Actuaciones
sobresalientes de Primo de Rivera.
Don
Miguel no conoce la fatiga. Cada día, cada hora, cada minuto
hará declaraciones, se dejará entrevistar por periodistas,
presidirá actos, redactará notas, refrendará Decretos,
pronunciará discursos...
Había
bastado el restablecimiento de un principio de autoridad, sin
alardes ni abusos de fuerza, para que se produjeran mejoras
muy sustanciales en el interior de España y en las relaciones
con el exterior. Primo de Rivera, que asumió el poder con la
promesa y el convencimiento de que la Dictadura iba a ser un
tránsito breve de una situación de desorden a otra de
normalidad, quería asumir todo el programa de los
“regeneracionistas” desde nuevos puntos de vista y de acción.
Muy
lejos del fascismo, puede ser definido como gobernante
autoritario y paternalista aunque le faltase la frialdad
necesaria para prescindir de sentimientos personales en la
toma de una decisión.
Aunque
sea brevemente, vamos a enumerar las importantes obras y
actuaciones realizadas por don Miguel. En menos de siete años
que duró su gobierno, terminó con la guerra de Marruecos.
Puso orden en España, acabando con las huelgas y el
terrorismo. Desaparecieron los desmadres autonómicos. Se saneó
la Hacienda. Obtuvo extraordinarios éxitos económicos. Parecía
que bastaba con restablecer el orden para que el país se
pusiese inmediatamente a trabajar.
Y
es que la prosperidad de un país depende, ante todo, de que
exista orden público y cesen las querellas políticas.
En
obras públicas se hizo la primera red importante de
carreteras y los primeros Paradores de Turismo, así como los
primeros e importantísimos embalses. Se celebraron durante su
gobierno las exposiciones universales de Sevilla y Barcelona.
Esta última, en la montaña de Montjuich, que no era sino una
fortaleza militar, la convirtió en un parque lleno de
jardines, entre los que aparecía “El Pueblo Español” y
una piscina olímpica. La Sociedad de Naciones, en un
reconocimiento universal a la obra de la Dictadura, se reunió
en Madrid.
Con
la victoria de Alhucemas, Primo de Rivera alcanzó un máximo
prestigio. Don Miguel aceleró el proceso de modificación de
las enseñanzas militares a fin de romper el excesivo
aislamiento con que, desde el ingreso en las Academias, se
desenvolvían las diferentes Armas y Cuerpos. Una Academia
General debería aparecer como centro de convivencia. El
proyecto lo presentó al rey Alfonso XIII el 17 de febrero de
1927 y fue sancionado por él días después. Por disposición
de Primo de Rivera, la Academia General se instalaría en
Zaragoza y Francisco Franco Bahamonde sería su primer
director. El 1 de diciembre de 1927, Franco llega a Zaragoza.
El 18 fue publicado el plan de estudios y el 4 de enero de
1928 el Gobierno ratificó el nombramiento de Franco como
director. El 5 de octubre de 1928, la primera promoción formó
para don Miguel Primo de Rivera en el patio de la Academia,
donde Franco hizo un discurso muy hábil y prudente.
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