CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO RODRÍGUEZ ZAPATERO

 

Por Eduardo Palomar Baró.

 

Señor Presidente:

Según manifestó el ínclito Gregorio Marañón «los grandes resentidos suelen ser hombres bien dotados, aunque de inteligencia no excesiva; tienen el talento necesario para todo menos para darse cuenta de que su fracaso es sólo imputable a ellos... Por eso son tan temibles los hombres débiles y resentidos, cuando el azar los coloca en el poder».

Pues sí, señor Rodríguez Zapatero, usted llegó inesperadamente a la cumbre del ejecutivo por circunstancias coyunturales imprevistas de antemano, siendo usted el primer sorprendido. Debido a ello se encontró sin un programa serio y coherente de gobierno, que hubo de improvisar, sustentado por fuerzas minoritarias frentepopulistas, de tan triste recuerdo en nuestra patria.

Un tripartito que lo tiene atrapado y achantado y que está llevando el timón del Estado, obligándole a tomar decisiones drásticas e impopulares, que siembran de nuevo el semillero de la discordia entre los españoles, exhumando viejos rencores -hace varias décadas sepultados- y reactivando antiguas heridas firmemente cicatrizadas.

En lugar de practicar el arte de gobernar con eficacia y sabiduría, seleccionando a las personas más preparadas con vocación de servicio a la sociedad, para regentar con ejemplaridad los diversos ministerios y direcciones generales, se está dedicando al deportivo ejercicio de ordenar desmantelar con nocturnidad, alevosía, premeditación y cobardía, las estatuas de las egregias figuras de Francisco Franco y de José Antonio Primo de Rivera.

Ha actuado usted de una forma dictatorial y fascista, sin previa consulta al paciente pueblo español, que mayoritariamente rechaza este vandalismo iconoclasta con aquellos que sirvieron a la patria hasta sus últimos hálitos de vida y gozan de la paz de los justos.

Hay que alimentar las insaciables fauces frentepopulistas, evocando tiempos pretéritos de cuyos devastadores procedimientos fueron verdaderos maestros, con destrucciones de iglesias y conventos, incendios, eliminación de archivos parroquiales y catedralicios, usurpación de obras de arte, exportación sin retorno del oro del Banco de España, asesinatos de inocentes con los tristemente famosos “paseos”, funcionamiento de hoteles de cinco estrellas, llamados checas, con sus torturas infrahumanas, requisas, exhibición de momias de las monjas salesas, asalto a las cajas y depósitos bancarios, sacrilegios, genocidios masivos, etc. etc. Este es el talante a que nos tiene acostumbrados la izquierda socialista y comunista desde tiempo inmemorial.

Olvida, señor Presidente del Gobierno de España, que la actual administración es de efímera vida temporal y que de los actuales dirigentes que nos desgobiernan, no quedará rastro histórico alguno, una vez sean relevados de la poltrona que ocupan y fenecidos humanamente. Pero Francisco Franco y José Antonio seguirán cabalgando perenne y gloriosamente en la Historia de España.

Estamos convencidos que estas estatuas que ahora está desmontando -producto de su rencor, odio, revanchismo, eso sí, todo ello con talante democrático- volverán en un futuro inmediato a sus actuales pedestales con los honores de rigor que les corresponden.

Con mi mayor repudio hacia sus lamentables actuaciones, le saluda despectivamente

EDUARDO PALOMAR BARÓ  

06 de Abril de 2.005.-

 

 


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