dios no hay
vencedores ni vencidos, cada uno lleva a su tribunal el peso de sus
propias culpas. Para nosotros ya están en paz los que ayer estaban
en guerra. (...) su mensaje para nosotros es “vivir en armonía,
en justicia, en verdadera fraternidad. Superar vuestras rivalidades,
dar a Dios lo que es de Dios, y daros a vosotros la paz de los
corazones ...»
«Dejad en paz también
a este lugar, permitid que siga siento un espacio de paz y
espiritualidad como lo ha sido hasta ahora, para la mayor parte de
las personas que se han acercado hasta aquí, en cantidad
innumerable. El Valle tiene una sola misión, la paz y la oración,
como dicen los símbolos que lo configuran: una cruz, un templo, un
monasterio, un lugar de acogida para quien busca el silencio y el
sosiego. ¿a quién ofenden esos símbolos? Símbolos universalmente
considerados como emblemas de reconciliación y de paz. Unos
edificios construidos por trabajadores que en su totalidad eligieron
libremente participar en las obras del monumento, incluidos los que
en situación de cumplimiento de penas, decidieron por si mismos
redimirlas con el trabajo, de acuerdo con la legislación vigente,
hasta seis días de redención por uno de trabajo, en condiciones de
estricta igualdad laboral, salarial y social, con el resto de los
trabajadores. (...)»
La cifra de los que
murieron durante las obras, supuestamente de la dureza del trato y
del trabajo, no fue de docenas o centenares, como tantas veces se
hace dar, sino de 14 personas, de ellas al menos la mitad,
pertenecientes a los trabajadores libres, y debido exclusivamente a
accidentes laborales.»
«Dejémonos pues
reconciliar»
«No hay
reconciliación, cuando se hostiga los sentimientos religiosos, los
principios morales, los valores humanos, familiares o patrióticos,
que han sido la herencia secular del conjunto de nuestra sociedad y
que hoy son el patrimonio más estimable de la mayor parte de ella.»
«Para esta
reconciliación, “debe de contribuir la reconciliación en la
memoria ... es aquí desde hace casi 50 años, esa memoria es viva y
verdadera, sin discriminaciones, sin que nadie la imponga o la vocee
a los cuatro vientos... ha sido y es una memoria callada, una
palabra atisba en el silencio, dirigida a Dios, escuchada por los
muertos que aquí reposan, pronunciada sólo por voces de monjes y
de niños de coro, pero en las que suenan la voz de toda España. Es
la memoria ante la Cruz y ante los que pueblan esta Basílica,
memoria convertida en Eucaristía, sacrificio y resurrección, para
que esos muertos tengan vida, no sólo en el recuerdo de los
hombres, sino en la presencia del Dios vivo, con esto queremos
subrayar que esa memoria ha nacido aquí y aquí ha tenido alguna de
las expresiones más estimables, la que dio el sepulcro más digno a
los Caídos, la que pide diariamente ...»
«La memoria que
necesitamos recuperar es la de nosotros mismos, la memoria de los
rasgos fundamentales el hombre español, de todo lo que hemos sido,
de toda nuestra riqueza en la vida, la memoria de las colectividad y
lo colectivo ... por tanto memoria entera, de España entera, de
manera que la memoria de unos pocos no anule la memoria de siglos y
generaciones de españoles.»
«Necesitamos una
memoria de España que sea igualmente una memoria de Dios, borrar
Dios es borrar España, en cuya historia ha sido el nombre más
venerado y pronunciado, la presencia más estimulante, sin El la
invocación de la memoria histórica se convierte en una impostura
intelectual e histórica....»
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