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Actualizada: 13 de Septiembre de 2.005.  

 
 
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El pronunciamiento de Miguel Primo de Rivera.

Eduardo Palomar Baró.

El pronunciamiento.

La situación de España era cada vez más difícil. Aumentaban las huelgas, los asesinatos, las bombas, se agudizaban los separatismos y en África se habían sucedido los desastres militares (derrotas de Annual y Monte Arruit). Entre 1919 y 1923 murieron en Marruecos aproximadamente 12.000 soldados españoles. Los déficit acumulados por el Gobierno en este período de cinco años sumaban unos 3.500 millones de pesetas, o sea casi tanto como los ingresos normales del Gobierno. La oposición interna contra la guerra del Rif iba en aumento. El Ateneo de Madrid organizó una serie de conferencias sobre las responsabilidades de la derrota de Annual, mientras la UGT protagonizaba protestas contra toda nueva operación militar. Acció Catalana y el Estat Catalá, silbaron y abuchearon la bandera española en Barcelona, aclamaron a la “República del Rif” y enviaron un mensaje oficial de solidaridad a Abd el Krim.

En el libro Recuerdos de una vida, su autora, Pilar Primo de Rivera, relata de esa forma, como ocurrió el pronunciamiento de su padre: “La noche del 12 al 13 de septiembre nos la pasamos en una tribuna que desde la Capitanía General daba a la iglesia de la Merced, y allí estuvimos las horas pidiendo a la Virgen por España y por mi padre. Más adelante, el teniente coronel José Ibáñez, que era ayudante suyo, nos contó la conversación que mi padre había sostenido con el ministro de la Guerra cuando éste le llamó desde Madrid:

-El ministro: “Mi general, me dicen que está usted sublevado con la guarnición de Cataluña”.

-“Así es, en efecto”  -contesta mi padre.

-Voz del ministro: “Pues queda usted destituido”.

-Contestación de mi padre: “No, el que queda destituido es el Gobierno”.

“Al día siguiente el Rey le llamaba desde San Sebastián para que fuese a Madrid a hacerse cargo del Gobierno, lo que me hace pensar que el Rey no debía estar del todo ajeno a lo que iba a pasar. Aunque este extremo para mí es sólo una suposición probable, nacida, por otro lado, de informaciones leídas en el libro Convulsiones de España, de Indalecio Prieto. Pero José Antonio (página 169 del libro José Antonio íntimo de Agustín del Río Cisneros y Enrique Pabón Pereyra) sostiene la tesis de que no contó con el Rey”. “Cuando mi padre salió hacia Madrid, Barcelona entera acudió a despedirle a la estación, que estaba atestada; había gente subida hasta en los techos de los vagones y gritando, como quien se libera de una pesadilla: “¡Viva el salvador de España!” “General, ¡no desmayes, sigue adelante, todos estamos contigo!” Había sido un golpe limpio, sin derramamiento de sangre y deseado por la mayoría de los españoles".

Así pues, el 13 de septiembre de 1923, por medio de un telegrama, el Capitán General de Cataluña, Miguel Primo de Rivera reclama a Alfonso XIII la entrega del poder y establece en el país la Dictadura. El Ejército, en bloque, ofrece su respaldo, incluyendo a los “africanos” a pesar de que el jefe del Directorio, que mantiene la legalidad constitucional en suspenso, no oculta sus preferencias abandonistas en Marruecos.

Oficialmente para la Historia, Alfonso XIII es el primer sorprendido por la acción “inesperada” de Primo de Rivera. Oficialmente para la Historia, el rey no hace otra cosa que rendirse a la evidencia. A los 82 años de este acontecimiento, permite ver con más claridad una serie de suposiciones sobre la postura previa del rey.

1). Desconocía en absoluto las intenciones de Primo de Rivera y de los políticos y generales que con aquel preparaban el Golpe de Estado.

2). Conocía en su detalle el montaje del pronunciamiento y estaba en cuerpo y alma de acuerdo con todo ello.

3). Conocía las intenciones, y sin estar en acuerdo con ellas, dejaba hacer.

4). Había sido informado de lo que se preparaba, y se hacía el incrédulo a fin de que el Golpe de Estado se llevase a efecto.

5). Estaba “in mente” en desacuerdo con los conjurados, pero estimaba que era oportuno y razonable un pronunciamiento militar.

6). Era el inspirador del Golpe de Estado, para poder, al fin, gobernar sin parlamento, relevo de partidos, elecciones, huelgas, sediciones, etc.

7). No estaba de acuerdo con los conjurados, pero le convenía el Golpe para frenar en seco el “expediente Picasso” (en agosto de 1921 se dio al general José Picasso González el encargo de que abriera un expediente para averiguar las “responsabilidades” en Marruecos, con los espinosos asuntos Silvestre, Annual, etc.).

De todas formas quizás no se conozca nunca completamente el papel exacto desempeñado por Alfonso XIII en la conspiración militar. López de Ochoa en su libro Dictadura, expone que Primo de Rivera hizo una visita secreta al palacio de verano del Rey en San Sebastián antes de acabar el mes de agosto de 1923, para conseguir el apoyo real a un Gobierno militar y para discutir los detalles del pronunciamiento planeado. Sin embargo no hay ninguna prueba de esta visita.


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