A las 5 de la mañana se señala la presencia de un avión que
viene del Suroeste, evoluciona no muy alto sobre el Alcázar y
se retira en la misma dirección de venida. Este aparato
origina grandes discusiones, por asegurar bastantes
observadores que no es como los otros, ya que no lleva ningún
distintivo rojo, lo que hace presumir fuese el primero aparato
que enviasen nuestros hermanos. A las 7, “paqueo” con
alguna intensidad del enemigo y hostilizan con morteros la
Sección de Tropa. A las l0, y de Madrid, aparece un trimotor
y un caza, y después de evolucionar sobre el Alcázar y
alrededores, bombardea arrojando doce bombas, la mayoría de
las cuales caen fuera del recinto, debido principalmente que
nuestro fuego de ametralladoras y fusiles, que les obliga a
volar alto, perdiendo con ello precisión. Alternando con las
bombas, tiran latas de gasolina con objeto de producir el
incendio en el Alcázar, lo que no consiguen por caer latas y
bombas en sitios distintos. Al mismo tiempo actuaron las
piezas de 15,5 cm. y ametralladoras desde distintos sitios
enemigos. Las piezas pesadas dispararon ocho proyectiles, de
los que dos penetraron en el patio. El fuego duró hasta las
11:45 horas en que se retiraron los aparatos. A las 18:30
horas, ya casi entre dos luces, nos sorprende a todos un avión
procedente del sur, que a toda velocidad y muy bajo, pasa por
el Patio y arroja un enorme paquete de lata que se fragmenta,
al golpear con el suelo, en infinidad más pequeños. Pasado
el primer momento de estupor, por lo inesperado del
acontecimiento, se ve con gran alegría que su contenido son víveres,
lo que da lugar a comentarios, garantizando que el primer avión
era nuestro, que ha efectuado el reconocimiento, y por la
tarde ha traído los víveres. Este avión arrojó otro
paquete en las inmediaciones de la Puerta de Hierro, recogiéndose
la mayor cantidad posible, pues a consecuencia del choque se
rompió. Un elemento valioso fue la leche condensada y harina
lacteada, que por unos días más permite la manutención de
niños y enfermos. El enemigo, acto seguido, rompió el fuego,
disparando setenta y cuatro proyectiles del 15,5 cm. que baten
siempre la fachada norte, con el consiguiente quebranto en
ella, dada la enorme potencia de los proyectiles. Por la
tarde, a las 17 horas, en vista que desde San Servando
molestan demasiado con el mortero, ametralladoras y fusil, se
decide batirlo desde la fachada este y explanada del Picadero,
organizándose a consecuencia de ello un tiroteo intensísimo,
que duró unos 15 minutos. El resto del día con gran alegría
y sin novedad. La batería del 7,5 cm. fue trasladada al
Campamento de Alijares. Bajas en este día: Un muerto, un
fallecido, cinco heridos y tres contusos.
|