La
Razón. 26/10/2005.
La intensa persecución religiosa de la Guerra
Civil española dio lugar a numerosos mártires cristianos,
alguno de los cuales ya han sido beatificados y otros se
encuentran en proceso de canonización. A estos ya existentes
se añaden este sábado otros siete españoles y uno francés
que encontraron la muerte en este enfrentamiento. |
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El cardenal José Saraiva Martín, prefecto de la Congregación
para la Causa de los Santos, será el encargado de presidir la
beatificación en el Vaticano de José Tapies Sirvan, Pascual Araguás
Guardia, Silvestre Arnau Pascuet, José Boher Foix, Francisco
Castell Brenuy, Pedro Martret Moles y el francés José Juan Perot
Juanmartí. Junto a todos ellos también será beatificada la Sierva
de Dios María de los Ángeles Ginad Martí, nacida en Mallorca y
perteneciente a la congregación de las Hermanas Celadoras del Culto
Eucarístico que fue asesinada en la Dehesa de la Villa (Madrid) en
1936.
Al acto asistirá un gran número de personalidades, entre los
que se encuentra el subsecretario del Ministerio de Asuntos
Exteriores Luis Calvo Merino; el presidente de las Islas Baleares,
Jaime Matas y el Consejero de Gobernación y Administraciones Públicas
de la Generalidad de Cataluña, Joan Carretero y Grau.
Héroes cristianos. Los siete nuevos beatos muertos en la
Guerra Civil pasarán a formar parte de una amplia lista de héroes
que encontraron la muerte al defender sus creencias y su fe en Dios.
El sacerdote José Tapies era el de mayor edad, y Silvestre Arnau,
el menor de todos ellos. Fueron detenidos los siete juntos y
obligados a colocarse juntos para su fusilamiento, hecho que tuvo
lugar el 13 de agosto de 1936 en Sals de Pallars (Lérida). Sus cadáveres
fueron posteriormente exhumados en noviembre de 1938 para realizarse
tres días después el entierro en La Pobla de Segur, donde se ha
dado sepultura a otros mártires.
Quien visite la tumba en la que se encuentran, podrá leer una
inscripción que resume la vida y las aspiraciones de estos
ciudadanos españoles que un día encontraron la muerte
inesperadamente a causa de la persecución religiosa. «Aquí
descansan, esperando la resurrección, los restos mortales de diez
sacerdotes de la Santa Madre Iglesia que, por Cristo y su fe,
gustosamente derramaron su sangre».
La religiosa María de los Ángeles Ginard nació en la localidad
mallorquina de Lluchmayor en abril de 1984 y murió a manos de un
grupo de milicianos republicano que antes destruyó el convento que
la congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico
poseían en la Dehesa de la Villa. Los restos de la mártir fueron
hallados en una fosa común y trasladados posteriormente a al
cementerio del actual convento de las Celadoras en Madrid.
Hacia la canonización. La Congregación para la Causa de los
Santos decidió beatificarles tras un proceso de investigación,
aunque para ello, por tratarse de mártires, no ha sido necesario
encontrar algún milagro. Sin embargo, para que les eleven a los
altares sí se debe encontrar al menos uno, lo que completaría todo
el proceso llamado «de canonización».
Cientos de peregrinos españoles se trasladarán hasta Roma para
participar en la beatificación de los ocho mártires y asistir a la
recepción que la Embajada Española ha organizado en la iglesia de
Santiago y Monserrat.
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