Jueves, 10 de
Septiembre. |
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Durante la noche y madrugada y con grandes intervalos, las piezas
de 15,5 cm. hacen tres o cuatro disparos sobre el Patio del
Alcázar, que causan más molestias y ruido, que efectos
materiales. El “paqueo” a estas horas es más intenso que
otras noches. A las 6:05 rompen el fuego las piezas de 15,5
cm., batiendo la fachada norte y el Patio en su centro y
ángulo suroeste, causando bastantes destrozos con las noventa
y cinco granadas que dispararon, hasta las 10:45 en que cesó
el fuego. A las 16:55 rompen otra vez el fuego sobre los
mismos objetivos y no paran hasta el día siguiente, si bien
cuando es de noche cerrada los hacen con un ritmo mucho más
lento, disparando unas 149 granadas. A las 20 el enemigo dice
desde las casas que ocupa en el frente sur que el Gobierno ha
accedido a la petición del Coronel Comandante Militar, y
envía al Canónigo Vázquez Camarasa para que nos asista
espiritualmente y que vendrá por el mismo camino que hizo el
Comandante Rojo y llegará a la misma hora para estar tres
horas, que era lo máximo que concedían. El Coronel Moscardó
pidió un sacerdote voluntario para que estuviese con
nosotros, pero sólo se accedió a lo anterior. Bajas en este
día: Un muerto y trece heridos.
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