Elogios
de Ortega y de Marañón.
Los
intelectuales, que en su mayoría habían estado en contra de
la Dictadura, a la muerte de Primo de Rivera formularon
juicios muy favorables hacia su personalidad.
Así,
Gregorio Marañón escribió a José Antonio, en un ejemplar
de su obra El Conde Duque de Olivares, lo siguiente:
“Como la lectura de mi libro ha suscitado tantos
comentarios, hasta el punto de establecer algunos un parangón
con la interpretación que doy a mi biografiado y a la figura
de su padre, tengo interés en que sepa usted, admirado José
Antonio, que esto no responde a ningún propósito
determinado, ya que la figura del general Primo de Rivera
aparece de día en día más clara y alta, diáfana y sincera
en el pensamiento de los españoles, agigantándose ante la
labor del historiador”.
Y
José Ortega y Gasset se expresaba así respecto a Primo de
Rivera: “Un hombre de alma cálida, espíritu templado,
cabeza clarísima y extraordinaria facultad de intuición, de
adivinación y de comprensión”.
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