Ante la desmembración de España
Para el Partido Popular, que no para la derecha, CiU protagonizó el
mayor ridículo electoral en 30 años de política autonómica por el
hecho de haber conseguido 12 escaños menos que en las Elecciones de
2010, resultado que para sí quisieran los populares en la próxima
confrontación electoral general.
Comentario absurdo y sin ningún rigor, que es un insultó a la
inteligencia, igual que el Editorial de El Mundo del día después que
considera que Cataluña castiga la corrupción y el secesionismo al
que el marido de Agatha Ruíz califica de "aventurerismo", vocablo
que no existe en el Diccionario. O el más contundente, pero no menos
racional, que hace Casimiro García-Abadillo, al que creía más
inteligente: "Los catalanes han dicho no al proyecto de CiU". Sin
descartar a la sin par Cospedal, siempre de aquí para allá, que se
conforma con resaltar el fracaso del PSC (aunque ellos temían ser
cuartos) y exaltar el récord del PP (un escaño más), que sigue
siendo la cuarta fuerza política en Cataluña. De cualquier forma dos
cosas se constatan evidentes: Primera, que se han perdido seis meses
de gobernar, ya que desde que se anunciaron las elecciones ningún
político en Cataluña ha dado un palo al agua fuera de lo que son sus
particulares intereses. Y segunda, que el pueblo "soberano" lo
consiguiente.
Por ende, se oculta la gravedad del problema. Una gravedad que queda
determinada por ese ascenso espectacular del frentismo
independentista con la subida espectacular de ERC, después de una
grave crisis interna, y la irrupción en el debate por la
independencia de los otrora delincuentes de CUP. Todos ellos, junto
con el PSC e ICV a favor de la independencia.
En Cataluña han votado tanto los españoles (catalanes u oriundos de
otras regiones de España) como los extranjeros (que allí son
muchos), fácilmente manipulables con consignas de beneficios
económicos pero sin ningún sentimiento nacional. Por eso el primer
problema de España es la extranjería, cuestión que se quiere agravar
cambiando la nacionalidad por la compra de un piso.
A partir de la nula importancia que nuestras FFAA han dado, al menos
de forma explícita, a la proclama secesionista por parte de CiU,
hasta el punto de haberse celebrado estas elecciones para facilitar
ese propósito y de esta forma tener un frente por la independencia
suficientemente sólido, pocas o escasas posibilidades nos quedan
para que la independencia de Cataluña no se vea materializada de
aquí a no más de diez años. Cuyo periplo quedará marcado en primer
lugar por un nuevo Concierto Económico y, sobre todo, por un nivel
en la relación presión-sumisión que alcanzará cotas inimaginables,
aunque siempre dentro de las buenas formas, tensión que siempre ha
estado en el debate desde aquello de "Tranquilo Pujol, tranquilo".
Incluso antes con Tarradellas, aquél cómplice de asesinatos
múltiples al que se trajo para que junto con Carrillo apoyará al rey
de las nacionalidades.
La defenestración de Alex Vidal-Quadras no sólo fue un tremendo
error político, sino la constatación que el propio Estado español
admitía, que en la realidad social-política catalana España no
pintaba mucho.
Sin duda que la crisis económica frenara aún, y por algún tiempo, la
debacle, pero está ya es un hecho pactado. Un hecho que para dentro
de diez años contará con un mayor respaldo social, pues contará con
los niños y adolescentes (en esa fecha con edad de votar) a los que
se ha venido inoculando el odio a España y el hecho diferencial como
acicate de independencia. Algo que viene sucediendo desde que entró
en vigor la Constitución con la firma del rey Juan Carlos I Borbón y
el Estado español dejó de hacer cumplir la ley en Cataluña y
Vascongadas.
Suena, pues, la corneta, que llama a filas a la tropa, pero aquí no
hay tropa que valga... ¡Pobre España!
Por eso me place traer como cabecera de este comentario la
fotografía del teniente coronel don Antonio Tejero por ser el Jefe
militar que quiso evitar (equivocado o no) lo que al postre se
anuncia como inevitable e inmediato: la desmembración de España. |
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