“Hay
hombres a los que la luz del heroísmo los transforma, los arranca
de su propio contexto y los proyecta fuera del tiempo a un mundo de
belleza en el que se les puede contemplar con orgullo. José Antonio
Primo de Rivera es uno de esos hombres, uno de esos españoles.”
Así nos describe Eduardo García Serrano al protagonista de
“Conversaciones con el Ausente y otros temas”, el libro que
Pituca nos presentó la lluviosa tarde del jueves 2 de noviembre en
la mítica calle Núñez de Balboa 31 donde se desarrollan como
desde hace muchos años los Ciclos de Conferencias del Aula de
Cultura de Fuerza nueva y CESPE.
Ante una sala más repleta de
lo habitual , con una importante e inusual presencia juvenil y con
una nutrida asistencia de diferentes personalidades de todo el
mundillo patriótico como Blas Piñar, Ricardo Sáenz de Ynestrillas,
Luis Fernández-Villamea, José Luis Orella (Catedrático de
Historia del CEU) y otros profesores, Enrique Moreno, el Padre Gijón,
Miguel Menéndez Piñar, Juan Antonio Llopart, Jorge Garrido, José
Luis Corral, Bernardo Gil Mugarza, el director de ANCIS y una pequeña
representación de excombatientes italianos. Allí, en esa sede
abarrotada, Pituca nos habló del Ausente, ese ilustre desconocido
que la partitocracia actual nacida de la traición y del perjurio se
ha obstinado en ocultar a la sociedad actual por la simple razón de
que molesta y de que sus ideales quizás no sean tan antiguos como
quieren hacernos parecer.
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Este libro tiene, por tanto,
ese objetivo, el dar a conocer al Ausente en ésta sociedad
aborregada, dormida y anestesiada por el sistema “democrático”.
José Antonio enarboló la bandera del Honor, de la Dignidad y de la
Grandeza de España cuando ésta sufría los latigazos de la
revolución bolchevique y que ahora, 70 años después, sufre los
del sistema del “Estado de Bienestar” ante la expectación de un
pueblo, el español, que antaño levantó el vuelo y nuestra Patria
fue toda la tierra, y que ahora está adormecido, aborregado y
anestesiado en la comodidad y el conformismo, como un mero
espectador indiferente de la destrucción de España.
La ponente nos presentó el
lado más humano y trascendente de José Antonio Primo de Rivera. La
cara del Ausente que lo hacía todo por Amor con mayúsculas a una
causa tan noble como España y la Justicia Social. Esta tarea tan
exigente y romántica no pudo estar en manos de simples individuos,
si no más bien de poetas, “esos hombres de alma limpia que miran
al cielo”, ya que Falange Española nació de las tertulias
literarias donde las plumas más ilustres de la época como Rafael Sánchez
Mazas, Ernesto Giménez Caballero, Eugenio Montes, Agustín de Foxá,
o Dionisio Ridruejo debatían con el resto de literatos de la época
sobre todo tipo de cosas:” Fue un hombre cargado de carisma, de mística,
de poesía… y consiguió que el pueblo se enamorara de su
Patria.”
Por otro lado se hizo un
repaso a la cruel realidad de nuestra Patria donde nos encontramos
con una derecha acomplejada y tibia (ya sabemos que Cristo vomitaría
de su boca a los tibios) y por otro parte una izquierda hipócrita
que nos recuerda a la de los paseos y a la de “Viva Rusia” y
“Muera España”. Y para colmo los encargados de transmitir
esa memoria histórica a los españoles en su mayoría están a
sueldo del sistema partitocrático. Personajes de la calaña de Paul
Preston Javier Tusell, Blanco Escolá, Ian Gibson o Santos Juliá
(el que invita al asesino de Paracuellos a sus presentaciones en la
librería Crisól) son los encargados de transmitir, con
fondos públicos eso si, la memoria tergiversada y manipulada. En
cambio, otros historiadores peligrosísimos viven olvidados y
marginados por el sistema y por sus subvenciones por el simple
delito de dar a conocer y denunciar lo que no les gusta o quieren
ocultar. Es el caso de Stanley G. Payne, Antonio Caponnetto,
Fernando Sánchez Dragó, Juan Velarde Fuertes, Gustavo Morales,
Rafael Borrás o Ricardo de la Cierva entre otros. Como podemos
apreciar, unos sujetos peligrosísimos a los que se margina o beta
por el mero delito de dar a conocer la verdadera memoria.
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La conferencia terminó con
la venta y dedicación de ejemplares de “Conversaciones con el
Ausente y otros temas” por parte de la autora y después parte de
los asistentes a la ponencia disfrutamos de una charla más informal
en una cafetería cercana a la sede de Fuerza Nueva.
Para acabar, me gustaría
recordar la última frase con la que se finalizó la ponencia que
nos tiene que llenar a todos de esperanza y de orgullo ante estos
tiempos de tinieblas que nuestra Patria sufre. Parece que somos
poco, pero como dijo Oswald Spengler: “Siempre es a último
momento un pelotón de soldados el que salva la civilización”.
“No queremos que viva esta
España triste, materialista y rota que padecemos; sino que suba,
que ascienda, que vaya…
¡¡¡ARRIBA ESPAÑA!!!”
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